¿Cómo es tu tierra?



Cuando mi hijo, David, tenía diez años, él me informó que su hermana se la pasaba todo el tiempo buscando maneras para hacerlo sentir como una "pila de tierra". Cuando los dos se metían en líos, según su perspectiva, él terminaba siendo El Único Castigado.

Su hermana, Tammy, sabía cómo encantar a sus padres con una sonrisa que decía, "Bueno, he aprendido mi lección. Ahora pasaré a la próxima actividad, puesto que soy una joya en sus corazones indulgentes". Para un hermano en la rivalidad, eso era una intención patente de echarle tierra.

Pero oye, Jesús nos llamó "tierra" en la lectura de Evangelio de hoy. Bien, dijo, "tierra," pero el punto es que si nuestra tierra es fertilizada y es regada, llegamos a ser tierra rica y nosotros rendimos una cosecha inmensa y fructífera. No es malo pensar en nosotros mismos como tierra siempre y cuando recordemos que queremos ser cultivados y sembrados.

Si nuestra tierra ha sido pisada por personas que anduvieron cruelmente pisándonos por todas partes, haciendo nuestros corazones duro y cínicos, y si permanecemos sin ser curados de este tratamiento degradante, las semillas del amor que Dios siembra en nosotros son robadas fácilmente por el diablo que nos dice que nosotros no merecemos mejor tratamiento o que debemos buscar venganza.

Si nuestra tierra es empotrada con piedras, si somos prácticos y despiadados, y si nos gusta tirar palabras duras a los demás, las semillas del amor que Dios siembra en nosotros no alcanzarán la tierra suave debajo de donde las raíces pueden crecer. Debemos ser pulverizados por las dificultades de la vida (y tú pensaste que tu vida no debería de ser tan dramática). Los reveses y persecuciones que tan fácilmente nos hacen vacilar en nuestra fe o nos endurecerán o nos enseñaran compasión - es nuestra elección.

Si nuestra tierra produce zarzas dañosas y espinosas y nosotros causamos que los demás sufran, las semillas del amor son estranguladas por nuestra terca indiferencia de los sentimientos y necesidades de los demás. En preferir auto-egocentrismo, nosotros somos estrangulados por ansiedades y estrés y por la soledad. Necesitamos podar nuestras zarzas y quemar las espinas recurriendo humildemente a Jesús para ayuda en el Sacramento de Reconciliación y, cuando sea posible, reconciliándonos personalmente con los que hemos lastimados.

Si nuestra tierra es suelo fértil para nuevo crecimiento, y si permitimos que Dios nos alimente con su Palabra y nos refresque con sus aguas curativas, el amor de Dios brotará dentro de nosotros, nuestro conocimiento de ser amado crecerá y florecerá, y produciremos una cosecha generosa de gran amor por los demás.

¿Cómo es tu tierra? La próxima vez que te sientas avergonzado a causa de algo que hiciste (la próxima vez que te sientas sucio), pregúntate qué clase de tierra es esta. ¡Si permites que Dios te azada, pronto brotarás las semillas que finalmente bendecirán a muchas personas!

Reflexión de Las Buenas Nuevas
Viernes de la decimal sexta semana del tiempo ordinario
Julio 27, 2012}

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor

© 2012 por Terry A. Modica

Reflexiones para el Alma Efesios 6, 11 - 13

11.

Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.


12.

Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.


13.

Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.


¿Necesitas prueba de que Dios te está ayudando?

Senalresurreccion
"Jesús, nosotros queremos ver una señal de ti".

Los escribas y los Fariseos en el pasaje del Evangelio de hoy querían prueba de que el poder de Dios estaba trabajando en su mundo. Nosotros la queremos, también. Pedimos a Dios que haga algo y después empezamos a buscar la evidencia de que nuestras oraciones están siendo contestadas. Cuándo nosotros intercedemos por los demás, nosotros esperamos que pronto escucharemos buenas noticias de ellos. Nuestras peticiones de oración están generalmente acompañadas de un deseo de obtener prueba que Dios nos ha escuchado, tiene interés y está haciendo algo para hacer la vida mejor

¡Pero Jesús dijo, "Una era mala e infiel está ansiosa de una señal"! Él no está implicando que sea un pecado querer señales. A menudo, Dios da señales; es una de las maneras que él comunica su voluntad a nosotros. El pecado ocurre cuando desconfiamos de él, ansiosos de una señal que nos de prueba de que él nos ama y le importa - en lugar de confiar que su bondad y compasión son constantes y duraderas.


¿Cuántas veces hemos confiado a alguna persona o situación a Dios y después nada sucede? El problema parece empeorarse, ¿verdad? Recuerda esto: Dios nunca nos ignora ni nos ha abandonado. La respuesta a la oración generalmente en un proceso. Tristemente, y porque la libre voluntad de la gente está envuelta, el proceso quizás tome años.

Mientras esperamos, Dios nos invita a confiar mas en él. Él quiere que elijamos recordar que él verdaderamente nos ama y que él verdaderamente está convirtiendo todo en algo totalmente bueno en el que nosotros - y los demás - se beneficiarán. Jesús me enseño a pensar de esta manera: Todo está preñado con la actividad de Dios. Es imposible para Dios estar inactivo. Algunas respuestas a las oraciones requieren mucho tiempo de incubación, lentamente creciendo dentro del vientre del amor y la misericordia de Dios. Y siempre -siempre - nace una nueva bendición. ¡A veces, hasta son gemelos! ¡¡O triples!! ¡¡O más!!!.

La única prueba que necesitamos de que la bondad y compasión de Dios constantemente están haciendo una diferencia, es que Jesús ya dio su cuerpo entero a nosotros: Dios se convirtió en hombre y murió por nosotros. La resurrección de Cristo es prueba de que Dios tiene el poder y el deseo para redimir hasta las peores situaciones (la señal de Jonás).


¿Cuándo pides a Dios su ayuda y no ves el tipo de evidencia de que algo ha cambiado para lo mejor, tu pedir llega a ser mas intenso? ¿Empiezas a rogar y suplicar? Si yo también. Y cuando Dios no provee evidencia, nos frustramos y nos preocupamos, y después no enojamos.

Sin embargo, no estamos realmente enojados con Dios. Estamos enojados con nuestra idea limitada de quien Dios es. El "Dios" con el que estamos enojados es un dios falso, un dios incompleto, una imagen retorcida del Dios verdadero.


Necesitamos aprender más acerca de quien es Dios realmente. ¿Si Jesús estuvo dispuesto a sufrir tanto y morir por nosotros, acaso no hará todo lo que necesitamos de el? ¿Si el Padre nos amó tanto que él resucitó a Jesús de entre los muertos para que el pudiera ir con él al cielo, no nos dará también cada bendición que necesitamos en este mundo?

Piensa en cómo te sientes cuando imploras a Dios. ¡Así es como Dios se siente, también! Mira a la primera lectura de hoy. Aquí, Dios es el que está implorando. ¿Qué es lo que el anhela recibir de nosotros? Sólo que hagamos lo que es correcto y que amemos la bondad, y caminar humildemente con él. ¿Contestarás SU oración hoy?

Reflexión de Las Buenas Nuevas

Lunes de la Décima Sexta Semana del Tiempo Ordinario

23 de julio, 2012

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Módica,

© 2012 por Terry A. Módica

Arco Iris



Lecturas del Día:
Miqueas 6:1-4, 6-8
Salmo 50:5-6, 8-9, 16-17, 21, 23
Mateo 12:38-42

Reflexiones para el Alma
Efesios 6, 11 - 13
Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo
Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.
Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.

¿Hay espacio para la misericordia; en la ley?







Cuándo nuestra hija tenía cuatro años de edad, mi marido y yo tratamos de inscribirla en la escuela un año antes de lo que las leyes locales permitían que ella pudiera comenzar. Siendo una brillante y sociable pequeña, ella necesitaba el estímulo diario que el Jardín de niños le podía proporcionar, porque siempre que ella se aburría, hacia muchas travesuras. Presentamos su caso a las autoridades de la escuela, que la juzgaron sin conocerla o examinarla. Ellos dijeron que ella no estaba lista porque "esa es nuestra política". Follow us on Twitter

Después de desperdiciar un año y comenzar el Jardín de Niños cuando las reglas lo permitieron, un examen de diagnóstico rápidamente la ascendió al Primer Grado. Cuándo ella se graduó de la escuela superior, en vez de tener los problemas que la junta directiva de la escuela había predicho, ella fue una señorita equilibrada y ambiciosa que se graduó con honores altos y unos pocos cursos colegiales ya terminados.

Las autoridades educativas que habíamos enfrentado fueron como las autoridades religiosas con las que Jesús trató en el pasaje del Evangelio de hoy. La pregunta que se hizo en ambas situaciones fue: ¿Cuál es más importante, la política o la persona? Like us on Facebook

La política que los Fariseos trataban de proteger, es uno de los 10 mandamientos: Mantengan el día de sábado santo. Una política echa por el hombre demasiado afanosa había sido estratificada sobre ello para asegurar la obediencia. Prohibía cualquier tipo de trabajo en ese día, incluyendo arrancar los granos más pequeños. Los Fariseos se adhirieron a esta interpretación del mandamiento de Dios tan de cerca que ellos violaron su ley de la misericordia. No importó que los discípulos tuvieran hambre; las reglas eran más importantes.

Llegamos a ser como los Fariseos cuando nos centramos en lo que las personas "deben" hacer mientras descuidamos sus necesidades. ¿Es misericordioso cuándo los servidores del altar son señalados públicamente para que doblen las manos apropiadamente, avergonzándolos cuando ellos tratan de servir al Señor durante la Misa? ¿Es misericordioso dar a los padres una mirada que rechaza cuando sus niños inquietos hacen ruido durante la homilía?

¿Qué tal poner a alguien en la cárcel por un crimen que él cometió, aunque sus remordimientos sean lo suficiente fuertes para prevenirlo de hacerlo otra vez? ¿O sacar a una chica adolescente del hogar porque ella quedó embarazada y eligió no tener un aborto? ¿O condenar a una pareja que se casó fuera de la Iglesia, cuando lo que ellos necesitan realmente es alguien que los invite a la conversión, para que cuando finalmente deseen una boda religiosa, será un compromiso sacramental mucho más genuino con el Señor que lo que hubiera sido en suprimera boda?

Aún el Código oficial de la Ley del Canon promueve la misericordia sobre el legalismo. La dispensación de las leyes de ser otorgada cuando la ley influye negativamente a la salvación de una persona (por ejemplo, ver el Capítulo 5 del Título 4, las Leyes del Canon 85-93). El amor es la base de cada regla divinamente inspirada, y la misericordia es el instrumento para traer a las personas a un verdadero deseo de obedecer las reglas. Follow us on Twitter Like us on Facebook

Reflexión de Las Buenas Nuevas
Viernes de la Décima Quinta Semana del Tiempo Ordinario
20 de julio, 2012

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya aDerechos de autor

© 2012 por Terry A. Modica


Reflexiones para el Alma Efesios 6, 11 - 13

11.

Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.


12.

Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.


13.

Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.





Lecturas del Día:
Isaías 38:1-6, 21-22, 7-8
Isaías 38:10-12, 16
Mateo 12:1-8



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