¿Confías en Dios o no?

¿Confiamos en Dios o no?  2
Jesús dice en el pasaje del Evangelio que nosotros nunca debemos ocultar la luz que él nos ha dado. Si queremos estar unidos a Cristo, todo lo que tenemos (que es de él), debe ser compartido con los demás, porque la naturaleza de Cristo es compartir todo lo que es bueno. Quedarnos con algo para nosotros mismos es ser muy diferentes a él; esto hace que su luz dentro de nosotros se debilite y lo poco a lo que intentamos aferrarnos se pierde.
Nuestra capacidad de amar como Cristo, por ejemplo, crece más fuerte cuando nosotros damos el amor por medio de sacrificio y de buena gana, como él lo hizo.
La primera lectura de hoy explica eso, para recibir las bendiciones de Dios, debemos tomar acciones inmediatas, siempre que podamos hacer algo que beneficie a los demás. No actuamos con amor cuando somos arrogantes y desagradables. 
La bondad de Dios está siempre disponible a nosotros, pero para experimentarla más, tenemos que estar unidos a él en el compartir de su bondad con los demás.Cuándo nosotros tratamos bien a los demás, nosotros avivamos el fuego - hacemos la luz más fuerte - de nuestra unidad con Cristo, y en esa relación intima, nosotros experimentamos más de su amor y bondad incondicional.
Por lo contrario, rompemos esa unidad y ocultamos la luz de Cristo siempre que somos avaros en el amor, en las donaciones financieras, en las posesiones y con el uso de nuestros talentos y tiempo. Tal egoísmo viene del temor: Tenemos miedo que algo malo nos sucederá si regalamos más de que lo que hemos calculado que está seguro. ¡Y podríamos tener razón! Pero el amor incluye el sacrificio; el temor no es divino.
El temor es una oscuridad que cubre con una túnica la luz de Cristo. ¿Confiamos en Dios o no? El temor dice que no. ¿Creemos que Dios puede y hará que algo bueno resulte de algo malo?   El temor dice que no. El amor dice que sí, pero el amor no siempre es lógico ni está protegido del dolor. Somos recordados de eso cada vez que miramos una imagen de la crucifixión de Cristo. 
Jesús dice, "Al que tiene, se le dará," pero sólo porque nosotros lo regalamos. Si limitamos nuestra generosidad y retenemos el amor o la bondad o cualquier otra bendición que Dios nos ha dado a nosotros, entonces nosotros limitamos el combustible de Dios para la llama. Y así, "al que no tiene, se le quitara hasta lo que cree tener". Es peligroso ocultar la luz de Cristo.
¿Qué tan encendida, entusiasmada e ilusionada está tú fe? ¿Está creciendo o marchitándose tú espíritu? ¿Qué estás reteniendo, protegiéndolo para ti mismo?Para llegar a estar más unido a Cristo y a toda su bondad, mira dentro de ti y ponte en contacto con la alegría que sentirías si te deshicieras de los temores que han estado oscureciendo tú vida. 
Reflexión de Las Buenas Nuevas
Lunes de la Vigésima Quinta del Tiempo Ordinario
24 de septiembre, 2012

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva,http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2012 por Terry A. Modica
¿Confiamos en Dios o no?

Reflexiones para el Alma
Efesios 6, 11 - 13
11.
Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.
12.
Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.
13.
Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.



Lecturas del Día:
Proverbios 3:27-34
Salmo 15:1-5
Lucas 8:16-18

La unidad viene del Espíritu Santo

La unidad viene del Espíritu Santo
En el Salmo Responsorial de hoy, nosotros cantamos alegremente:"Somos su pueblo y ovejas de su rebaño". San Pablo dice en la primera lectura que el Espíritu Santo nos toma a todos nosotros - las muchas partes del cuerpo cristiano (Católicos y Protestantes, liberales y conservadores) y nos hace uno. ¡No es interesante que esto llegue el día después de que la Iglesia nos da una escritura acerca de la división! (Cf. 1 Corintios 11:17-26.)

La unidad viene del Espíritu Santo. No nos podemos reunir en La Eucaristía como una comunidad por nuestro propio poder, dejado a nuestra fuerza de voluntad que nos domine; lo más probable es que nos quedaríamos a dormir hasta tarde los domingos y después escojamos recuperarnos con las tareas de la semana en lugar de ir a la iglesia. Y si escogemos asistir a Misa por obligación, dejado a nuestra propia fuerza de voluntad, nosotros probablemente entraremos como un solo individuo "calentando la banca" y participaremos de ser posible en "la comunión" sin importarnos los demas, y después saldremos corriendo o antes de la bendicion, aunque la "comunión" significa estar en comunidad.

Dios nos diseñó para vivir en comunidad. Por eso los obispos del Concilio de Vaticano II escribieron, en el Decreto del Apostolado del Laicado(párrafo. 18): "...ha sido el placer de Dios reunir a los que creen en Cristo y hacer de ellos las Personas de Dios". Dios construyó en nuestros corazones una necesidad de comunidad.

¿ Por lo tanto no estamos satisfechos cuando nuestros amigos de fe son muy pocos. No nos sentimos lo suficiente amados cuando nos ocultamos detrás de las paredes del aislamiento. Aunque tenemos que tener tiempo sólo con Dios para experimentar su amor supremo, nosotros también necesitamos tomar parte en la vida comunitaria para experimentar el suficiente amor de Dios.

Cuándo nos sentimos solos, o cuando nuestras oraciones no son contestadas, o cuando Dios no nos da todo lo que necesitamos, es generalmente porque no nos hemos servido de toda la variedad de personas de nuestra comunidad de fe (parroquia, grupos de oración, comunidades) con las quien Dios trabaja.

Igualmente, cuando nuestros ministerios no están haciendo una grande diferencia como deberían, o cuando nos sentimos desgastados de hacer el trabajo del Señor, o cuando algunos de las necesidades de la parroquia o la diócesis no son cumplidas, es generalmente porque no estamos haciendo el trabajo en colaboración con los demás sirvientes de Dios. Los obispos hablaron de eso, también, en el mismo párrafo decimo-octavo del decreta del laicado: Como somos "sociables por naturaleza" y Dios nos ha reunido en un solo cuerpo (iglesia); los ministerios son más efectivos cuándo los lideres permiten la colaboración: "...ofrecen una señal de la comunión y la unidad de la Iglesia en Cristo".

Dios nunca nos llama a servirlo como solitarios: "Por esa razón los cristianos ejercitarán su apostolado en un espíritu de concordia. Ellos serán apóstoles... en las asociaciones libres que ellos habrán decidido formar entre sí. ... El apostolado pide la acción concertada".

Todos nosotros en la comunidad católica - los sacerdotes, los diáconos, religiosos, y el laicado - debemos ofrecer nuestro talento extraordinario e individual uno al otro en un espíritu de colaboración por el bien del trabajo de la Iglesia. Y todos los otros en el resto de la comunidad cristiana - católicos y protestantes de todas denominaciones - debemos formar las colaboraciones para que podamos predicar al mundo que el amor de Cristo conquista todas las divisiones.

Esto es sólo posible, sin embargo, solo por medio del Espíritu de la colaboración, que nos hace uno.

Reflexión de Las Buenas Nuevas Martes de la Vigésima Cuarta Semana del Tiempo Ordinario 18 de septiembre, 2012

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor

© 2012 por Terry A. Modica
La unidad viene del Espíritu Santo 2

Reflexiones para el Alma Efesios 6, 11 - 13

11.

Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.

12.

Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.

13.

Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.

Lecturas del Día: 1 Corintios 12:12-14, 27-31a Salmo 100:1b-5 Lucas 7:11-17

La alegría de amar a tus enemigos

amar al enemigo

¿Quién te ha maldecido? ¡Bendícelos! ¿Quién te ha maltratado? ¡Ruega por ellos! ¿Quién te ha quitado algo injustamente? ¡Dales más! ¿Quién ha sido un enemigo contigo? Ámalos de la manera que ellos deberían amarte pero no lo hacen.

Ay, yo no disfruto vivir así. ¿Pero quien dice que tenemos que disfrutar todo lo que hacemos? Jesús ciertamente no disfrutó su cruz. El camino a la cruz es lo que separa lo santo de lo terrenal. ¡Como dice Jesús en la historia del Evangelio de hoy, "Si amas a los que te aman, que merito hay en eso! Aún los pecadores hacen eso". Somos santos - es decir, diferentes del mundo porque seguimos a Cristo - en la manera que tratamos a los que no nos aman: una manera sana, una manera compasiva, a la manera de Cristo.

Jesús deletreó muy claro que para ser hijos del Dios más Alto, nosotros tenemos que ser amables con los desagradecidos y los malvados, tal como nuestro Papá Divino. Tenemos que ser misericordiosos, como nuestro Padre en cuya imagen fuimos creados.

Disfrutar de lo que hacemos no es siempre posible, pero la alegría si es posible. La alegría cristiana (la alegría de Cristo) viene de apoyarse en Cristo, porque él está lleno de amor por nosotros. Nosotros nunca seremos amados lo suficiente por los demás, pero podemos estar llenos de amor - la elección es nuestra. Dando amor a los demás sin importar como nos tratan, nos sumergimos completamente en el amor de Cristo. ¡Lo qué damos es lo que recibimos, porque Dios es amor, y cuando damos amor aún a los que no lo merecen, recibimos a Dios, quien es la única fuente de amor verdadero y alegría verdadera!

Jesús dijo que la medida con la que medimos también se usara para medirnos. Si medimos sólo dosis pequeñas de amor (pequeños actos de bondad, perdón condicional, las porciones sobrantes de nuestro dinero y posesiones, etc.), tenemos una conexión tan pequeña con Dios que no recibimos todo lo que él puede dar. Pero si somos generosos, si la taza de medir parece no tener fondo, es porque estamos llenos de Dios. Su misericordia, su perdón, su amor, sus regalos, su ayuda, su todo es dado a nosotros en medida buena, embolsado todo junto, y hasta derramándose a la vida de los demás.

No importa lo que los demás nos hagan, Dios es bueno con nosotros. ¡Cuándo ellos nos maldicen y nosotros los bendecimos, Dios nos bendice, y como lo que él bendice llega a ser sagrado, nosotros llegamos a serlo - ay! - benditos santos. Cuándo ellos nos maltratan y nosotros rogamos por ellos, Jesús ruega por nosotros - por nuestras necesidades y por nuestra sanación - y el Padre nunca dirá que no a su Hijo. Cuándo ellos toman algo de nosotros injustamente y nosotros les damos más de lo que ellos demandan, Dios nos da más de lo que necesitamos.

¡Así es cuánto nos ama Dios! ¡Ay qué alegría!

Reflexión de Las Buenas Nuevas

Jueves de la Vigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario

13 de septiembre, 2012

Memorial de San Juan Crisóstomo

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Módica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor

© 2012 por Terry A. Módica

amar a todos

Reflexiones para el Alma Efesios 6, 11 - 13

11. .Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.

12.Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.

13. Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.

Lecturas del Día:

1 Corintios 8:1b-7, 11-13

Salmo 139:1b-3, 13-14ab, 23-24

Lucas 6:27-38

http://evangeli.net/evangelio?

Bendiciones y Miserias

Bendiciones 3
Termina la siguiente oración: "Ay de mí; Me encuentro en la miseria porque _____________." En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús explica que como cristianos nuestras aflicciones están basadas en lo que es temporal (terrenal, temporal) y somos bendecidos cuando miramos más allá de ello y vivimos este momento en el reino de Dios.

Por favor, utiliza esta escritura como una lista de verificación personal:

Benditos sean los que son pobres: Cuándo el conocimiento de lo que te falta causa que recuras a Dios para que te ayude; tú puedes disfrutar de la riqueza de su reino, incluyendo la riqueza del consuelo de Dios.

Benditos sean los que tienen hambre: Puesto que ninguna persona humana puede satisfacer todas sus necesidades, el amor de Dios es el único que llena todos los vacíos.

Benditos sean los que lloran: porque se arrepienten de haber pecado, sufren porque han sido divididos de Dios y se alegran de que Jesús los ha restaurado piadosamente a la unión con Dios.

Benditos sean cuándo las personas los odian por motivo de su fe:Benditos al ser rechazados y perseguidos por los que no entienden la Fe, corren hacia Cristo para que les de amor, el cual El da por medio de su comunidad de creyentes donde las amistades duran para toda la eternidad.

Pero ¡ay de nosotros! cuando nuestra felicidad depende de cómo nos tratan los demás y que tan rápido conseguimos todo lo que deseamos. La palabra que Jesús utilizó, que hemos traducido como "Ay de nosotros" está llena de arrepentimiento y compasión; no es un castigo.

¡Ay de los que son ricos!: Si atendemos a nuestros deseos terrenales, nosotros estamos orgullosos de nuestros logros y nosotros descuidamos nuestra necesidad de Dios. Así, nosotros sólo tenemos lo que tenemos, porque fallamos en abrirnos a las sorprendentes bendiciones que Dios tiene para nosotros.

¡Ay de los que están satisfechos!: Es una ilusión pensar que podemos conseguir todo lo que deseamos y sentirnos satisfechos por mucho tiempo. Sólo en el cielo podremos estar completamente satisfechos.

¡Ay de los que se ríen ahora!: Si somos cortos de visión y de mentalidad, nos reímos de los que esperan y confían en Dios, puesto que parece que nosotros estamos mejor. Pero cuando un problema surge que no podemos solucionar fácilmente, perderemos nuestra alegría.

¡Ay de los que son elogiados por todos!: ¿Cuánto tiempo dura el elogio de los demás? Su aprobación desaparece en el momento en que fallamos en ser perfectos. Necesitamos darnos cuenta que es sólo la aprobación de Dios la que realmente importa y que él está satisfecho con nosotros por tratar de imitar a Cristo, aun si fallamos.

La vida en la tierra es corta, como lo señala la primera lectura de hoy; el tiempo se acaba. Tú o yo podemos morir en cualquier momento. Para ser bendecidos por esa realidad, nosotros tenemos que comprender que la felicidad duradera sólo viene de una relación cercana con Dios.

Termina la siguiente oración: "Ay de mí; Me encuentro en la miseria porque _____________."

Reflexión de Las Buenas Nuevas
Miércoles de la Vigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario
12 de septiembre, 2012

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Benditos

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Reflexiones para el Alma Efesios 6, 11 - 13

11.

Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.

12.

Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.

13.

Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.

Lecturas del Día:
1 Corintios 7:25-31
Salmo 45:11-17
Lucas 6:20-26

El Poder del Amor Sagrado

Porque nada es más fuerte ¡

Como nos explica la lectura del Evangelio de hoy, Jesús es como un novio en un banquete de boda. Nosotros somos su novia.

Durante la celebración, la diversión está en grande. Sin embargo, este novio va a tener que morir por su novia. Cuando eso suceda, todo cambiara. ¡Todo! Lo qué era bueno en el casamiento llega a ser aún mejor, porque el amor - ahora sacrificial - ha sido elevado a su nivel más alto. Y lo que haya sido malo en nuestra vida de antes de casados (sin conversión) ahora es transformado, redimido del puño del mal, porque nada es más fuerte que el poder del amor sagrado.

Aunque, a veces, tratamos de mezclar nuestras maneras de antes de casados con nuestra nueva y redimida vida.

¿Has escuchado la propuesta de matrimonio de Cristo? ¿Qué cambió después de que dijeras? La capa vieja que vestía a tu imagen propia ya no es necesitada, porque Jesús aprecia con entusiasmo todo lo que es bueno en ti. Los hoyos viejos en tu autoestima ni siquiera pueden ser remendados, porque la nueva tela del amor incondicional de Dios se aparta de la tela de tu desconfianza.

¿Qué es diferente en ti por tú relación de amor con Jesús y tu compromiso de mantenerte con él siempre? ¿Cómo SU compromiso contigo afectó tu vida?

Del odre viejo, bebías la capacidad limitada de los demás para hacerte feliz, y nunca te satisfacía totalmente. ¿Todavía cargas esto contigo? No puede sostener el nuevo vino del amor incondicional de Cristo, que satisface completamente; si piensas que si puede, estallara y habrá un completo desastre sobre ti.

Cuándo nosotros tratamos de derramar nuestro casamiento con Cristo en una manera antigua de enfrentar las necesidades que no han sido cumplidas, estalla y causa un desorden. Lo que pareció una vez protegernos ahora nos queda como un abrigo que ya está muy chico, porque ya no somos las personas que éramos antes. Por ejemplo, el tratar de hacer que los demás nos amen como nosotros queremos ser amados sólo causa conmociones más grandes, porque cualquier cosa que ellos hagan nunca es lo suficiente bueno comparado al amor de Dios, ya que él es el único capaz de satisfacer todas nuestras necesidades.

Nuestras vidas de antes estuvieron tan llenas de tantos hoyos, ¿por qué queremos remendarlos? Remendar a Cristo a nuestros hábitos desgastados y a nuestros estilos de vida que no nos satisfacen, nos arranca y tan dolorosamente. Nuestros compromisos entre las maneras del mundo y las maneras de Dios nos llevan al desastre. El problema es, hacemos esto tan seguido que pensamos que es normal.

Para encontrar la paz que buscamos, tenemos que abrazar completamente al Rey de la Paz y dejarlo que llene nuestras vidas completamente.

En cualquier momento que nuestra manera de manejar la vida nos hace sentir incómodos, infelices y no satisfechos, hay algo viejo en nosotros que necesitamos sacar. Tenemos que buscar la nueva manera, la manera de Cristo. Como nuestro Amado Esposo, él está ocupado orando por nosotros mientras nos lleva de la mano hacia la sanación, el amor, y todos los regalos buenos del cielo.

Reflexión de Las Buenas Nuevas Viernes de la Vigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario 7 de septiembre, 2012

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor

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Reflexiones para el Alma Efesios 6, 11 - 13

11.

Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.

12.

Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.

13.

Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.

Lecturas del Día: 1 Corintios 4:1-5 Salmo 37:3-6, 27-28, 39-40 Lucas 5:33-39

¿Tirarías la red al otro lado?

pesca milagrosa

Reflexiones para el Alma

Atréveye! en el nombre de Jesús...

¡En que estás listo para darte por vencido, rendirte y decir, "Ya basta"!

¿Cambiarías de opinión si Jesús te enviara un correo electrónico desde el cielo y te dijera que lo intentaras otra vez, pero esta vez que lo hicieras desde un ángulo diferente, que tomes un enfoque diferente? ¿Responderías como Simón Pedro lo hizo en el pasaje del Evangelio de hoy? ¿Tirarías tu red al otro lado, aunque no pudieras ver ningún pez allí y ya estés demasiado cansado?

A veces, Jesús si desea que renunciemos, como cuando echamos perlas a los cerdos. Él dijo que debemos sacudir el polvo de nuestros zapatos y seguir adelante. Otras veces, él quiere que renunciemos para empezar, porque no estamos haciendo su voluntad.

Y a veces él nos dice que lo intentemos otra vez pero de forma distinta, en una manera quizás tonta y extraña. Esto ocurre generalmente cuándo el éxito está a sólo unos pocos pasos pero no podemos verlo todavía. Fatigados y perdiendo la esperanza, nos negamos a dar otro paso. Pensamos que Dios no nos está dando ninguna guía útil, pero eso es solo porque nosotros esperamos que él diga o haga algo que tenga sentido para nosotros.

¿Cuál es tú red vacía? Quizás es una relación que ha empeorado, y la reconciliación parece imposible. La sanación a menudo viene después de hacer lo que habíamos resistido hacer antes, como arriesgándonos a establecer e imponer barreras que bloquean las conductas dañinas. Aunque esto quizás cause una división más profunda en la relación, puede llegar a ser el momento decisivo que lleva a la conversión y a un nuevo crecimiento a lo que nos ha estado lastimando, lo que finalmente abre el camino a la verdadera reconciliación.

Quizás tú situación de trabajo parece desesperada. ¿Te está diciendo Jesús que mires en una dirección enteramente diferente? ¿Trata él de llevarte a donde no quieres ir? Quizás él está señalándote hacia un objetivo donde los obstáculos parecen insuperables. Confía en él; él abrirá las puertas correctas para ti.

Recuerda quién es Dios realmente. Aun cuando su guía no tiene sentido, Dios sigue siendo Dios. Él tiene una pesca superabundante de bendiciones que esperan saltar en nuestras redes. Como dice el Salmo responsorial, "Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella". Si él quiere, él puede multiplicar el pez y hacerlos lanzarse a sí mismos directamente en nuestras redes. ¡Y él si lo quiere!

Pero primero tenemos que abandonar nuestras propias ideas de cómo un problema debe ser solucionado. Como dice la primera lectura, no engañemos nuestro pensamiento a creer que somos sabios, porque entonces somos verdaderamente tontos. Cuándo estemos listos de renunciar a hacer las cosas a nuestra manera, porque sólo nos lleva al fracaso, entonces es cuando Jesús nos muestra donde y cómo encontrar el éxito. Aunque el viaje de la pesca quizás tome un rato, él nos dice cómo experimentar los milagros que nos dan más de lo que esperamos o nos imaginamos que sea posible.

Reflexión de la Buena Nueva

Jueves de la Vigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario

6 de septiembre, 2012

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Módica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor

© 2012 por Terry A. Módica

red

Lecturas del Día:

1 Corintios 3:18-23

Salmo 24:1-6

Lucas 5:1-11

http://evangeli.net/evangelio?

Reflexiones para el Alma Efesios 6, 11 - 13

11. .Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.

12.Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.

13. Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.

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