Esperando contra toda esperanza



"El esperaba contra toda esperanza." (Romanos 4,18a)

Esperando contra toda esperanza por la conversión de aquellos que nos han rechazado a nosotros y a Cristo

Querido Amigo,
Hace una década mi hijo, que había crecido en un ambiente lleno del poder del Espíritu Santo, comenzó a explorar lo sobrenatural experimentando los poderes de lo oculto. Un día, cuando era un recién llegado a la universidad, me preguntó, "¿está bien aprender sobre lo sobrenatural en otras religiones y creencias? No quiero dejar de ser católico, pero creo que debería saber más sobre lo que creen otras personas."
Dado que ya era un adulto, debía resistirme a ser maternal en mi respuesta. Era hora que empezara a tomarse la Fe como de su propiedad. Pero yo sabía demasiado bien los peligros de experimentar con lo oculto y explorar métodos de poder sobrenatural no cristianos. (Mi historia (en Inglés) sobre explorar lo oculto cuando era adolescente y cómo esto me apartó de Jesús, y luego, cómo Jesús me rescató, lo compartí en uno de mis WordBytes acerca de lo oculto y en mi libro Overcoming the Power of the Occult -- Venciendo el Poder de lo Oculto.)

Al darme cuenta de que ya no podría detenerlo de tratar de explorar lo que eligiera, dije una plegaria rápida pidiendo guía y contesté, "Hay muchos peligros en eso. Simplemente sométete humildemente al Espíritu Santo y sigue orando a Jesús, y asegúrate que sea siempre Él quien esté guiándote."

Él había aprendido desde la primera infancia a hacer eso. No obstante, como muchos de nosotros, era vulnerable a los engaños sutiles que se alimentan de nuestra propia creencia de que sabemos qué es lo mejor para nosotros. Cayó en la trampa de creer que estaba espiritualmente a salvo sin importar lo que explorara. Los medios y las influencias culturales actuales le aseguraron que es correcto y bueno perseguir cualquier cosa y toda cosa que eligiera desear. Y eligió desear poderes sobrenaturales sin el duro trabajo de seguir a Cristo en el camino de la santidad.

Un par de años después dejó la universidad. Se había convertido cada vez más, en un extraño para nosotros; su personalidad cambió. Luego escapó a Los Ángeles y le dijo a sus abuelos que estaba apartándose totalmente de nosotros y que algún día se casaría y tendría hijos y que nosotros nunca nos enteraríamos. Mis padres nos dieron esta noticia con gran tristeza y angustia.

 Ralph y yo, no obstante, se la pasamos a Dios. Dijimos "Dios es más grande que esto." "Dios es más poderoso que todo lo que está alejando a nuestro hijo de nosotros, y elegimos poner nuestra confianza en Sus promesas. Como dijo San Pablo en Romanos 4,18, creímos, esperando contra toda esperanza.
Nuestro hijo tiene ahora 33 y aún se esconde de nosotros. Oh, hubo una corta temporada, tres años atrás, cuando vino para reconciliarse con nosotros y para terminar la universidad. Un cambio para mejor estaba transformándolo gradualmente mientras estuvo en nuestro hogar, pero cuando se marchó a la universidad, volvió a las viejas formas. No estuvo el tiempo suficiente en el camino de la renovación. Abandonó la universidad al comienzo del último semestre y escapó a Hawaii. No ha hablado con nosotros ni nos ha dejado comunicarnos con él desde fines de enero de 2011. Y Ralph y yo continuamos creyendo en las promesas y gran poder de Dios, esperando contra toda esperanza.

Comparto esta historia personal porque hay muchos padres de mi generación con hijos adultos, que se han descarriado de una forma parecida, perdidos en la cultura de lo merecido y del egoísmo, con una creencia anti cristiana de que "si lo deseo, lo puedo tener, y no tengo que hacer ni lidiar con nada que no quiera, y no necesito hacer sacrificios o hacer algo que sea inconveniente."
Cuando visité Roma el pasado abril, tomé esta fotografía en Le Tre Fontane, un santuario honrando el lugar donde San Pablo fue martirizado. Es interesante, porque puedes ver una grieta entre medio de los escalones. Del lado derecho están los escalones originales cortados de una gran piedra, y en el lado izquierdo están las lozas de piedra puestas como escalones, cuando alguien quiso una escalera más ancha. Y ¿a dónde conducen? ¡A ningún lado!



Esta foto es una buena imagen de lo que muchas personas hacen con sus vidas: Dios nos da el camino original para que podamos subir cerca de Él, pero no estamos satisfechos, por lo tanto lo hacemos más ancho, agregándole nuestro propio camino ascendente, pensando que este es un camino mejor para alcanzar lo divino. Recuerda que Jesús dijo "El camino que conduce a la vida es angosto, y sólo unos pocos pueden encontrarlo" (Mateo 7, 14). ¿Qué sucede cuando lo hacemos más ancho usando nuestra propia voluntad y deseos? Nuestro trayecto para acercarnos a Cristo va ¡a ningún lado!

Piensa en alguien que ha dejado la Iglesia. ¿Quién ha abandonado a Jesús? ¿Quién te ha rechazado a ti y a tu fe?
Por favor – no pienses que alguien que conoces está tan complicado que el Espíritu Santo no pueda alcanzar. Dios me lo ha estado recordando últimamente.

Es la época del año en que apenas ha amanecido mientras voy de camino a mi Misa diaria, y las escasas nubes tienen un brillo dorado que demuestra la frescura de la mañana, recordándome que estoy recibiendo el regalo de un nuevo comienzo. ¡Oh qué fresco se siente el día en la mañana! Sana mi alma como una renovación de las promesas de Dios. Y el sol se pone cuando dejo la oficina para dirigirme a casa después del trabajo. Las nubes de neón rosadas y con brillo anaranjado me dicen que a medida que el día termina, Dios pone su signo de admiración en él, favoreciéndome con un festín para la vista, diciéndome "¡bien hecho, bueno y fiel sirviente!" Y yo pienso "¿Cómo puede ser esto? Le fallé a Dios durante el día permitiendo que mi orgullo y egoísmo infecten todo lo que hice. He cometido errores, apartándome de los planes de Dios. No he sido totalmente "parecido a Cristo" en mis tratos con otros."
Pero las bellas tonalidades del ocaso son la voz de Dios diciendo "recuerda, mi amada, Yo saco bien del mal, pues mi belleza sobrepasa todo lo que es desagradable en tu mundo."

LECTURAS DE HOY

Romanos 4, 13.16-18
Sal 105, 6-9.42-43
Lucas 12, 8-12