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Un buen trabajo
Llevando una antorcha por Jesús
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Familia que Reza Unida...
" Familia que reza Unida, permanece Unida ", decía Juan Pablo II. Y es cierto, pues la Familia que se reúne para hacer una oración en común, para pedir a Dios algo especial, hace que El viva en su familia.
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Lecturas de hoy:
1 Tesalonicenses 4:1-8
Salmo 97:1, 2b, 5-6, 10-12
Mateo 25:1-13
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Creciendo en santidad
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Instrumentos de Dios en este mundo
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Ser cristiano, significa vivir en comunidad
No podemos ser verdaderos cristianos - verdaderamente como Cristo - si no estamos en comunidad con otros creyentes. Esto significa más que ir a Misa (aunque adorar a Dios con los demás es un aspecto importante de la misma). Significa estar en relaciones activas con otros creyentes. Comunidad significa caminar juntos en el camino hacia el cielo.
En la primera lectura de hoy, observa como St. Paul predicó las Buenas Nuevas a los Tesalonicenses. "Estábamos decididos a compartir con ustedes ... nosotros mismos." Mientras que Pablo y su equipo de evangelización visitaban Tesalónica, entraron en relaciones con la gente. Como les digo a los grupos cuando estoy de viaje dando conferencias, "Un extraño es un amigo que aún no he conocido. Somos amigos porque pertenecemos a la misma comunidad de creyentes. ¡Vengan, vamos a caminar juntos!" Me gusta tratar cada interacción como una relación personal real. Hacer menos, no es parecerse Cristo.
Pablo enumera lo que no es comunidad (es decir, lo que es contrario a las relaciones Cristianas). En las relaciones sagradas, no hay engaño o motivos impuros o trampas, nada de susurros al oído con palabras amables o halagadoras, sin codicia de ningún tipo, sin estar buscando gloria.
En cambio los Fariseos, a quienes Jesús regañó en la lectura del Evangelio de hoy, no entendían la vida comunitaria. Como guías ciegos, perdieron la experiencia de edificar una experiencia de fe interpersonal. Ellos cumplieron con sus obligaciones religiosas, pero sus corazones estaban llenos de "botín y lujuria" o "saqueo y autocomplacencia".
¿Cuál es nuestro botín? Es todo lo que le robamos a otros: su dignidad, su valor, su tiempo, su respeto cuando no somos decentes. ¿Cómo somos autocomplacientes? Forzando a los demás a cualquier cosa por nuestro propio bien: nuestras agendas, o nuestras ideas co-dependientes de amor, deformes y lujuriosas.
Jesús nos brinda el pegamento que une a la gente en la comunidad: la justicia, la misericordia, y la fidelidad. Ya que para ser como Cristo hay que tratar a todos con justicia y misericordia, en lugar de limitarnos a aquellos que más nos gustan, nuestra comunidad es mucho más grande que nuestro círculo pequeño de amigos.
¿Qué estás haciendo con la comunidad? ¿que ves cara a cara en la Misa?
Cualquier cosa que falta en nuestras vidas, cualquier cosa que hemos estado pidiendo a Dios que provea que parece demasiado lento en llegar, cualquier necesidad insatisfecha que tenemos - ¡Dios lo da a nosotros a través de la comunidad, y en comunidad. La comunidad es tan importante para Dios que nos creó con una necesidad de experimentarla. La fe practicada sólo por nosotros mismos es muy solitaria y muy exclusiva.
Reflexiónes de las Buenas Nuevas
Martes de la 21va Semana del Tiempo Ordinario
Agosto 27, 2013
Memorial de Santa Mónica
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. USA. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,
© 2013 por Terry A. Modica
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¿Qué hace sagrada a una buena obra?
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Estas invitado a un banquete maravilloso
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¿Has alguna vez encontrado esa clase de personas? Quizás tú has invitado a alguien a una relación saludable, pero él te rechaza o ella trata de ser tu amiga bajo términos de su propia inmoralidad o una relación no saludable,
Como cristianos, estamos llamado a traer a Cristo en el mundo, invitando; abiertos a nuevas relaciones de modo que podamos revelar el amor de Dios a más personas y ayudarles a descubrir a Jesús en el banquete de la Santa Comunión. Pero ¿Qué pasa si la persona que invitas te dice que no? o ¿Qué tal si dice sí por razones equivocadas, sin querer ser transformadas por la santidad de su amor?
Jesús nos muestra en esta parábola que Dios no arrastra al que no quiere a su celebración (ni a la misa). Por supuesto, él le da a las personas (hasta que se mueran) ilimitadas oportunidades de arrepentirse y disfrutar de la fiesta, pero éste banquete es para verdaderos amigos. Sólo verdaderos amigos de Cristo quieren ser cambiados por el poder transformante de la fiesta de la Eucaristía. Cuando las personas dicen no a esta maravillosa oportunidad, él les permite caer más profundamente en el pozo que ellos están cavando. Él les permite encontrarse con las terribles consecuencias que ellos están creando de modo que eventualmente ellos se van a desesperar tanto y van a ser suficientemente humildes como para querer cambiar.
Dios hace lo mismo con aquellos que son falsos, es decir, aquellos quienes quieren el amor, la bondad, la paciencia de Dios, la vida eterna, etc., y quienes dicen ser cristianos pero realmente no quieren ser como Cristo. Ellos vienen a misa sin un deseo de ser transformados por la misa. Él les dice, "SUFICIENTE ustedes no pertenecen aquí y no me pueden engañar haciéndome pensar que si lo son. Fuera de aquí hasta que las terribles consecuencias los despierten a la verdad y los haga humildes"
Porque nosotros somos verdaderos amigos de Cristo, nos importa aquellos que no están disfrutando el banquete de su amor, y los invitamos a venir, pero no los tenemos que forzar como si nosotros fuéramos responsables de sus decisiones. Algunas veces todo lo que podemos hacer es vivir los ejemplos de las bendiciones que vienen de la Amistad con Cristo y el estar involucrados en la vida de la parroquia. Algunas veces la mejor invitación es la alegría que nosotros experimentamos de celebrar el banquete de la Eucaristía. (Ah, ¿Tienes tú esta experiencia de alegría? ¿Es obvia?)
Como ésta parábola nos muestra, no debemos perder tiempo quejándonos del rechazo y la falsedad de aquellos quienes no hacen parte del banquete. Si seguimos el ejemplo de Dios, nosotros iremos una y otra vez a buscar aquellos quienes realmente quieren ser santos. Iremos a nuestra manera a hacer amigos, invitando buenos y malos mientras dejamos los tercos recoger lo que ellos siembran, de modo que podamos disfrutar la amistad de aquellos que toman en serio la llamada a celebrar una vida centrada en la Eucaristía.
Reflexión de la Buena Nueva
Jueves de la Vigésima Semana del Tiempo Ordinario
Agosto 22, 2013
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. USA. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2013. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2013 por Terry A. Módica
Lecturas del día:
Jueces 11:29-39a
Salmo 40:5, 7-10
Mateo 22:1-14
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La alegría de ser el último
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