Demostrando la sabiduría de nuestras creencias



El punto que Jesús destaca en la lectura del Evangelio de hoy está resumido en la línea: "pero la sabiduría ha quedado justificada por sus obras".
Mientras tratamos de dar a luz a Jesús en el mundo de hoy, sirviendo como evangelizadores, compartiendo a Jesús con otros, con frecuencia necesitamos aprobación. Hay muchas personas que no nos quieren o rechazan nuestra sabiduría porque malinterpretan la fe que tenemos. Sin embargo, si ellos prestaran atención y observaran astutamente, verían la prueba de que nosotros somos inteligentes al tener esta fe. La prueba está en las buenas obras que hacemos. Está en nuestro comportamiento similar al de Cristo. Está en nuestras habilidades, algunas veces sobrenaturales, para soportar las dificultades sin vernos derrotados.
Nuestras buenas obras y nuestras acciones de amor revelan la presencia de Dios en nosotros, y estas son las únicas justificaciones que necesitamos. Porque, sin nuestro Padre amoroso morando en nosotros, sin Cristo redimiéndonos y sin El Espíritu Santo capacitándonos, seríamos unos arrogantes que causarían más caos y confusión que unos niños luchando por toda la plaza, burlándose unos de otros sobre flautas y cantos fúnebres. (Sé que eso sería yo, si Dios no fuera la fuente y el centro de mi vida.) Seríamos tan fácilmente engañados por las realidades que nos enfrentan, como las personas que pensaban que Juan el Bautista estaba endemoniado y que Jesús era un cerdo para la fiesta.
En Juan 8:12, Jesús dice, "Yo soy la luz del mundo. Quien me siga no andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida". ( Salmo Responsorial de hoy )  Esto explica por qué tenemos sabiduría en vez de confusión. "Aquellos que te siguen Señor, tienen la luz de la vida."
 Nuestros trabajos producen maravillosos frutos, y nos fortalecemos durante las pruebas en vez de marchitarnos y secarnos como la paja que fácilmente se vuela por las adversidades. Esa es la mejor prueba de nuestra Fe en el mundo de que Dios es real y que Jesús es verdaderamente nuestro Salvador. La próxima vez que seas mal interpretado y te sientas tentado a defender tu fe y explicar tus motivos, cierra la boca y deja que tus obras Divinas hablen. No obstante, esto no es fácil, porque queremos reivindicación inmediata. 
Necesitamos recordarnos a nosotros mismos que Dios nos defiende mucho mejor de lo que nosotros podríamos, y lo hace realizando Sus obras a través nuestro, que, con frecuencia, es el único lenguaje que los incrédulos entienden. Algunas personas eventualmente se convertirán por esto. Otros permanecerán ciegos a la verdad por su terca resistencia. La reivindicación de Dios puede tomar mucho tiempo antes de que dé frutos que podamos disfrutar. Sin embargo, sin importar lo que le pase a aquellos que objetan nuestro Cristianismo, nuestra fe crecerá.
Mientras más tratemos de probar nuestra fe por cómo la vivimos, más pura se volverá.

 
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Viernes de la 2a Semana de Adviento
Diciembre 13, 2013

Memoria de Santa Lucia


Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. USA. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,  registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2013. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2013  por Terry A. Módica 


Lecturas del día:

Isaias 48:17-19

Salmo1:1-4.6
(ver también Juan8:12)

 Mateo 11:16-19

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Decir sí a Dios



Happy Holidays from Reflexiones para el Alma
En la lectura del Evangelio de hoy, se nos muestra cómo la luz de Cristo afectó a la Virgen María incluso antes de dar a luz a Cristo. Jesús es la Luz del mundo, no creada, siempre existente luz divina de Dios, el Salvador de toda la humanidad desde el primer momento en que los humanos necesitaron salvación, milenios antes que María se convirtiese en la madre de Dios.

Aun cuando Jesús no había venido al mundo en la carne del Hijo, su santa luz bañó totalmente a María en su pureza resplandeciente. Y aunque ella no podía entender cómo el Mesías tan esperado podía ser concebido en su cuerpo virginal, en su luz podía ver que era Dios quien se lo estaba pidiendo.
Eso era todo lo que ella necesitaba saber: Dios se lo pidió, y Dios siempre sabe lo que está haciendo, y lo que está haciendo siempre es bueno, por lo tanto, obviamente que la respuesta es sí. Por supuesto ella quería cooperar con Su plan. Por supuesto ella expresó su famoso Fíat: "Yo soy la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra."

Eso es todo lo que necesitamos saber: si Dios lo pide, Él lo permite, y siempre termina bien. Si entendemos bien esto, entonces por supuesto vamos a querer decir, "Hágase en mí según tu palabra."

El Papa Juan Pablo el Grande escribió en su Encíclica "Redemtories Mater" (Madre del Redentor), párrafo 13: "María expresó su fíat en fe. En fe ella se entregó a sí misma a Dios sin reserva y se "entregó completamente como la esclava del Señor a la persona y el trabajo de su Hijo"" (Cita de la Constitución Dogmática Lumen Gentium, del Concilio Vaticano Segundo, pár. 56).

En fe, no necesitamos ver lo que la luz nos va a revelar, sólo necesitamos estar en la luz.

Nuestro problema, sin embargo, es que cada vez que Dios nos pide hacer algo, tratamos de mirar más allá para entender a donde nos está llevando. Queremos saber qué tan difícil será, si valdrá la pena el tiempo y el esfuerzo, y qué tan rápido tendremos éxito. Y haciendo esto, sólo vemos oscuridad. La luz no brilla en el futuro - está únicamente brillando en lo que Dios está revelándonos ahora mismo, aquí, en este momento.

Eso es todo lo que necesitamos saber. En todo lo que Dios nos pide, sólo necesitamos ver que es Él quien nos lo está pidiendo, no nuestra imaginación o la idea de alguien más de cómo deberíamos usar nuestro tiempo. Primero discernimos de quién es la voz que nos está llamando (con la ayuda del Espíritu Santo), y luego confiamos en que Dios sabe qué está haciendo, a dónde va, y cómo lo hará
 juan bautista

Reflexiones de las Buenas Nuevas
Jueves de la 2ª Semana de Adviento
Diciembre 12, 2013
Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Módica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. USA. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,  registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2013. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
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Lecturas del día:

Zacarías 2:14-17 o Ap 11,19ª.12, 1-6ª.10ab
Judith 13:18-19 (con15:9d)
Lucas 1:26-38 o Lucas 1:39-47

                       
Nuestra Señora de Guadalupe

Patrona de México. Pío X la proclamó "Patrona de toda la América Latina"; Pío XI, de "todas las Américas"; Pío XII la llamó "Emperatriz de las Américas"; y Juan XXIII, "La misionera celeste del Nuevo Mundo" y "la Madre de las Américas".

 



Sorpresa Espiritual AQUI

Viviendo en la Luz


Viviendo en la Luz, 
para compartir la Luz


¿estás en la luz de Cristo? 

Para dar a luz a Cristo e iluminar el mundo a nuestro alrededor con Su luz,
debemos permanecer en la luz de Cristo.
Asolearse en la luz de Cristo "debería ser relajante". Pero no siempre parece así, ¿verdad? ¡No cuando es muy brillante!
Cuando Jesús nos revela un pecado que hemos estado cometiendo, nuestro primer instinto es cerrar de golpe nuestros párpados. Luego o nos escapamos y escondemos, o peleamos y forcejeamos y nos revolcamos en sus brazos.
 Es duro escaparnos de la luz de la verdad. Todo el mundo trata, pero nadie tiene éxito por siempre. Oh, por un rato, podemos enmascarar la pureza de la luz de la verdad con colores de nuestra elección, pero cuando realmente, sinceramente queremos ser más como Cristo, nosotros lo dejamos transfigurar nuestra naturaleza humana con su brillo divino. Y cuando verdaderamente confiamos en Él, aceptamos los cambios inmediatamente.  

La luz de Cristo es relajante sólo cuando dejamos ir nuestro deseo de interpretar la verdad de acuerdo a lo que es más conveniente para nosotros y lo que es más fácil de creer. Algunas veces malinterpretamos el valor de la verdad - por ejemplo, una enseñanza de la Iglesia que no nos gusta porque es inconveniente o porque no tiene sentido para nosotros (la prohibición contra el control de la natalidad artificial es probablemente la más mal interpretada) - y por esto rechazamos la enseñanza como si fuera una mancha negra en la pared de la Iglesia. Pero rechazarla nos impide compartir la luz de Cristo con otros.

Nos convertimos en distribuidores de oscuridad hasta que dejemos de rechazar lo que Dios está haciendo en la luz. Necesitamos relajarnos y permitir que su luz nos consuma, confiando que estamos seguros en este proceso de transformación por la bondad de Dios. Entonces, como está descrito en la lectura del Evangelio de hoy, estamos fortalecidos uniéndonos nosotros mismos a Jesús. Estar unidos a Jesús significa hacer equipo con Él para amar como Él ama, sembrar lo que Él siembra, e ir donde Él va.

Nuestras cargas se hacen más ligeras cuando Jesús nos ayuda a arrastrar su peso. El mundo alrededor nuestro se torna más brillante cuando nos lleva a una dirección diferente de la que habíamos tomado bajo el peso de la ira y la resistencia y la ilusión de que la vida debe ser fácil para ser buena.
Cuando nos relajamos en la luz de Cristo, comenzamos a entender cómo Él es humilde y manso de corazón. Ser manso significa ser fuerte en la verdad sin forzarla en nadie. Jesús sabe cómo crear un ambiente en el cual los demás realmente quieran saber por qué creemos lo que creemos. Si no nos resistimos a lo que Él está haciendo, tratando de llevarlo en la dirección equivocada, su yugo será suave.

En la vida al estar unidos a Jesús, 
Él nos ayuda a trabajar más duro. Nos entrena mientras que pacientemente espera que nosotros desarrollemos nuestras fuerzas, de modo que podamos ir más lejos distribuyendo su luz. 

Esto me recuerda el arreglo colorido de luces de Navidad en una casa, cuando trabajan juntas para formar una constelación que redefine formas viejas mientras acaban con la oscuridad. Unirnos a Jesús es como eso, redefinir viejas formas y patrones en nuestras vidas según la luz de la verdad mientras descansamos en la fuerza y la guía del amor de Cristo.

Y así es como nos volvemos más efectivos dando a luz a Jesús, en el mundo.


Reflexiones de las Buenas Nuevas
Miércoles de la 2ª Semana de Adviento
Diciembre 11, 2013

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva,http://www.gnm.org/ReflexionesDiarias/index2.html?Wed.htm

© 2013 por Terry A. Modica

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Las Bendiciones


"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).

Bendíganse en todo momento, al despedirse, al acostarse, al saludarse...

Vale la pena recuperar la bendición en la familia. "Que Dios te bendiga, hija. Que Dios te bendiga, hijo", Que Dios te bendiga mi nieta querida, Que Dios te  bendiga Yerno, y mi Esposo adorado, que Dios te bendiga.     Juntos, como familia, celebrar los dones que Dios nos da cada día. Bendecir los alimentos, bendecir la casa, bendecir el trabajo, es rogar juntos para que, todo lo bueno que Él nos da, nos fortalezca y nos haga vivir como hijos e hijas suyos. 
"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).

"Dijo el Señor a Abram: Yo haré de ti una nación grande y te bendeciré. A Saray, tu mujer, yo la bendeciré y de ella suscitaré naciones" (Cfr. Gén 12,1-2; 17,15-16)  


Lecturas del Día:  
Isaías 40:25-31
Salmo 103:1-4, 8, 10
Mateo 11:28-30

Ayudando a la oveja perdida


  ¿Quiénes son las ovejas perdidas en tu vida? La lectura del Evangelio de hoy nos asegura que Jesús es el Buen Pastor y que no parará de ir tras ellas. Sin embargo, no podrá alcanzarlas hasta que (1) ellas estén listas para ser encontradas, y que (2) Él tenga nuestras manos y pies y voz a través de las cuales pastorearlas. 
Algunas veces los perdidos tienen que experimentar muchos problemas de los cuales no se pueden recuperar por sí mismos. Aunque las fuerzas demoníacas estén usando conceptos erróneos, heridas, y falsas teologías para evitar que reconozcan su necesidad de Cristo, no hay nada que temer. Jesús está siguiéndolos, buscando cualquier actitud receptiva que ellos tengan hacia Él, esperando a su lado hasta que ellos pidan Su ayuda, y preparando uno (o más) de nosotros para ayudarlos a volverse hacia el amor sanador de Jesús.

Mientras tanto, podemos ayudar rezando por ellos y siendo un buen ejemplo de lo que es pertenecer al rebaño del buen Pastor. No importa que tan oscuro y desesperanzador parezca. La luz santa de Cristo ya ha infiltrado la oscuridad de Satanás.

Considera el poder de la luz. Imagina dos cuartos contiguos, uno en total oscuridad y el otro iluminado por una lámpara. Si fueras a hacer un hueco en la pared que divide estos dos cuartos, ¿la oscuridad pasará al cuarto iluminado o la luz del cuarto iluminado llegará al cuarto oscuro? ¡Mira, el poder de la luz es completamente más fuerte que el poder de la oscuridad! Este es el poder de Cristo. Esto es a lo que hemos sido llamados, dar a luz por la manera en que vivimos nuestras vidas y revelar a Jesús como la fuente de nuestra fe.

Yo lo he visto suceder. En el año 2000, un miembro de una familia muy querida fue absorbido más y más profundamente por el mundo de la oscuridad, involucrándose con unos juegos de vampiros. Muchos rezaron por ella e invocamos la ayuda de la Santa Madre, el Santo de la Confirmación de la niña, y otros santos. Durante el Adviento, los problemas empeoraron, pero en la Víspera de Navidad, Jesús hizo un hueco en la pared que estaba hundiendo a la familia. La luz de Dios penetró en la oscuridad de ella, y para el año siguiente, ella se convirtió en una luz brillante que trajo a otros a Cristo - y todavía lo es.

Puede tomar años para que aquellos que viven en la oscuridad se den cuenta que están en el lugar equivocado. La primera lectura de hoy nos da una dosis de la consolación de Dios. Considera cómo estos versos pueden darte fortaleza, resistencia, coraje y esperanza.

Usa esta escritura para volverte a comprometer tú mismo con "hagan en el desierto un camino recto para el SEÑOR", escogiendo amar a las ovejas perdidas incondicionalmente; tratándolas de la misma manera que lo haría Jesús (lo cual algunas veces incluye amor riguroso y límites firmes para evitar que sus pecados causen más daño). De esta forma les darás a Jesús, se den cuenta o no.

Reza diariamente para que la luz de Cristo se esparza en sus vidas a través de muchos y variados huecos y que penetre en las prisiones que se han hecho ellos mismos. 


Pídele al Espíritu Santo que te transforme en una lámpara mejor, que alumbre más brillantemente con la santidad y el amor sanador de Cristo. Pídele a la Madre Bendita que te ayude a dar a luz a Jesús en la vida de ellos a través de la manera en que te comportas a su alrededor. Y confía en que el Buen Pastor está haciendo más de lo que puedes ver, para rescatarlos.


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Reflexiones de las Buenas Nuevas
Martes de la 2ª Semana de Adviento
Diciembre 10, 2013



Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,
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ADVIENTO

El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo más próximo al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.

El término "Adviento" viene del latínadventus, que significa venida, llegada. El color usado en la liturgia de la Iglesia durante este tiempo es el morado. Con el Adviento comienza un nuevo año litúrgico en la Iglesia,
El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.


Lecturas de hoy:  
Isaías 40:1-11
Salmo 96:1-3, 10-13
Mateo 18:12-14

Como confiar en Dios








"El Señor es mi luz y mi salvación - ¿a quién temeré?"

¿Quién te intimida? ¿El rechazo de quién estás tratando de evitar? Pero no nos detengamos en el "quien" del asunto. ¿A qué le tienes miedo ahora mismo? ¿A qué desilusión le tienes miedo? ¿Qué te está preocupando? ¿Qué te está robando tu alegría y parece sin esperanza?

Cuando "miramos fijamente el amor del Señor" - cuando nos tomamos tiempo para meditar en el amor de Dios por nosotros y su increíble poder y sus promesas - nos damos cuenta que no hay ninguna razón para tener miedo.

Nos damos cuenta que: Dios es tan maravilloso, tan cariñoso, tan bueno, tan poderoso y tan preocupado por cada una de mis necesidades, por cada uno de mis deseos, y cada una de mis peticiones. 

Cuando tenemos miedo, estamos ciegos a lo maravilloso del Señor, y como los dos hombres en el pasaje del evangelio de hoy, necesitamos ser sanados.


La fe es lo que nos sana - la fe que identifica a Jesús como el Señor, fe que aprecia el gran amor del Señor, fe que sabe que Dios sacará algo bueno de cada problema no importa que tan mal parezca.

Esta es la fe que nos da el poder para creer que vamos realmente a "ver la generosidad del Señor en la tierra de los vivos," y esta fe cura nuestros miedos.

Esta es la fe que está dispuesta a "esperar al Señor con coraje" porque sabemos que Dios nos está mirando y así experimentamos el coraje aún durante las pruebas más duras.

El miedo no es de Dios. No pertenece a una vida cristiana. Ni tampoco la preocupación, porque la preocupación es el miedo que sentimos cuando estamos tratando de confiar en Dios y dudamos de que Él se preocupe lo suficiente como para hacer la diferencia.

Confiar en Dios mientras superamos esta duda convierte la preocupación en dedicación. En vez de ansiedad tenemos esperanza. Nos ocupamos de la situación y estamos listos para resolver el problema según el Señor nos dirija.

Aquellos que están ciegos por el miedo, son los que no miran fijamente la hermosura del Señor. Él no es la razón para su esperanza, y así tienen razones válidas para vivir en el miedo. Aquellos de nosotros que sabemos mejor, no obstante, porque hemos visto al Señor hacer mucho bien, tenemos razones válidas para vivir en la esperanza a pesar de toda evidencia visible que muestre lo contrario.


La esperanza produce valor. ¿Tienes tú este valor? ¿Qué tan visible es? Tu valor es otra manera de dar a luz a Jesús.


El coraje se desvanece cuando nos distraemos por nuestras pruebas y problemas, enfocándonos en la evidencia del desastre en vez de las razones para tener esperanza, quitando los ojos de lo que es puro, y santo y amoroso y sagrado.   

El coraje crece cuando recordamos mantener nuestros ojos en Jesús.

Reflexiones para el Alma
Viernes de la Primera Semana de Adviento
Diciembre 6,2013

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Lecturas del Dia:
Isaias 29:17-24
Salmo 27:1,4,13-14
Mateo 9:27-31

¿Qué hay en tu lista de Navidad?



 ¿Qué hay en tu lista de Navidad?
¿Recuerdas cuando eras niño, cómo te sentías cuando se iba acercando la Navidad? Si creciste en una casa Cristiana, relacionaste la alegría de la temporada con el nacimiento de Jesús. Pero una gran parte del Adviento, para la mayoría de nosotros, estaba enfocado en nuestra lista de deseos para Navidad. Pasamos mucho tiempo esperando recibir todo lo que deseábamos.

Hoy como adultos, entendemos que nos deberíamos enfocar más en las necesidades de los otros que en nosotros mismos. Sin embargo, antes de poner carbón en nuestras medias como penitencia por el egoísmo con que hacemos nuestras listas de deseos nuevamente, miremos las razones sicológicas de la avaricia.

No hay nada malo con esperar regalos. Dios quiere que estemos abiertos a recibir más de lo que actualmente tenemos, porque es muy generoso y tiene mucho amor por nosotros. Sin embargo, desear regalos materiales sin querer compartirlos con otros, es avaricia.

Y la avaricia es una reacción por necesidades insatisfechas. La cura para esto es fe; - fe en que Dios satisface todas nuestras necesidades-.

Ni los padres, ni los amigos ni los cónyuges pueden darnos todo lo que necesitamos. Quisiéramos que pudieran, pero debemos colocar nuestra esperanza en Dios. Sólo Dios puede darnos todo lo que necesitamos para todo lo que necesitamos. Pero a menos que nos volvamos hacia Dios y le pidamos que nos llene - a menos que nos apoyemos primero y por siempre en Él para todo - continuaremos teniendo deseos egoístas brotando de necesidades insatisfechas.

Dios quiere que nosotros le demos nuestra "lista de deseos" de Navidad y que luego confiemos en que Él se encargará de nosotros a su manera perfecta, en su tiempo perfecto, y en su perfecta generosidad.
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús ha terminado de dar un seminario de tres días. Su mensaje era tan cautivador que la mayoría se olvidó de ir a sus casas y comer.   

Jesús comprendió sus necesidades. Él se preocupó por ellos tanto que hizo un milagro, tomando lo que era insuficiente y convirtiéndolo en una cantidad más generosa de lo que era necesario. ¿Te has dado cuenta que Jesús quiere darte más de lo que es necesario?
La primera lectura de hoy dice, "El Señor de los ejércitos proveerá para todos los pueblos." El salmo responsorial dice, "El Señor es mi pastor; nada me faltará."

¡Jesús comprende tus necesidades! ¡A Jesús le importas tú! ¡Él puede y quiere darte más de lo que necesitas!

¿Por qué encontramos esto tan difícil de creer? Porque primero tenemos que volvernos hacia Él y confiar en Él, en vez de exigirlo de las personas alrededor nuestro.

Jesús con frecuencia nos provee a través de nuestros propios talentos y a través de las personas que ha colocado en nuestras vidas, así como proveyó a la multitud en las montañas usando los pescados y los panes de las personas, pero debemos dejarlo a Él decidir la mejor manera de encargarse de nosotros. Realmente disfruta tomar lo que es muy poco y multiplicarlo en mucho.

Dale a Dios tu "lista de deseos" y déjalo hacer algo sorprendente con ello. No tengas expectativas de lo que hará. No le exijas nada. Déjalo hacerlo a su manera ¡y los resultados serán mejor de lo que te hayas podido imaginar!

  
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Miércoles de la 1ª Semana de Adviento
Diciembre 4, 2013

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Las Bendiciones


"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).
Bendíganse en todo momento, al despedirse, al acostarse, al saludarse...

Vale la pena recuperar la bendición en la familia. "Que Dios te bendiga, hija. Que Dios te bendiga, hijo", Que Dios te bendiga mi nieta querida, Que Dios te  bendiga Yerno, y mi Esposo adorado, que Dios te bendiga.     Juntos, como familia, celebrar los dones que Dios nos da cada día. Bendecir los alimentos, bendecir la casa, bendecir el trabajo, es rogar juntos para que, todo lo bueno que Él nos da, nos fortalezca y nos haga vivir como hijos e hijas suyos. 
"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" 
(1 Pe 3,9).

"Dijo el Señor a Abram: Yo haré de ti una nación grande y te bendeciré. A Saray, tu mujer, yo la bendeciré y de ella suscitaré naciones" (Cfr. Gén 12,1-2; 17,15-16)   

Lecturas del Día:
Isaías 25:6-10a
Salmo 23:1-6
Mateo 15:29-37


 


Benditos los ojos que ven



 
En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús le dice a sus discípulos: "Benditos los ojos de los que ven lo que ustedes ven."  Parecería que hoy no estamos muy bendecidos, porque nacimos dos mil años más tarde para ver a Jesús en carne propia, cara a cara. Pero consideremos lo que hemos visto con nuestros propios ojos.

Cada día, si podemos celebrar Misa, vemos a Jesús en la Eucaristía. Bueno, no, no lo vemos con nuestra visión física. Se requiere fe - y creer en el poder sobrenatural de Dios - para reconocer que el pan y el vino son transformados en el cuerpo y la sangre de Jesús durante las oraciones de la consagración. Los ojos de nuestras almas lo ven.

Cada día, vemos a Jesús en otros, si miramos más allá de la basura del pecado y los comportamientos poco saludables que acarrean como preciadas posesiones. Jesús no es claramente visible; la verdadera visión requiere fe. La verdadera fe abre los ojos de nuestras almas para encontrar la presencia de Cristo en cada persona.

Si cada día, en oración observamos lo que Dios está haciendo en nuestras vidas, vemos las manos de Cristo alcanzándonos, abrazándonos, ayudándonos, alimentándonos, tomando nuestras cargas y sanándonos - a través de las personas a nuestro alrededor. Los ojos de nuestras almas ven su amor viniendo hacia nosotros a través de otros y nos damos cuenta que estamos siendo bendecidos.

¿Qué hay de bueno en ver a Jesús, si no es por el propósito de seguir a Jesús y unirnos a Él en la continuación de su ministerio en la tierra?

Somos bendecidos porque estamos unidos a Cristo. Su luz ha penetrado en la oscuridad del mundo en la cual vivimos, y ésta es la razón para un gran gozo. Su luz ha vencido la oscuridad de nuestro egoísmo y la ceguera que podría causarnos que tropezáramos y nos desviáramos por caminos equivocados. ¡Gracias a su luz, podemos ver! Podemos ver que Dios verdaderamente nos ama; podemos ver que nos está ayudando, podemos ver qué nos está pidiendo que hagamos a continuación en nuestro camino hacia el cielo, y podemos ver que Él quiere cambiar el mundo a través nuestro.


En nuestros tiempos de oración privada, Jesús nos visita directamente. Pero es muy silencioso. No hay un contacto físico. Es sólo místico. Algunas veces experimentamos un gozo sobrenatural en esos momentos, pero necesitamos más que eso. Somos criaturas de carne y sangre que necesitan un Dios de carne y sangre para poder sentir sus abrazos.

Por eso Jesús viene a nosotros a través de otros. Cuando tenemos dificultad en ver cómo el Señor está respondiendo nuestras oraciones o qué nos está diciendo que hagamos, necesitamos ir a compañeros cristianos y Él nos pastoreará a través de ellos.

Sin embargo, para beneficiarse de sus visitas y ver su presencia y sentir sus abrazos y oír su voz, debemos ubicarnos activamente en una comunidad Cristiana. La Iglesia, es, después de todo, el Cuerpo de Cristo en la tierra.
¿Qué necesitas ver que Jesús haga por ti hoy? Dios ha bendecido tu visión, pero si aún no puedes verlo, busca Su brillo a través de alguien más.  - ¡te garantizo que Él mismo está tratando de revelarse a ti!

 
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Martes de la 1ª Semana de Adviento
Diciembre 3, 2013
En memoria de San Francisco Javier


Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,
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ACTO DE CONTRICIÓN DE SAN FRANCISCO JAVIER


No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido,
Ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. 
Tú me mueves, señor, muéveme el verte Clavado en una Cruz y escarnecido; 
Muéveme el ver tu cuerpo tan herido; 
Muéveme tus afrentas y tu muerte;
Muéveme, en fin, tu amor; 
En tal manera que aunque no hubiera cielo yo te amara y aunque no hubiera infierno te temiera. 
No me tienes que dar porque te quiera, porque aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera.

Lecturas de hoy:
Isaías 11:1-10
Salmo 72:1-2, 7-8, 12-13, 17
Lucas 10:21-24