Viviendo en la tierra de la santidad




En la primera lectura de hoy, Dios nos habla con la seguridad de que, debido a nuestro deseo de amarlo y seguirlo, vamos a crecer en santidad. ¡Sin lugar a dudas!

¿Eres santo ahora? ¡Sí! Cuando fuiste bautizado, tu naturaleza pecaminosa murió y recibiste la vida en el Espíritu Santo. El problema es que no siempre actuamos de acuerdo con nuestra verdadera naturaleza. Rechazamos nuestra propia bondad y entonces pecamos - o dicho con mayor precisión, rechazamos el Espíritu Santo dentro de nosotros.

Si aceptamos la invitación de Jesús a unirnos al gran banquete de bodas, como él mismo explica en la lectura del Evangelio de hoy, nuestro Rey celestial nos deleitará con un festín de su bondad. Y nuestra Reina Madre, la Santísima Virgen María, que vivió toda su vida en la plenitud de la gracia, añadirá sus oraciones a las nuestras y compartirá con nosotros su don de la gracia.

Así es como Dios demuestra su santidad al mundo. Lo demuestra, como Ezequiel profetizó, a través de nosotros y nuestra cada vez mayor santidad. ¿Qué pecados actualmente te controlan? ¡Dios puede ayudarte a superarlos! Lee las palabras de Ezequiel como una promesa de Dios para usted personalmente:

"Voy a llevarte lejos de ese mundo de pecado, porque es ajeno a tu verdadera naturaleza, y te traeré de vuelta a mi reino, tu verdadero hogar.

"Voy a rociar pureza (agua limpia) sobre ti para limpiarte de todas tus impurezas. Yo te limpiaré de la suciedad de tus ídolos, de todo lo que le tienes más aprecio que tu verdadero Dios.

"Yo te quitaré el corazón de piedra y te daré un corazón nuevo - el Sagrado Corazón de mi Hijo - y pondré dentro de ti un espíritu nuevo - mi Espíritu Santo. Este Espíritu te dará el poder para vivir por mis estatutos y decretos.

"Vivirás en la tierra de la santidad - mi reino - la cual di a tus antepasados, los santos que fueron antes de ti.

"Tú serás mi hijo, y yo seré tu Dios. De hecho, esto ya es así, porque tu lo deseas! Todo lo que necesitaba de ti era tu permiso para llevarte, cambiarte, y abrazarte. Gracias por darme esto en el Sacramento de la Reconciliación, en los ritos de penitencia de la misa, y en tu amor diario por mí "


Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. USA. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,  registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2013. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2014  por Terry A. Módica 


Lecturas de hoy:
Lecturas de hoy:
Ezequiel 36: 23-28
Salmo 51: 12-15,18-19
Mateo 22: 1-14