Cómo llevar a otros a la conversión


Es el Espíritu Santo (no nosotros) quien cambia los corazones de los que evangelizamos
Todos nosotros estamos llamados a ser evangelizadores. Tú eres un misionero ahora, donde Dios ya te ha puesto, tocando las vidas de todos los que te encuentran. Tu estas llamado a estar en la presencia de Cristo donde sea que estés y en todo lo que hagas.

No te sientas desalentado cuando fallas al convencer a alguien de ir a la iglesia o para que confíe en Jesús. La pregunta es: ¿Quedaste sin argumentos? San Pablo nos dice en la primera lectura de hoy, que confiemos en "el poder convincente del Espíritu". Nadie se siente motivado a la conversión cuando los debates se sienten más como argumentos que como exploraciones amistosas de la verdad. La gente se vuelve a la defensiva, porque se sienten presionados a cambiar su punto de vista. Su defensiva cierra los oídos de sus corazones y entonces ellos no pueden escuchar con entendimiento. 

Solo el Espíritu Santo nos concede el entendimiento - es un Don - y el Espíritu trabaja no con argumentos y persuasiones agresivas, si no que trabaja en el amor y la compasión.

Pablo predicaba sobre Jesús crucificado, con sus palabras y como él servía. Sin embargo, la crucifixión no es un tema placentero. Y aun así,
el sacrificio de Cristo es la razón más persuasiva para creer en el amor de Dios, más que cualquier otra cosa que podamos decir en un debate.

Cuando los no creyentes están listos para ver lo que Jesús hizo por ellos el Viernes Santo, su resistencia se derrite. Cuando ellos entienden porque Él lo hizo, ellos experimentan la conversión. ¿Pero cómo podemos ayudarles a ver y entender sin caer en argumentos? 

Nosotros predicamos a Jesús más efectivamente en los sacrificios que nosotros hacemos en su nombre. Al servir en las necesidades de otros (especialmente cuando ellos no han sido amables con nosotros) e imitando a Jesús que fue a la cruz por aquellos que pecaron en su contra, nosotros damos un poderoso testimonio del amor de Dios.

Ya que no hay caminos rápidos hacia la fe, probablemente tendremos suficiente tiempo y muchas oportunidades para demostrar que realmente nos importa - repetidamente - antes de que ellos estén listos para entender la conexión entre nuestro amor sacrificado y Cristo. Entonces debemos estar listos para usar las palabras exactas que expliquen el amor de Dios.
Esto es mucho más efectivo que hacerlos sentir culpables por no ir a la Iglesia.

En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús comienza la lección en la sinagoga - y su ministerio publico - con: "el Espíritu de Dios está sobre mí." Fue el Espíritu Santo quien ungió a Jesús y lo envió al mundo a predicar. De esa misma manera, es el Espíritu Santo quien te unge a ti y a mí y nos envía fuera de la Misa para llevar a Cristo al mundo. Y es el Espíritu Santo (no nosotros) quien cambia los corazones de los que evangelizamos

o todos le prestarán atención a lo que el Espíritu Santo está haciendo y diciendo a través de nosotros. Algunos rechazaran la verdad sin importar cuanto les amemos. Pero cuando la gente experimenta la conversión y el crecimiento espiritual, su nueva fe será fundada no en nuestra sabiduría, si no en el poder de Dios.


Reflexiones de las Buenas Nuevas
Lunes de la 22ª semana del Tiempo Ordinario
1 de setiembre de 2014
 


Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/ 
© 2014 por Terry A. Modica


Lecturas de hoy:
1 Corintios 2:1-5
Salmo 119:97-102
Lucas 4:16:30


 
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