Nuestros ángeles nos muestran lo importante que somos para Dios





Tú eres tan importante para Dios que él ha asignado un ángel para ti, que tú no compartes con nadie más, para ayudarte a lo largo de tu vida. Este ángel ha estado cumpliendo sus responsabilidades contigo todo el tiempo, de maneras que no se pueden ni imaginar.

Cuando necesitaste más ángeles, Dios te dio más, sobre todo si le pediste que enviara más. Una de mis oraciones de rutina de la mañana es:
"Padre Dios, rodéame con los santos ángeles que me ayudarán a conocer y hacer Tu voluntad hoy. Rodéame de tantos santos ángeles que los demonios no pueden ni siquiera verme ni oírme.".

Puesto que los ángeles son normalmente invisibles a nuestros ojos, y ya que tendemos a usar la lógica para justificar sus intervenciones, fácilmente nos olvidamos de ellos. Al hacerlo, subestimamos lo importante que somos para Dios. Nos preocupamos y tememos que él se está olvidando de nosotros o que él va a ignorar nuestras necesidades y dará lugar a un desastre. Por lo tanto nos sentimos como si estuviéramos solos cuando en realidad ¡no lo estamos!

Cuánta ayuda recibimos de nuestros ángeles depende de nuestra confianza en Dios. Si realmente no entendemos que somos lo suficientemente importantes para Dios para que nos dé ángeles, no vamos a entender su papel en nuestras vidas. No vamos a entender su deseo de participar con nosotros.

Lo que los discípulos querían saber en la lectura del Evangelio de hoy es muy familiar a nuestros propios pensamientos: ¿Somos lo suficientemente buenos? ¿Somos muy importantes? Queremos sentirnos valorados. Queremos creer que somos indispensables. Pero ¿qué piensa Jesús de esto?

Él levantó la humildad de los niños pequeños como un ejemplo de lo que es verdaderamente importante en el reino de Dios. Los niños pequeños saben que son valorados cuando sus padres atienden a sus necesidades. ¿Se preocupan acerca de ser indispensable? Sólo si un hermano o una hermana ocupa todo el tiempo de mamá y de papá. Cuando saben que son amados, los niños saben que son importantes.

Nosotros, en cambio, trabajamos duro en sentirnos importantes. Gastamos mucho esfuerzo para crear una imagen de nosotros mismos que es mejor que lo que pensamos que somos. Esto nos pone en la mentalidad de tratar de encontrar nuestro valor en lo que hacemos en lugar de lo que somos.

Somos hijos de Dios; fuimos hechos a imagen y semejanza de nuestro Papá-Dios. Como se puede deducir de Mateo 18:10, los ángeles están aquí para ayudarnos a ser lo que somos.

Dios no nos da ángeles de la guarda que nos ayudan a desarrollar grandes reputaciones, porque ya somos grandes para Dios. Sólo cuando cooperamos con esto - dejando que los ángeles nos hagan ministerio para el hijo de Dios que somos en realidad - sólo entonces nos guían a hacer grandes cosas para Dios. Sólo entonces pueden protegernos de la maldad que pone en peligro sus planes para nosotros.

Si somos sinceros en arrepentirnos de lo que sea que oscurece lo que realmente somos, entonces cuando nos miramos en el espejo podemos ver la cara que nuestros ángeles, Ven, Pruébalo. Busque al hijo de Dios en el espejo. Si tú no estás rechazando la buena persona que tu Papá-Dios ve cuando te mira a ti, descubrirás cuán hermoso eres para él.


Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Módica, y es utilizada bajo la responsabilidad del grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/

 © 2014 por Terry A. Módica

Reflexiones de las Buenas Nuevas                   
Jueves de la semana 26 del Tiempo Ordinario
02 de octubre 2014
Memoria de los Ángeles guardianes




                      Lecturas del día:

Job 19: 21-27
Salmo 27: 7-9, 13-14
Mateo 18: 1-5, 10

Stay Connected
Like me on Facebook        Follow me on Twitter