Salvado de morir



Nadie que haya recibido un gran bien,puede dejar de alabar a quien se lo hizo.
El Evangelio  de hoy, me lleva a rememorar un acontecimiento que me demostró el gran poder de Cristo.
La historia que cuenta el Evangelio puede ser la mía propia.

Cuando Cristo me sacó del foso en donde me encontraba, sentía la necesidad de orar y orar. Así que sabiendo que había un grupo de Adoración nocturna, me dirigí hacia ahí. Mi esposo me acompañaba.
Uno de mis hijos no hacia mucho caso a nuestras recomendaciones en ése tiempo. Llevaba 3 días sin casi dormir por andar con sus amigos sirviéndole de chofer.

Al salir de la Adoración, mi esposo llamó a mi hijo para ver dónde andaba. Le contestó llorando y muy asustado. Acababa de chocar, estuvo a punto de desbarrancarse al mar. El carro quedó inservible.

Gracias a Dios, él no recibió ni un razguño. Una roca que no estaba cuando pasaron él y sus amigos de ida, detuvo su caída al barranco de regreso a casa. Cuando pasaba por una curva, sus ojos se cerraron. Algo lo hizo abrirlos y al hacerlo, vió el mar frente a él,dió un virazo que lo llevó directo al pie del cerro en un terraplen.. Con la velocidad que llevaba y la cuneta del cerro, el carro viró hacia el desfiladero tomando más velocidad. De pronto, la piedra lo detuvo.

Podría pensarse que cosas así suceden a diario, pero justo cuando mi hijo fué salvado, mi esposo y yo estábamos hincados ante el altar juntos, orando a Dios.

Eso no hizo sino reafirmar mi fé, mi confianza en que Dios cuando se le pide con el corazón, responde. Desde ése día he puesto a mis hijos, a mi esposo en sus manos.

Siempre viví temerosa de que les sucediera algo. Ahora vivo tranquila. Oro diariamente para que no les suceda nada malo.
Vivo sin la ansiedad con la que viví por muchos años desde que perdí a mi primer hija a los dos meses de nacida.
Al nacer mis dos hijos después, siempre tuve la ansiedad en mi corazón, el miedo que me hacia querer sobreprotegerlos.

Crecieron normalmente, gracias a Dios. . El simple hecho de subirlos a un columpio, era una tortura para mí. Había visto a un primito caerse y lastimarse un brazo al hacerlo.

El que subieran por las escaleras peleando, me atemorizaba. Había caído yo misma al ser aventada por mi hermana peleando por el mejor lugar.
Sin embargo, ellos vivieron como niños normalmente. Dios me dió la fortaleza suficiente para sobreponerme a mis miedos en bien de mis hijos. Pero ésos miedos, minaron mi salud; no porque no les demostrara, no lo sentía.
Ahora es distinto. Como dice la primer lectura en Isaías: «Mirad: yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva: de lo pasado no habrá recuerdo ni vendrá pensamiento, sino que habrá gozo y alegría perpetua por lo que voy a crear. Mirad: voy a transformar a Jerusalén en alegría, y a su pueblo en gozo; me alegraré de Jerusalén y me gozaré de mi pueblo, y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos; ya no habrá allí niños malogrados ni adultos que no colmen sus años, pues será joven el que muera a los cien años, y el que no los alcance se tendrá por maldito. Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán sus frutos.»
Eso ha sucedido en mi vida desde que ando en el camino de Jesús. Todo es distinto. Ahora puedo dormir tranquilamente sin el miedo a que mis hijos les suceda algo malo. Sé que están en manos de Dios. Y ésas son las mejores manos.

Dios cumple sus promesas!!!
Antes de pedir algo de nosotros, El promete algo bueno como nos dice el Papa Francisco hoy.

Siempre te alabaré, Señor. El día que me olvide de hacerlo, por favor recuerdamelo.

Salmo 29,2.4.5-6.11-12a.13b

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

Te ensalzaré, Señor,
porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.

Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Reflexiones de las Buenas Nuevas
Lunes de la Cuarta Semana de Cuaresma
Marzo 31, 2014

Esta reflexión fue realizada por Laura Aguilar para Puntadas católicas© 2014


Lecturas de hoy:
Isaías 65, 17-21
Salmo 30, 2.4-6.11-13
Juan 4, 43-54


Sorpresa espiritual AQUI



La sencillez de una persona


Jesús dijo un día: ¿porqué me llamas bueno? Bueno sólo el Padre en el cielo. Y era el Hijo de Dios como él mismo reconoció. Y sin embargo, era humilde.

Y era sabio porque enseñaba a otros. Y sin embargo, no permitía que le llamaran maestro.
Y era misericordioso, porque curaba a las personas y les daba de comer. Y sin embargo, no permitía que le agradecieran a él directamente, sino que lo hicieran a los pobres, necesitados, llorantes, sufrientes.
Y era el Evangelio mismo. Y sin embargo, hablaba a las personas con parábolas, con palabras que ellos pudieran entender, sin presumir de su conocimiento de las Escritura.
Oraba pidiendo al Padre. Nunca osó decir que él curaba o enseñaba por sí mismo, sino que era ENVIADO por el Padre.

En la actualidad anteponemos al nombre que recibimos en nuestro Bautismo, el "señor o señora", el "licenciado, ingeniero, arquitecto", etc. 
Tal vez no lo hagamos tácitamente, pero lo hacemos en nuetro interior. Como se diría hoy día, "nos la creemos", nos vendemos a nosotros mismos la idea de que somos superiores a los otros, cuando en realidad somos iguales en nuestra dignidad de hijos de Dios. La diferencia tal vez sea el envoltorio
Unos somos blancos, otros negros, otros apiñonaditos. Unos somos mujeres, otros son hombres. Unos somos chaparritos, otros son altos.

En muchas ocasiones, nos contentamos con hacer las cosas para que los demás nos vean, hacemos cosas buenas sin realmente querer hacerlas.
¿No es cierto que muchas veces no deseamos ir a la escuela y sin embargo vamos?
¿Cuántas veces deseamos quedarnos en cama y sin embargo nos levantamos para trabajar?
Eso podría decirse que es bueno, pero no lo es. Y no lo es porque aquél que no hace las cosas por amor, no las hace bien. No pone en ello todo su potencial, todo su interés. Decía mi mamá que éramos "calientabancas" cuando hacíamos éso.

En la primera lectura de hoy, Oseas nos dice que Dios no quiere sacrificios, sino misericordia. No quiere holocaustos, sino conocimiento de Dios.
Claro que no por éso vamos a quedarnos en cama cuando no nos "nazca" levantarnos, claro que tampoco vamos a comer aquello que nos apetezca, tan sólo porque es mi gusto. Dios quiere que aprendamos a saborear todo lo bueno que El ha creado, quiere que conozcamos su Creación no que la destruyamos.

Es como cuando mi mamá me llevaba al mercado. Invariablemente, nos deteníamos a comer algo: yo no osaba decir "no me gusta" porque sabía que mi mamá no me iba a dar a comer nada malo. Yo comía con toda confianza lo que ella cocinaba o lo que compraba en la calle. Llegué a comer ubre de vaca, tripas de pato, charales, carpas, alfalfa, etc. alimentos  a los que muchos ponen cara de fuchi.

Por amor me los daba mi mamá y por amor los comía yo. Eso es misericordia que nace del corazón. Llegamos a comer unas sencillas quesadillas en un puesto muy humilde sin fijarnos si la persona estaba muy arreglada... por amor. Porque si una persona se atreve a vender quesadillas es porque lo necesita. Eso es la miseriordia que mi mamá me enseñó.

Cuando invitas a tu casa a alguien, no esperas que ése alguien la destruya, ¿verdad? Yo acostumbraba llevar a mi casa amigas a desayunar y nunca rompieron nada, ni agarraron nada que yo no les diera. Eso es respeto a los demás, respeto al hogar de las personas. Recuerdo que mi casa no estaba aseada cuando mis amigas iban, normalmente cuando no habíamos tenido alguna clase, porque mi mamá se iba a trabajar, porque nosotros nos íbamos a la escuela y la casa se quedaba sucia hasta que alguno de nosotros llegara a hacer el quehacer.
Y mis amigas no me criticaban por tener la casa sucia a ésas horas. Eso es respeto y amor.
Mi mamá no se molestaba de que mis amigas fueran cuando ella no estaba, porque sabía que respetaba mi casa como ella me enseñó.

Mi mamá era una persona muy misericordiosa. Recuerdo haber visto desfilar por mi casa a muchas personas: una niña con parálsis cerebral que necesitaba su mamá un préstamo para llevarla al doctor; un niño que estaba enfermito de sus pies al que mi mamá recibió junto con su mamá y le pagaba los pasajes para ir al doctor; alguna anciana que se sentía poco amada y se sentía sóla;  a una persona que por su alcoholismo terminó viviendo en la calle, etc. A mi hermana y a mí nos recibió de nueve meses y dos años respetivamente, siendo nuestra abuela.

Mi mamá me ponía para el trabajo mucha fruta picada, porque sabía que la compartiría con alguna de mis compañeras que no llevara almuerzo.
Alguna vez, llevé a casa a alguna compañera a comer, porque no llevaba comida al trabajo. Y mi mamá le servía lo mismo que a mí.

Yo no fuí nunca como ella, aunque intento muchas veces serlo. La amaba tanto que no me gustaba que ofendieran su casa, ni su persona. Y éso me hizo alguna vez, correr a algunos del "paraíso" al que mi mamá nos había llevado. Un paraíso humilde, pero que nos fué brindado con mucho amor. Y no todos lo valoraban así.

Y sin embargo, llegué a ofenderla con mis actos, haciendo lo que a ella no le gustaba. Y recibí el justo castigo a mis faltas. Ella no era consentidora, a pesar de amarnos mucho.

Pues si ella siendo pecadora, habiendo cometido errores era tan buena.. yo me pregunto cómo será de bueno Dios al que ella oraba y pedía con tanta fé.

Salmo 50,3-4.18-19.20-21ab
R/. Quiero misericordia, y no sacrificios

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R/.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos. R/.

Reflexiones de las Buenas Nuevas
Miércoles de la Séptima Semana del Tiempo Ordinario
Febrero 26, 2014


Esta reflexión fue realizada por Laura Aguilar para Puntadas católicas© 2014 

Las Bendiciones
"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).



Bendíganse en todo momento...
Al despedirse, al acostarse, al saludarse...
Vale la pena recuperar la bendición en la familia.
Juntos, como familia, celebrar los dones que Dios nos da cada día. Bendecir los alimentos, bendecir la casa, bendecir el trabajo, es rogar juntos para que, todo lo bueno que Él nos da, nos fortalezca y nos haga vivir como hijos e hijas suyos.
"Dijo el Señor a Abram: Yo haré de ti una nación grande y te bendeciré. A Saray, tu mujer, yo la bendeciré y de ella suscitaré naciones" (Cfr. Gén 12,1-2; 17,15-16)



Lecturas del Día:
Santiago 4, 13-17
Salmo 49, 2-3.6-11
Marcos 9, 38-40

Amar al Amor que nos ama

Todas las enseñanzas de Jesús pueden resumirse en el pasaje del Evangelio de hoy: "Ama a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, y con todas tus fuerzas, y ama a tu prójimo como a ti mismo

Cuando mi papá falleció en una ciudad lejana a la nuestra, tenía dos pequeños y una mujer de quienes hacerse cargo. Habían llegado en busca de una casa y encontraron la muerte en forma de un asesinato.

Mi abuelita (la que nos crió a mi hermana y a mí desde bebés) era su madre. Ella después de llorar a su hijo, se secó las lágrimas y se hizo cargo de la situación.
Se trajo a la mujer y a los niños, les ayudó a poner su casa, les ayudó a comenzar su nueva vida y estuvo con ellos hasta el fn de sus días.

Esto lo recordé al leer en Oseas pedir a Israel arepentirse de sus pecados y regresar a Dios. El los hará florecer como azucenas y les hará descansar.

¿Cuántas veces al sentirnos sólos o encontrarnos en situaciones difíciles, recurrimos al consejo o a buscar la ayuda de alguien en vez de buscar la de Dios?

¿Ciántas veces buscando el consuelo, el consejo de alguien no acudimos a nuestros padres y terminamos cometiendo errores fatales?

Oseas nos dice que dejaremos de adorar a aquello que hacemos con nuestras manos.
¿Cuántas veces nos enamorarmos de nuestras obras, de nuestros trabajos, de lo que creamos y hacemos de ello nuestros dioses?

Hay tantas maneras en que tropezamos en los "caminos rectos del Señor" que menciona Oseas.Y cada tropezón es doloroso y puede dejar huellas profundas en nosotros.

¿Cuántas veces personas se nos acercan buscando en nosotros consuelo, una mano amiga y no estamos preparados para ayudarlos de la manera recta que espera Dios y terminamos empujándolas a cometer errores peores?

Cuando Jesús nos dice que amemos a Dios por sotre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos, está aludiendo a la naturaleza benévola que Dios infundió en nosotros, porque aún aquellos que aconsejamos mal a alguien, recibimos una ayuda aunque sea equivocada.
Y ésto es porque no caminamos en los senderos de Dios que son rectos, ya sea por ignorancia, ya sea por nuestra pereza o por cualquier otro pecado.

Es por ello, que debemos conocer los preceptos de Dios y descubriremos en ellos cuántos nos ama, cómo cada uno de ellso está pensado para cuidar de nosotos, para protegernos, para hacernos descansar de nuestras fatigas.

El amor al prójimo incluye entonces el prepararnos en los caminos de Dios para no "andar regando el tepache" como decimos por acá, para no andar cometiendo errores o ayudar a otros a cometerlos.

Cuando pienso en todos los años que viví alejada de sus caminos, veo el porqué sufrí tanto, el porqué cometí tantos errores. Y valoro mucho más la vida que tengo actualmente llena de calma y tranquilidad, una vida tan distinta a la anterior sobre todo para mi espíritu.

Y terminé agradeciendo como san Agustín cada uno de ésos errores que me han traido a los pies de Cristo:

 "¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. 

Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de tí aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. 
Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti." dijo San Agustín.

Dios es tan maravilloso que nos cubre con mejores vestidos y nos da de beber de su vino y de la preciosa carne de su Hijo que nos llena de paz.

No esperes más para conocer a tu Creador en su Palabra escrita, en la oración, en su Iglesia y sus preceptos.

Sólo se ama a quien se conoce. Dios te conoce mejor que tú mismo. Te llama y quiere que lo conozcas y lo ames.

Salmo 80,6c-8a.8bc-9.10-11ab.14.17

R/. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz

Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré. R/.

Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel! R/.

No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto. R/.

¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre.» R/.



Reflexiones de las Buenas Nuevas
Viernes de la Tercera Semana de Cuaresma
Marzo 28, 2014



Esta reflexión fue realizada por Laura Aguilar para Puntadas católicas  © 2014 





Reflexiones para el Alma 
Efesios 6, 11 - 13
11.
Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.
12.
Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.
13.
Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.


Lecturas de hoy:  

Oseas 14, 2-10

Salmo 81, 6-11.14.17
Marcos 12, 28-34   




Sorpresa Espiritual  AQUI

Una espina en la garganta


¿Recuerdas haber escuchado alguna vez: "no corras porque vas a caerte"? o "no hables cuando comes porque puedes ahogarte"
Yo creo que todos alguna vez lo hemos escuchado. Y sin embargo, muchas veces aún inconscientemente, seguimos haciéndolo.

Pues bien, yo  tenía la costumbre cuando pequeña, de pararme de la mesa, de comer parada y caminando, de hablar mientras comíamos. Y entonces fué que escuché las advertencias anteriores.
Como mi mamá trabajaba, nos cuidaba una tía y ella trataba de educarnos acerca de los modales en la mesa. No es sencillo adquirir hábitos de pronto, así que un día en que se nos sirvió filete de pescado, una pequeña espina se me atoró en la garganta. Mi tía no pudo sacarla, me tuvieron que llevar al hospital en donde se me extrajo.

Finalmente, había resultado cierto lo que mi tía nos había estado diciento. Los buenos modales que intentaba enseñarnos, eran más que reglas para que no se viera mal, eran reglas para sobrevivir.

Dios, através de Jeremías nos dice que no endurezcamos nuestro corazón, que antes que a nosotros, envió a nuestros padres profetas a enseñarles y no hicieron caso.

Mi mamá también fué educada como mi tía, a ella también le enseñaron lo mismo, pero no hizo caso. Era rebelde. Y sufrió mucho por ello en su vida. Hasta que finalmente, entendió que sus padres la amaban y por éso la educaban con reglas.

Ella crió a sus hijos de una manera distinta a la que sus padres, y los resultados no se hicieron esperar. Yo soy la pequeña y conmigo fué distinto.
Cuando mi mamá se dió cuenta de su gran error, regresó finalmente a su casa y terminó educándonos como debió hacerlo desde el principio. No debió ser fácil porque sus hijos ya eran mayores (yo soy en realidad su nieta, sólo que me recibió de 9 meses de nacida y prácticamente fuí su hija)

Jesús nos dice en el Evangelio de hoy, que si dudamos que El sana en nombre de Dios, entonces nuestros hijos serán nuestros jueces. Esto me costaba entenderlo, hasta que recordé mi propia historia. A veces juzgamos a nuestros padres porque son "duros" con nosotros, hasta que entendemos que lo hacen por amor y porque no desean que perezcamos.

Obvio decir que después de lo de la espina de pescado atorada en mi garganta y de lo dolorosísimo que fué todo, era la primer promotora de los buenos modales en la mesa. Es cuestión de vida o muerte.

Lo mismo sucede con nuestra vida espiritual. Jesús sana en el evangelio de hoy a un mudo. Cuando somos sanados y tocados por El, no podemos callar más.
Nos dedicamos a promocionar su Palabra para que otros también se beneficien de ello.

Lee y medita por favor el siguiente salmo que puede ayudarte a sacar la espina que tienes en la garganta o en el corazón


Salmo 94,1-2.6-7.8-9

R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón»

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/.

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron,
aunque habían visto mis obras.» R/.

Esta reflexión fué realizada por Laura Aguilar para Puntadas católicas
Diseno de Reflexiones para el alma


Reflexiones de las Buenas Nuevas
Jueves de la Tercera Semana de Cuaresma
Marzo 27, 2014
                              
Lecturas del día:
Jeremías 7, 23-28
 Salmo 95, 1-2. 6-9
 Lucas 11, 14-23

CUARESMA


Durante este tiempo especial de purificación, contamos con una serie de medios concretos que la Iglesia nos propone y que nos ayudan a vivir la dinámica cuaresmal.

Ante todo, la vida de Oración, condición indispensable para el encuentro con Dios. En la oración, si el creyente ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia divina penetre su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre la oración del Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).

Asimismo, también debemos intensificar la escucha y la meditación atenta a la Palabra de Dios, la asistencia frecuente al Sacramento de la Reconciliación Eucaristía, lo mismo la práctica del ayuno según las posibilidades de cada uno.


Sorpresa Espiritual AQUI

Dios es órden y perfección



En casa, mi mamá nos mandaba hacer tal o cual cosa como hacer el quehacer, lavar los trastes, acompañarla a algún lugar, etc. Pero no nos marcó reglas a seguir.
No había un horario para desayunar, comer y cenar. No había un horario para el baño, por ejemplo. Mucho menos había reglas morales que nos fueran impuestas de una manera tácita. Así que realizábamos aquello que nos parecía lo mejor y no había problemas con mi mamá al llegar del trabajo, siempre y cuando hubiéramos limpiado la casa (mal limpiada porque llegaba tan cansada que si se daba cuenta de que no estaba bien hecho, se lo quedaba callada)

El pueblo israelídel tiempo de Moisés que nos habla en la primera lectura, era como nosotros cuando pequeños. Un pueblo que vivía sin reglas dado que eran esclavos (nosotros no éramos esclavos, pero igual vivíamos presas de nuestros terrores, deseos e ignorancias)
Dios dió a su pueblo, por medio de Moisés REGLAS. !!!Qué inmenso regalo!!!

El pueblo ya no debía esforzarse por adivinar lo que se deseaba de ellos, ya no tenía que obedecer a alguien que un día los ponía a limpiar retretes y otro día a cosechar o hilar. Ahora tenían unas normas a seguir.

Qué descanso!!! Sólo había que seguir dichas reglas para que todo funcionara bien si se cumplían.
Moisés menciona que les serán dadas para que puedan habitar en las tierras que les serían otorgadas por Dios. Otor gran regalo!!!
Ya no serían esclavos o trashumantes, sino tendrían un lugar en dónde asentarse y descansar de su vida nómada.

Jesús vino a perfeccionar la ley, no a abolir la ley. Es decir, que vino a darnos un regalo aún mayor. Moisés había dado unas reglas a seguir que hacían la vida más oredenada en el lugar de su asentamiento. 
Jesús dió reglas aún más sencillas de seguir: " Ama a Dios y a tu prójimo, como si fueran tú mismo"

A los 7 años, entré en un internado en donde era tan fácil vivir. Teníamos horarios, teníamos reglas establecidas: no podíamos entrar a las habitaciones durante el día, no podíamos estar en el comedor cuando quisiéramos, etc. Es decir: nos enseñaron a usar cada cosa para lo que fué hecha y a hacerlo en el momento adecuado.
Cada cosa tiene una función que cumplir. La vida era mucho más sencilla que en mi casa, mucho más feliz por su simplicidad.
Porque teníamos reglas establecidas, horarios establecidos. Eramos como ovejas conducidas por el Pastor.

Qué gran regalo de Dios son sus mandamientos y qué regalo aún más grande el de Jesús que nos dice que su yugo no es pesado como el de la esclavitud a la que te someten los hombres, o los pecados propios.

Obedecer las reglas de Dios es tan simple que uno puede darse cuenta de lo hermoso que es, viendo  su Creación. Perfecta en cada detalle, con un órden que funciona a la perfección. 
Cada día, el sol sale y cada día se presenta la noche.
Cada 4 meses cambian las estaciones.

¿Porqué como hombres deseamos cambiar lo que es perfecto?
Sólo nos resta obedecer los mandatos morales que Dios nos ha dado através de los profetas y de su Hijo y deleitarnos con su Creación.


Sal 147,12-13.15-16.19-20

R/. Glorifica al Señor, Jerusalén

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.

Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza. R/.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.R/


Reflexiones de las Buenas Nuevas
Miércoles de la Tercera Semana de Cuaresma
Marzo 26, 2014

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/   

© 2014


Las Bendiciones

"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" 
(1 Pe 3,9).

Bendíganse en todo momento, al despedirse, al acostarse, al saludarse...

Juntos, como familia, celebremos los dones que Dios nos da cada día. Bendecir los alimentos, bendecir la casa, bendecir el trabajo, es rogar juntos para que, todo lo bueno que Él nos da, nos fortalezca y nos haga vivir como hijos e hijas suyos.

"Dijo el Señor a Abram: Yo haré de ti una nación grande y te bendeciré. A Saray, tu mujer, yo la bendeciré y de ella suscitaré naciones" 
(Cfr. Gén 12,1-2; 17,15-16)   

Lecturas del Día: 
Deuteronomio 4, 1.5-9 
Salmo 147, 12-13.15-16.19-20 
Mateo 5, 17-19







SORPRESA ESPIRITUAL AQUI