¡Ten valor!

¿Para hacer qué cosa estás necesitando más coraje? En la primera lectura de hoy aprendemos que el coraje, que reemplaza al temor, es uno de los frutos del amor. ¿Por qué? Bueno, piensa en esto: ¿cómo podemos temerle a algo, si sabemos—quiero decir, sabemos realmente—que Dios nos ama y se ocupa de nosotros? ¡Este es el Señor infinitamente más grande y más poderoso que cualquier cosa que pudiéramos temer!

El sentimiento de temor está enraizado en la idea de que Dios no siempre nos ama lo suficiente o no se preocupa lo suficiente por nuestras circunstancias como para satisfacer cada una de nuestras necesidades y de protegernos de todo lo que parece terrible. Pero, si hemos estado haciendo nuestro mejor esfuerzo para tomar decisiones con la ayuda del Espíritu Santo y para seguir a Jesús y permanecer unidos a Dios, todo temor es infundado.

¿Qué está yendo mal en tu vida y aún podría tornarse peor? ¿Qué temes que podría suceder? ¿Cuál es el peor de los casos? ¿Le has entregado esto a Dios? ¿Puedes descansar sabiendo que Dios se preocupa?

Está bien sentirse preocupado. Sabemos que las cosas desagradables suceden porque nosotros (o nuestros seres queridos) hemos tomado malas decisiones. Ciertamente nos preocupan las pruebas que estamos soportando.

No obstante, cuando el temor se apodera de este saludable interés y lo transforma en ansiosa preocupación, quita nuestros ojos de Jesús y nos hace detenernos en todo lo que está mal y todo lo que podría andar mal, y así nos olvidamos del amor fiel de Dios. Temer implica tener menos confianza en Dios.

El amor perfecto se lleva todos los temores. ¿Qué es el amor “perfecto”? En la escritura, la palabra “perfecto” no significa “sin errores”. Significa “completo y total y absoluto.” El amor de Dios es perfecto: se preocupa por nosotros sin cometer errores y también sin hacernos faltar nada que sea bueno para nosotros. ¡Jesús es todo lo que necesitamos para todo lo que necesitamos! Por lo tanto, cuando nos volvemos a Dios y confiamos en la totalidad de su amor, el temor se disuelve en una nada sin poder.

Cada crucifijo que vemos es un recordatorio de que podemos confiar en la bondad de Dios. Si Jesús murió por ti, soportando gran dolor y sufrimiento, ¿no hará también, cualquier cosa por ti que le sea agradable? Por esto es, en el pasaje del Evangelio de hoy, que Jesús dice: “¡Ánimo! ¡Tengan valor! Soy yo. ¡No tengan miedo!”

El temor toma las verdades a medias y las presunciones completamente falsas y las infla más allá de lo que las podemos manejar. Por lo tanto, ¡calla sus mentiras y sus imágenes! ¡Mantén tus ojos en Jesús! Escúchalo decir: “Mi amado, ¿por qué tienes miedo? Siempre estoy contigo. Ten por seguro que ningún desastre puede abrumar o destruir lo que te he dado, porque yo transformo cada tormenta en una bendición. No temas nada, querido amigo. No temas nada, porque mi amor es suficiente.”



Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. USA. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,  registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2013. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2014  por Terry A. Módica 

Lecturas de hoy:
Lecturas de hoy
1 Juan 4, 11-18
Sal 71, 2. 10-13
Marcos 6, 45-52
Diseño de Reflexiones para el alma

Like us on Facebook    Follow us on Twitter