Enfocados en Dios en medio de la prueba




¡Oh, qué difícil es mantenerse enfocado en Dios cuando nuestras pruebas duran mucho tiempo! Nuestros ojos vagan, Jesús desaparece de la vista y los problemas captan nuestra atención como grandes carteles con colores de neón. ¿Cómo podría esta espera ayudarnos a mantenernos firmes en nuestra fe?

En nuestro Evangelio de hoy, Jesús habla de una mujer en trabajo de parto. El dolor es fuerte, pero después de nacer el bebé, el dolor es recordado como un dulce sufrimiento que vale la pena padecer. Tomando esta analogía aún más, podemos comparar todo el embarazo con el largo viaje de soportar un problema. Durante los primeros meses, nos enfermamos bastante de nuestros estómagos; las náuseas hacen que la espera sea muy desagradable. A veces, debido a las complicaciones, toda la espera puede ser una experiencia horrible.

Al igual que un embarazo, todo problema tiene un final, incluso si no es hasta irnos a nuestro hogar en el cielo. Entonces ¿qué hacemos mientras tanto? ¿Cómo podemos sobrevivir emocionalmente a la espera y utilizarla para volvernos más espiritualmente maduros y acercarnos más a Dios?

Después de la concepción de una nueva vida, la matriz se convierte en un espacio sagrado, porque la obra de Dios habita allí. El cuerpo de la mujer puede estar sufriendo náuseas o de dolores de espalda, o de parto, pero dentro de ese espacio sagrado, un tesoro está siendo alimentado y formado.

En tu vida de oración, crea un espacio sagrado en tu mente después de pedir al Espíritu Santo que unja tu imaginación. Podría ser una habitación secreta. Tal vez sea un campo de flores. El mío es un barco que "construí" con Jesús (lo bautizamos "The Queen Mary" ["María Reina"]); a menudo es visitada por la Virgen María que sirve como anfitriona para nuestras reuniones.

Imagina cada detalle de tu espacio sagrado para que parezca real. Da a Jesús un lugar para que se siente. Entonces trae a Jesús cualquier problema con que estés tratando, lo que sea que tú estés sufriendo, todo lo que deseas que pase de prisa y llegue a su fin. Pídele que lo transforme en bendiciones. Escucha su respuesta. Dale las gracias, inclínate sobre Él, descansa en su hombro y no te vayas antes de sentirte completamente amado.

Fuera de este lugar, mantente ocupado con el resto de su vida. Dios tiene muchas aventuras y muchas bendiciones para darte mientras estás esperando la respuesta a tus plegarias. Mientras tanto, gracias a que las dejaste con Jesús en tu espacio sagrado, tus preocupaciones están siendo protegidas y alimentadas, como un feto en desarrollo. Cuando sientas una patada de ese niño o náuseas, da gracias a Dios por cuidar de la situación de una manera que aún no puedes ver, y recuérdate a ti mismo que el día llegará cuando este niño esté listo para nacer.

Todo es parte de un proceso y Dios está supervisando todos los detalles. Cada vez que creas que un problema nunca cesará, vuelve a tu espacio sagrado y encuéntrate con Jesús otra vez

Santo de hoy: Dympna

Compasivo Señor, cuando Santa Dympna tenía catorce años...


Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/

 
© 2015  por Terry A. Modica


Lecturas de Hoy:
Hechos 18, 9-18
Sal 46, 2-8a
Juan 16, 20-23

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