Tienes trabajo que hacer


Mientras lees la historia del Evangelio de hoy, piensa: ¿Cuáles son los agricultores inquilinos hoy?

El dueño de la viña es Dios Padre.
El hijo amado es Jesús, por supuesto.
Los agricultores, los judíos que rechazaron al hijo de Dios. (Al momento en que Jesús dijo por primera vez esta parábola)

Pero hoy podemos decir que estos agricultores maleducados incluyen a los cristianos que son perezosos o belicosos al momento de prestar el servicio que el Padre les ha pedido que hagan para continuar la misión de Cristo. Harían una parte del trabajo, pero no lo hacen como Jesús lo haría, ni por las mismas razones que Jesús lo haría.

A través de nuestros bautismos, todos estamos llamados a ser Cristo en el mundo de hoy. A través de nuestro crecimiento espiritual y experiencias de la vida, hemos probado los frutos del Espíritu Santo, y Dios nos pide que atendamos la viña para que estos frutos se multipliquen y hagan una mayor diferencia en el mundo.

Dios nos da todo lo que necesitamos para convertirnos en grandes agricultores. Ten en cuenta las herramientas de cultivo que Dios te ha dado. Cada talento que tienes es un don del Espíritu Santo y está destinado a ser utilizado en la viña de Dios. Lo mismo vale para cada pizca de educación y conocimiento y para cada acto de amor.

Cada vez que nos evaluamos, tendemos a hacer una lista de lo malo de nosotros en vez de lo que hay bueno en nosotros. ¿Verdad? Pero no es orgullo tomar nota de los buenos frutos que producimos, mientras recordemos que todo buen don proviene de Dios y sirve a los propósitos de Dios.

Incluso la vida misma es un don del Espíritu Santo, el Dador de Vida, para dar frutos que alimenten a la gente que nos rodea. Cada niño por nacer es un don del Espíritu Santo, sin importar cuáles fueron las circunstancias de su concepción o qué tan inconveniente o discapacitada pueda ser su vida. Toda persona enferma o con discapacidad cerebral, que pudiera parecer que sería mejor que muriera, es un regalo maravilloso del Espíritu Santo que puede dar buenos frutos a través de cualquier circunstancia, aunque sus frutos puedan ser invisibles para nosotros.

¿Sabes cuán precioso eres ? Al reconocer tus dones, le das la gloria a Dios. Al usar tus dones, su viña florece.

Por ejemplo: si necesitas más paciencia en el trato con las personas que te están haciendo pasar un mal rato, dales el don del amor entregándoles un acto caritativo. ¡No necesitas disfrutar realmente la labranza del suelo! Los agricultores sudan al sol. Pero así es cómo los dones del Espíritu producen los frutos del Espíritu que alimentan a todo el mundo a nuestro alrededor, con el sabor dulce de la alegría, la paz y el amor incondicional.

Tienes trabajo importante que hacer en este viñedo. ¡Ve y hazlo!

Oración:
Amado Jesús: Quiero permanecer unido a ti y edificar mi vida en ti. Tú me brindas todos los cuidados que necesito para dar fruto abundante. ¡Gracias Señor! Amén 

Reflexión de las Buenas Nuevas
Lunes de la 9na. Semana del Tiempo Ordinario
Junio 1, 2015

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.                © 2015 por Terry A. Modica
Lecturas de hoy

Tobías 1,
3; 2, 1a-8

Sal 111, 1b-6

Marcos 12, 1-12
Santo de hoy: 
San Justino, Mártir 

 
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