Sanando nuestra imagen de Dios Padre





Es a través de Jesús que descubrimos cómo es realmente Dios Padre. De lo contrario, nuestro papá celestial es oscurecido por las imágenes de padres humanos y otras figuras paternas que hemos conocido. Sus defectos y fracasos, limitaciones y pecados son proyectados inconscientemente en Dios mientras intentamos percibir y comprender a nuestro creador.


Independientemente de lo maravilloso que fueron, estas personas han sido modelos imperfectos de cómo es el Padre Perfecto. Vemos a Dios Padre como el escrupuloso de la Santísima Trinidad y como suponemos que es como los padres humanos que presionaron para que mejoráramos nuestras calificaciones en nuestros boletines, creemos que Dios nos condena por nuestras imperfecciones--incluso las más pequeñas, incluso los errores que no son pecaminosos.


Nuestros padres humanos nos amaron insuficientemente, no importa cuán grandes fueron como papás. Y así tenemos que distinguir entre las figuras de autoridad humana y el Verdadero Padre. Sólo Jesús nos puede mostrar cómo es en realidad el Verdadero Padre, porque, como dice en la lectura del Evangelio de hoy, "nadie conoce al Hijo excepto el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y a quien el Hijo se lo revele." Debemos proyectar a Jesús--y a nadie más - hacia el Padre para percibir y comprender mejor a nuestro Creador.

Si estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para vivir una vida santa, asegurándonos de mantener nuestros ojos en Jesús, el Padre llega a ser tan real, tan cercano a nosotros que nos funde en su abrazo amoroso. Confiar en él llega a ser natural. Todos nuestros temores, preocupaciones, iras y heridas de la vida se disuelven en sus brazos.

Jesús te ha dado al Padre. Y te da el Padre a ti. Ya no eres hijo de tu padre; tú eres hijo de tu Padre. El más amoroso, más bondadoso, el Papá más poderoso en el universo te ha adoptado como de su propiedad.

Como lo fue para Jesús Hijo, eres un hijo o hija que está destinado a tener una relación de Padre-Hijo maravillosa, limpio de las imperfecciones y pecados de las relaciones humanas. Este Padre es tu querido Papá, el único Padre Totalmente Amoroso (que incluye todos los rasgos de la crianza de la maternidad) y cree en ti. Él no solamente te ama, le gustas. Te aprecia. El Padre llora cuando estás sufriendo y te consuela en su regazo grande y seguro. Él sabe cuánto has estado trabajando para superarte. Entiende tus carencias y tiene paciencia infinita para ti. Te admira por tus esfuerzos, incluso los que has fallado.

¿Puedes sentir la cercanía compasiva de este Padre invisible? ¿Puedes sentir su abrazo no físico pero aun así protector? ¿Puedes oírlo silenciosamente asegurarte que él sabe lo bueno que eres realmente? Tú sabes que necesitas esto. Para experimentarlo, contempla en oración, las diferencias entre Dios y los seres humanos imperfectos que hayas conocido. Aumenta tu tiempo de oración para ser consciente de que estás sentado en el amor de Papá Dios.

El fragmento inspiracional de hoy: Debemos proyectar a Jesús - y a nadie más - en el Padre, para percibir y comprender mejor a nuestro Creador.

Oración para hoy
Te alabo y te doy gracias Señor Jesús, por haber salido a mi encuentro y revelarme tu rostro, que es el rostro del Padre. Te alabo y te bendigo por que hoy puedo reconocerlo y amarlo, porque tú me has amado primero y me has acercado a Él.

Reflexión de las Buenas Nuevas
Miércoles de la 15ta. Semana del Tiempo Ordinario
En memoria de San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia
Julio 15, 2015

Santo de hoy: Buenaventura
Si ardemos de deseo por nuestro hogar celestial...

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/ 
© 2015 por Terry A. Modica


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Lecturas de hoy

Éxodo 3, 1-6.9-12
Sal 102, 1b-4.6-7 (con 8a)
Mateo 11, 25-27


www.usccb.org/bible/lecturas/071515.cfm

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