Cargando una lámpara por Jesús


Una verdadera Vida Cristiana, requiere un gran esfuerzo - ¡y, a veces, es desagradable!







¿Estás portando una lámpara para Jesús? La lectura del Evangelio de hoy, me recuerda la metáfora moderna para una relación amorosa especial. "Portar una lámpara" por un amigo significa que tenemos un sitio cálido para él o ella, y que no lo dejaremos apagarse. Es como la llama olímpica que es portada por los corredores, alrededor del mundo, hasta que su luz de comienzo a las ceremonias de los juegos; correremos hasta donde sea y por el tiempo que sea necesario, por aquel que amamos.

¿Tienes este tipo de amor por Jesús? Si es así, entonces, ¿cuál es el combustible que enciende tu lámpara? ¿Y qué impide que tu lámpara se quede sin este combustible?

Tal vez tu lámpara se encienda con tu vida de oración y la mantengas encendida con el tiempo que te tomas, cada día, al conectarte tranquilamente con Dios. O tal vez, es el sufrimiento que estás soportando para poder amar incondicionalmente a alguien que no te es recíproco en la misma medida, y tú le has ofrecido a Jesús su corazón quebrantado, como sacrificio que te une a Su cruz. O es el gozo de usar tus dones y talentos en la Iglesia. O, tal vez, es todo lo anterior y más.

Somos como las damas de honor insensatas, si apenas tomamos nuestras lámparas y salimos corriendo, sin tener en cuenta que, lo que parece un trecho corto, puede convertirse en una larga maratón. Necesitamos abastecernos.

¿Qué alimenta tu amor por Jesús cuando estás cansado? ¿O cuando estás descorazonado y te sientes dolido y decepcionado? ¿O cuando se acaba tu paciencia?

¡No podemos lograr un solo día, sin que perdamos, al menos un poco, nuestra santidad y fuerza espiritual! ¿Qué nos hace pensar que no necesitamos comenzar cada día con oración, pidiendo ayuda sobrenatural? ¿O que no necesitamos tomarnos tiempo para buscar esperanza y guía en las escrituras? ¿O que no necesitamos poner nuestro esfuerzo para estudiar las enseñanzas de la Iglesia, para recibir más sabiduría del Espíritu Santo?

Como Jesús destaca en la parábola, el Maestro no puede reconocernos (es decir, no pareciera que le pertenecemos) si decimos que somos cristianos pero zumbamos por la vida haciendo lo que sentimos como bueno y parece bueno. La verdadera vida Cristiana requiere un esfuerzo mayor -- ¡y a veces es desagradable! Cuando no nos estamos empujando a nosotros mismos para ir hacia adelante en santidad, caemos en pecado. No existe el quedarse quieto. O bien nos estamos empujando hacia adelante en el crecimiento espiritual, o somos arrastrados hacia atrás, por los vientos del mundo y somos empujados por los demonios, que sacan ventaja de nuestra haraganería.

Leer esta reflexión te ha dado algo de combustible. ¿Qué más harás hoy, para agregar combustible al fuego de tu amor por Jesús?

 
Reflexión de las Buenas Nuevas
Viernes de la 21ra. Semana del Tiempo Ordinario
En memoria de San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia.
Agosto 28, 2015

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.
© 2015 por Terry A. Modica



Lecturas de hoy
1 Tesalonicenses 4, 1-8
Sal 96, 1.2b.5-6.10-12
Mateo 25, 1-13