Estos son los socios inesperados de nuestra comunidad, enviados por Dios.
Los discípulos estaban cegados por el orgullo. Creyeron que eran especiales porque eran los amigos más cercanos a Jesús, sus elegidos. En la primera parte de esta escritura, ¡querían saber cuál de ellos era el mejor! Era esa antigua actitud de exclusividad - si no eres uno de nosotros, no eres tan importante, no puedes obtener el mismo tratamiento especial del cual disfruto yo, tu eres inferior- pensaban.
Por ende, cuando alguien que no era parte de su círculo íntimo decidió comenzar su propio ministerio, aunque estaba honrando a Jesús y, obviamente, tenía fe en Jesús, los discípulos no solo lo desaprobaron, sino que intentaron detenerlo. Jesús defendió a este hombre. Él aprobó a este hombre. Él valoró a este hombre.
¡Un aplauso para ese hombre, por no dejar que nadie lo detuviera y por tener el coraje suficiente para seguir haciendo lo que se sintió llamado a hacer a pesar de las opiniones de aquellos que estaban siendo entrenados en la Escuela Privada del Apostolado de Cristo!
Estoy segura que lo has experimentado alguna vez: te has sentido excluido y rechazado por aquellos que deberían haberte capacitado y afirmado tus esfuerzos. A mí también me ha pasado. Entonces, usemos esa dificultad para transformarnos en más alentadores que los demás.
¿Conoces a alguien a quien le hayan dicho que no puede ni debe hacer algo que quiere hacer, a pesar de ser algo piadoso? ¿Hay algo que puedas hacer para apoyarlo? Y ¿qué hay de aquellos que han sido ignorados o rechazados porque "no son como nosotros" o no tienen las credenciales de educación "correctas", o porque son demasiado jóvenes o viejos, o porque pertenecen a una iglesia diferente o a un ministerio diferente dentro de nuestra propia iglesia?
¿Has ido a una misión parroquial o a un retiro espiritual que no convocó a mucha gente porque fue liderado por un laico en vez de un sacerdote?
¿Has pertenecido a una parroquia en la cual el personal o los líderes de los ministerios se han negado a colaborar con otros ministerios? No porque sean malos, sino simplemente ¿porque nunca se les ocurrió intentar colaborar con diferentes proyectos? ¿Se le ocurrió a algún feligrés una nueva forma de llevar a cabo un ministerio, pero su idea no fue tomada en serio porque esta persona no está en un puesto de autoridad?
Todos hacemos suposiciones con base a nuestros limitados entendimientos de las habilidad de los demás. Las suposiciones pueden convertirse rápidamente en pecado al llevarnos a juzgar y sentenciar a los demás, o pueden convertirse en oportunidades de crecimiento para realizar cambios. El pasaje de hoy de Lucas nos ruega que disminuyamos la velocidad, prestemos atención y limpiemos las telarañas de la exclusividad.
Si has sido la víctima de las suposiciones falsas de los demás, toma coraje, continúa haciendo aquello para lo que Dios te ha dotado y con la misión que te ha encomendado, perdona a aquellos que te han puesto obstáculos en el camino y recuerda que Jesús te está defendiendo. ¡Él te aprueba! ¡Él te valora! Y recuerda, tu llamado puede ser a que ayudes a otra persona que a lo mejor ha sido rechazada e inhabilitada por las falsas suposiciones de los demás.