¿Qué sorpresas están creciendo?






"Esto es lo que pasa con el Reino de Dios," explica Jesús en el pasaje del Evangelio de hoy: dispersamos nuestra fe a nuestro alrededor como semillas cuando intercedemos por los demás, cuando hacemos la voluntad de Dios y compartimos nuestras historias de fe con aquellos que quieran escuchar. Puesto que no podemos hacer que estas semillas germinen y crezcan (sólo Dios puede), somos tomados por sorpresa cuando entramos en el campo y nos topamos de lleno con los tallos maduros. 

Como cristianos que aceptan la misión que Cristo nos ha dado a nosotros, estamos en sociedad con Dios. Así es el Reino de Dios. Nosotros sembramos, Dios hace crecer. Sin embargo, si olvidamos que es una sociedad, o si dudamos de que Dios se preocupe más por la cosecha que nosotros, o si nos llevamos todo el crédito por lo que hacemos, el Reino de Dios viene por sorpresa.

En cualquier dificultad que estés soportando, ¿le has estado pidiendo a Dios que te ayude? ¡Entonces Él lo está haciendo! ¿Qué has aprendido que ha mejorado tu santidad y ha aumentado tu confianza en Dios? Estas son algunas de las semillas que puedes diseminar. A menudo, estamos tan ocupados mirando la suciedad que descuidamos de ver lo que está brotando de las semillas que hemos estado sembrando.

Todo lo que crece es una intervención milagrosa de Dios. Podríamos regar y fertilizar y quitar la maleza por un millón de años y nada podría crecer a menos que Dios se involucrara. Pero la mayor sorpresa es que lo que más nos disgusta de nuestras dificultades es exactamente lo que Dios utiliza como fertilizante - lo que produce una cosecha maravillosa. (Piensa en el material del cual está hecho el fertilizante. ¡Esa suciedad, olorosa es muy útil!)

Como señala la primera lectura de hoy, "recuerda los días pasados cuando soportaste grandes sufrimientos". Aunque debemos hacer todo lo posible para detener el abuso, cuando manejamos las dificultades con el amor de Cristo, produce grandes frutos. No busques atajos o trates de desviarte de los caminos desagradables en los que Dios te está guiando. ¡Algo más valioso te espera adelante!

La ayuda de Dios viene a nosotros en el momento mejor y más rápido posible, no un momento antes, sin importar cuánto roguemos por un rápido final para nuestras pruebas. La pregunta no es: "¿por qué yo? ¿Cuánto tiempo debo sufrir así?" Por el contrario, la verdadera pregunta es: "¿Cómo puede usarse esto para ayudar a los demás?" Así es cómo las maldiciones se convierten en bendiciones y la miseria se convierte en alegría.

Dios está produciendo en ti una cosecha de nuevos conocimientos y sanación y santidad que usará como alimento para otros. Tal vez has estado esperando que crezca caña de azúcar de tu maíz. ¡Sorpresa! Tienes un silo repleto de maíz. Este es tu regalo para un mundo espiritualmente hambriento


  
Reflexión de las Buenas Nuevas
Viernes de la 3ra. Semana del Tiempo Ordinario
Enero 30, 2015

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.

© 2015 por Terry A. Modica
Lecturas de hoy
Heb 10, 32-39
Salmo 36, 3-6. 23-24. 39-40
Marcos 4, 26-34




Cómo despertar el amor y las buenas obras en los demás






"Debemos considerar cómo despertar el amor y las buenas obras en los demás," dice la primera lectura de hoy. Todos conocemos personas que necesitan ser incentivadas (es decir, despiertas a la fe), personas que se mantienen alejadas de nuestras asambleas, cuyos caminos necesitan ser redirigidos hacia la fe.

Quizás estás tratando con alguien que es egocéntrico y prepotente, que está ignorando tus necesidades y que es indiferente hacia los demás. Gente como esta necesita ser despertada a la luz de la verdad para que quieran cambiar. ¿Y qué pasa con aquellos que profesan ser buenos católicos mientras que desobedecen la voluntad de Dios?

Hemos sido encargados de ser la voz de Cristo, despertándolos a una vida de amor incondicional y desinteresado, buenas obras y obediencia moral. Pero, ¿cómo lo hacemos? Las Escrituras nos dicen que "consideremos" las posibilidades. Estudia la situación, conoce a las personas que quieres despertar. ¿Qué heridas y formación mundana les han hecho crueles y egoístas? ¿Con qué están luchando, y que les gustaría liberarse?

Una vez que entendemos sus situaciones, podemos buscar una oportunidad para invitarlos a cambiar por algo mejor, por ejemplo, una relación con Jesús que los sanará, una mejor comprensión de ser amados para que puedan dar más amor generosamente, una apreciación de sus dones y cómo beneficiaría a otros, etc.

Hay razones válidas por las cuales las personas se desvían del camino de santidad. Al identificar y abordar esas razones, podemos ser más eficaces alentándolos a cambiar. Si sólo les decimos la ley que rompen con el fin de explicar cómo ellos deberían cambiar, los ahuyentamos.

Abordar las razones por las cuales la gente se aleja invita al crecimiento y al cambio; hablar sobre la necesidad de cambiar sólo invita a la terquedad y a escapar. El primer método toma mucho tiempo y paciencia, mucho esfuerzo y voluntad de servir a aquellos que no son agradables para hacer amigos. El otro método es un atajo fácil para nosotros que no requiere sacrificios por amor de nuestra parte. Generalmente falla.

El primer método significa que somos la luz brillando desde la lámpara que Jesús menciona en la primera lectura de hoy. El otro método es una medida que dice que nosotros no queremos ser medidos, porque cuando nuestra propia pecaminosidad es identificada, el poco amor que tenemos es arrebatado por nuestra falta de humildad. Si estamos condenando a los demás, ¡puedes apostar que los demás están ocupados condenándonos por nuestra arrogancia!

Dios ha puesto en nuestras vidas personas que nos necesitan para alentarlos a una mayor santidad, un mayor amor y una mayor generosidad en buenas obras. Pero él también nos ha entregado a esta gente para que crezcamos en santidad, amor y buenas obras. ¡No es una terrible pequeña ironía!
  
 
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.

 
© 2015 por Terry A. Modica

Reflexiones de las Buenas Nuevas                   
Jueves de la 3ra. Semana del Tiempo Ordinario
Enero 29, 2015

Lecturas del día:

Heb 10, 19-25
Salmo 23, 1-6
Marcos 4, 21-25     


Jesús nos recuerda lo que prometió a quienes ayuden y consuelen a los encarcelados: "Estuve preso y me fuisteis a visitar. Todo el bien que le habéis hecho a cada uno de estos necesitados, lo recibe como si me lo hubierais hecho a Mí mismo (Mt. 25, 40).


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¿Has sido falsamente acusado?





La ignorancia no es excusa para permanecer en pecado 

Jesús advierte en el Evangelio de hoy que "...quien blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón. Permanece culpable para siempre." ¿Habla de un pecado que tú o yo podríamos cometer? ¿Estamos en peligro de ir al infierno a causa de un pecado imperdonable?

Toma un profundo suspiro de alivio; la respuesta es NO y NO, porque...
(a) Te importa tanto tu salud espiritual que estás leyendo ésta Reflexión.
(b) La escritura se refiere al pecado de los demonios. Aquí está el porqué:

El Espíritu Santo es el Espíritu de la Verdad, y blasfemar contra el Espíritu Santo significa conocer plenamente la verdad pero deliberada, consciente y libremente elegir pecar contra Él. El Catecismo de la Iglesia Católica (párrafo 1864) dice que quien se niega deliberadamente a arrepentirse de un pecado rechaza el perdón del pecado y la salvación ofrecida por el Espíritu Santo. "Tal dureza de corazón puede conducir a impenitencia final y pérdida eterna". 

Pecamos por ignorancia, es decir, no entendemos completamente la verdad que estamos rechazando. ¿Qué ser humano tiene suficiente entendimiento y capacidad mental para comprender plenamente la verdad? ¿Qué ser humano puede rechazar arrepentirse después de ser plenamente consciente de la verdad sobre el amor de Dios y el mal del pecado?

No obstante, la ignorancia no es excusa para permanecer en el pecado porque se nos dan oportunidades diarias para recibir un nuevo entendimiento; la lentitud para arrepentirse, después de conocer la verdad, es muy perjudicial. Podemos elegir ser purgados de nuestras tendencias pecaminosas ahora y entrar más plenamente en el Reino de Dios en la tierra, o tardía pero alegremente podremos elegir el purgatorio en el momento de la muerte cuando, como dijo San Pablo, por fin sabremos la verdad completamente (ver 1 Cor. 13, 12). 

No quiero dar a entender que nadie va al infierno, porque hay personas que deciden libremente elegir el mal, pero piensa en la definición de pecado de la Iglesia: "Elegir libremente - es decir, sabiendo y queriendo - algo gravemente contrario a la ley divina... es cometer un pecado mortal" (Catecismo párrafo 1874).

Los Ángeles fueron creados con un pleno conocimiento de la verdad. Algunos de ellos tomaron la decisión permanente de vivir lejos de Dios, plenamente conscientes de lo que estaban dejando, para convertirse en sus propios dioses. Estos son los ángeles caídos. Porque escogieron deliberadamente, a sabiendas y voluntariamente, éstos nunca se convertirán en ángeles buenos.

Jesús menciona su pecado eterno en respuesta a la acusación de que estaba "poseído" por un espíritu inmundo (Belcebú). La acusación era absurda, no sólo porque Jesús era Dios, sino porque él estaba -- como hombre-plenamente confiado en la verdad de Dios, a diferencia del resto de nosotros, seres humanos, cuya comprensión de la verdad ha sido distorsionada por la baja autoestima, enseñanzas inexactas, insuficiente formación desde niños y otras desventajas en nuestro conocimiento. 

Sospecho que cuando las personas acusaron a Jesús de trabajar para Satanás, encontró que su disparate era gracioso. Cuando nos acusan falsamente, deberíamos manejarlo con el mismo buen humor. Me han acusado de ser una bruja: una hechicera, adoradora de la naturaleza, bruja invocadora de dioses. ¿El motivo de la acusación? Guiaba a la gente para que se alejara del ocultismo a través de mi libro "Venciendo el Poder de lo Oculto" (véase http://gnm.org/books.htm, en inglés únicamente) y a alguien no le gustó. La acusación era tan ridícula que era risible.

¿Puedes ver la ridiculez de las falsas acusaciones contra ti? Si no es ridículo, es hora de ir al Sacramento de la Confesión. Pero si ES ridículo, ríete y sigue con tu vida.

Reflexión de las Buenas Nuevas
Lunes de la 3ra. Semana del Tiempo Ordinario
En memoria de los Santos Timoteo y Tito
Enero 26, 2015

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.
 © 2015 por Terry A. Modica

2 Timoteo 1: 1-8 o 
Tito 1: 1-5
Salmo 95: 1-3, 7-8a, 10
Marcos 3:22-30
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Santos de hoy: Timoteo y Tito, obispos

 
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Una alianza del corazón






¿Alguna vez has visto a un niño desobedecer las reglas repetidamente a pesar de las advertencias y los castigos? ¿No es desesperante? Dios siente lo mismo por ti, cuando tú y yo ignoramos sus mandamientos. Entonces se le ocurrió una solución. ¡Él es tan buen padre!

Hebreos 8, 6-13 lo explica bien: Dios, encontrando falta en nosotros, creó una nueva alianza e hizo que nos fuese más fácil serle fiel.

La razón por la cual es más fácil no es porque la nueva alianza tiene menos reglas. De hecho, Jesús hizo que la obediencia fuese más difícil al decirnos que lo imitáramos; por ejemplo: amar a nuestros enemigos, hacer más por alguien que no se lo merece, nunca vengarnos cuando nos agravian, aceptar la persecución como una bendición.

En los Viejos Tiempos, la obediencia significaba sacarle el ojo a alguien que te sacó el ojo en una pelea, lo cual era mucho mejor que destruir a su familia entera, como lo hacían antes. Luego vino Jesús y dijo "¡Traten a los demás como les gustaría ser tratados! Si te saca un ojo, ¡perdónalo y luego hazle un pastel!" O algo así.

Entonces, ¿de qué manera es más fácil esta nueva alianza? Jesús llevó nuestros pecados a su muerte y luego conquistó a la muerte y ascendió al cielo. Después nos dio su propio Espíritu Santo. Ya que la propia santidad de Cristo ahora está activa dentro nuestro, las leyes de Dios están "escritas en nuestros corazones". Ya no es sólo un acto de voluntad; ¡es un acto del corazón! Si realmente amamos a Dios con nuestros corazones, realmente deseamos ser como él.

En otras palabras, comportarnos como Jesús ahora es un instinto que viene desde lo más profundo de nuestras almas. Piénsalo. Cuando haces algo sin amor (es decir, pecaminoso), ¿cómo te sientes? ¿Estás disfrutando del momento? La última vez que explotaste de ira, ¿tuviste una sensación maravillosa de "ahhhh, ¡qué fantástico me siento ahora!" --¿o te sentiste de mal humor y triste?

Somos más felices cuando le permitimos al Espíritu Santo dentro nuestro, que tome el control para que podamos comportarnos como Jesús. En lo profundo de nuestros corazones sabemos qué debemos hacer. Y por las dudas que hayamos malinterpretado a nuestros corazones, el mensaje está escrito por toda la Biblia, por todas las letras de la música cristiana, en todos los escritos de los Santos, por todo el rosario y aún en la sonrisa del niño que finalmente dejó de meterse en problemas.

Sin embargo, ten cuidado y sé astuto. Si no comparamos lo que vemos y escuchamos fuera de nosotros con lo que el Espíritu Santo nos dice por dentro, continuaremos volviendo a nuestros caminos pecaminosos. Una oración maravillosa que conecta nuestras mentes con nuestros corazones es: "Espíritu Santo, ¡SOCORRO!"


Reflexión de las Buenas Nuevas
Viernes de la 2da. Semana del Tiempo Ordinario
Enero 23, 2015

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.

© 2015 por Terry A. Modica


 
Lecturas de hoy
Heb 8, 6-13
Sal 85, 8, 10-14
Marcos 3, 13-19


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La Ley del Amor requiere que tomemos acción


En la historia del Evangelio de hoy, Jesús entra en una sinagoga llena de hombres que están esperando para tener una discusión animada acerca de las escrituras de aquel día. Uno de ellos, un hombre con una mano seca, ve a Jesús y se da cuenta de que es el que obra milagros del cual ha escuchado hablar tanto. Pero era sábado, y según las leyes, nadie puede hacer ninguna clase de trabajo. No se atreve a pedirle a Jesús que lo cure - especialmente frente de los fariseos legalistas.


¿Alguna vez te frenas cuando quieres pedir algo que es bueno y justo porque crees que no deberías pedirlo?
Jesús se dio cuenta del hombre que necesitaba ser sanado. También notó que los fariseos estaban casi babeándose con la ilusión de encontrar una oportunidad para condenarlo. Quizás si ellos no estuviesen haciendo tanto escándalo, él hubiese esperado a tener un momento en privado más tarde, para sanar al pobre hombre que estaba sentado nervioso pero callado entre la multitud.
¿Alguna vez has sentido la actitud condescendiente de alguien que quiere encontrar algo malo en ti? ¿Deseaste que un defensor viniera a socorrerte y a defenderte?

Jesús se da cuenta que ésta es una buena oportunidad para una enseñanza. Los fariseos no están abiertos a aprender, pero hay muchos otros presentes que sí lo están. Jesús enfrenta una decisión: puede dejar que los fariseos enseñen con sus actitudes de que está bien ignorar las necesidades de aquellos que están sufriendo, o puede enseñar con sus acciones que la ley moral está por encima de cualquier ley religiosa y que cuidar de alguien es moralmente correcto y que ignorar una necesidad es moralmente incorrecto.

¿Alguna vez fuiste testigo de una actitud dolorosa en círculos religiosos? ¿Deseaste haber tenido el coraje de alzar tu voz en contra de esta actitud?

Jesús llama al hombre y le dice: "¡Párate aquí al frente!" Nadie se va a perder esto. Hay silencio en la habitación. Jesús tiene la atención de todos. Los fariseos se acercan, sus cejas se levantan autoritariamente. Jesús se vuelve a ellos y les dice, "¿es legal realizar un buen acto los sábados - o es malo? ¿Preservar la vida - o destruirla?"

Sabemos que cualquier cosa que destruye la vida es mala (la guerra, la contaminación, el aborto, fumar, manejar intoxicado y todo lo que pone a la vida en peligro). Pero menos obvio es el mal de la inacción. La ley de Dios - la Ley del Amor - requiere que tomemos acción cuando reconocemos las necesidades de los demás y tenemos la habilidad de hacer algo al respecto. Ayudar a los demás es un acto de preservación de vida; ignorar el sufrimiento del prójimo es destructivo y malo.

¿Qué estás haciendo para contribuir a la preservación y al mejoramiento de la vida? ¿Te atreverías a que te importara tanto como a Jesús?
El fragmento inspiracional de hoy: Ayudar a los demás es un acto de preservación de la vida; ignorar los sufrimientos de una persona es destructivo y malo.

Reflexión de las Buenas Nuevas
Miércoles de la 2da. Semana del Tiempo Ordinario
En Memoria de Santa Inés, Virgen y Mártir
Enero 21, 2015



Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/
© 2015 por Terry A. Modica




Lecturas Biblicas para HOY

Santo de hoy: Inés de Roma
Cristo hizo mi alma bella con las joyas ...


Lecturas de hoy


Heb 7, 1-3. 15-17

Sal 109, 1-4

Marcos 3, 1-6

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