¿De qué manera te sientes incapaz? A menudo, decidimos no involucrarnos en un ministerio, o nos detenemos antes de ayudar a alguien que tiene necesidades especiales, o nos contenemos de compartir nuestra fe con un compañero de trabajo que está luchando -- y ¿por qué hacemos esto? Porque nos sentimos incapaces. Sentimos que no tenemos suficiente de lo que se necesita para hacer bien la tarea. Bueno, ¡Dios tiene buenas noticias para ti!
¿Cuál de las siguientes se ajusta a ti?
- Yo no canto lo suficientemente bien como para unirme al coro.
- No soy un buen orador público, por lo tanto, sé que no puedo servir como lector en la Misa.
- No tengo tanta confianza en mí mismo como mi jefe, así que no puedo sugerir una mejor manera de hacer negocios.
- Soy pobre para mantener una conversación informal, así que no voy a ir a visitar a esa persona que está en el hospital.
- No soy un buen organizador, dejemos que otra persona se encargue de ese programa.
- Yo no tengo suficiente tiempo para orar por todas aquellas personas que necesitan oraciones.
- Yo no tengo ingreso suficiente para dar más en la canasta de la colecta.
¡Esto es bueno! Estos son tus panes y peces. Dios es generoso, y vemos prueba de ello en la lectura del Evangelio de hoy. Si quieres una prueba de su poder milagroso en tu propia vida, ¡entrégale tus incapacidades!
Siempre necesitamos más -- mucho más de aquello que Dios puede darnos. Por nosotros mismos, nunca tenemos lo suficiente de lo que se requiere para servir con éxito a Dios, al pueblo y a la iglesia que Él ha puesto en nuestras vidas. ¡Es parte de su plan! Nos hace confiar en Dios. Él quiere darnos todo lo que necesitamos para que podamos ser sus instrumentos para continuar hoy el ministerio de Cristo en la tierra.
Si te enteras de algo que hay que hacer y nadie más lo está haciendo, y tienes, aunque sea, un poco de talento, o de formación, o conocimiento, o recursos para mejorarlo, entonces Dios está llamando tu atención sobre esto porque quiere que hagas algo. A Él no le preocupa si no tienes suficiente de lo que se necesita para hacerlo con éxito, porque sabe que puede multiplicar lo poco que tienes y transformarlo en más que suficiente.
¿Cómo hace esto? ¿Cómo el poquitito de talento, o habilidad, o tiempo, o dinero que tienes puede ser más que suficiente para hacer el trabajo? ¡Dios te hace su socio! Él no quiere que hagas nada por ti mismo y con sólo tus propias habilidades. Él está en ti por el poder de tu bautismo y, haga lo que hagas, lo hace contigo. Él bendice tus esfuerzos, así como Jesús bendijo los cinco panes y dos peces.
Y esa es la clave para el éxito abundante. Si dejas que Jesús tome lo poco que tienes, lo bendiga y lo use, descubrirás que Dios sigue siendo muy bueno en la multiplicación.
Reflexión de las Buenas Nuevas
Martes después de Epifanía
En memoria de San Juan Neumann, obispo
Enero 5, 2016
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.
© 2015 por Terry A. Modica
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