¿Dios siempre responderá a tus oraciones?






La verdadera oración implica darle a Dios nuestro amor y nuestra confianza total y completamente.

En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús nos asegura que podemos confiar en nuestro Padre que está en los cielos; podemos pedir su ayuda y nos la dará.

Para convencernos de esto, nos recuerda lo bueno que hacemos por nuestros hijos. Ciertamente, ¡nuestro Padre nos ama así e incluso más! Por supuesto que Él no nos dará algo tan inútil como una piedra cuando le hemos pedido algo bueno (el pan).

Así que, ¿por qué dudamos que siempre nos dé todo lo que necesitamos? ¿Por qué tememos que Él pudiera no preocuparse lo suficiente por nosotros?
Donde vivió Jesús, el pan era horneado en forma similar a las piedras. Sus oyentes probablemente se rieron ante la idea de freír las rocas para la cena. Y sabían que era absurdo confundir una serpiente venenosa con una comida real, a pesar de que los peces "lota" que comían parecían serpientes.

Piensa en las serpientes la próxima vez que pidas ayuda a Dios. ¿Por qué el Amor Perfecto erróneamente -- o deliberadamente -- sustituiría algo perjudicial por algo bueno?

La duda se desliza porque Dios no siempre responde a nuestras oraciones como nos gustaría. Tenemos que hacerles recordar a nuestras mentes dudosas que no nos está ignorando. Él no está demasiado ocupado. Él no nos está castigando. No es malo o poco amoroso de ninguna manera. Dios siempre nos da lo que sabe que es mejor para nosotros, en el momento perfecto y de una manera que beneficie a todos los que se ven afectados.

La verdadera oración consiste en dar a Dios nuestro amor y nuestra confianza totalmente de manera que podamos decir: "Aquí está mi petición, Papito. Respóndela de cualquier manera que Tú elijas, incluso si no es la forma en que quiero o espero. Te agradezco ahora, antes que mi oración sea contestada, porque sé que ya estás trabajando en un plan que es muy bueno.'

La Reina Esther sabía esto. Por eso ella pudo orar con confianza, como le vemos en la primera lectura de hoy: "Sálvanos con tu poder y ayúdame, que estoy sola y no tengo a nadie más que a ti, oh Señor." Ella fue una judía casada con un rey pagano que estaba a punto de destruir a todos los judíos en su territorio. Por el poder de Dios trabajando a través de ella, las personas se salvaron.

Podemos superar nuestras dudas dando las gracias a Dios, como el salmista en el salmo responsorial de hoy: "Señor, en el día que pedí tu ayuda, me respondiste." ¡En el día! Realmente no lo vemos tan pronto (generalmente no), pero sabemos que Dios está inmediatamente -- el mismo día - haciendo algo para ayudarnos.

La oración no controla a Dios; la oración nos ayuda a confiar en Dios.
Cuando no confiamos en Dios, tomamos el asunto en nuestras propias manos y así es, generalmente, cómo caemos en pecado. Pero cuando recordamos que podemos confiar en Dios, resistir al pecado se vuelve más fácil.
 
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Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico
Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva,
http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.
 
© 2016 por Terry A. Modica
 ORACION
Reflexiones de las Buenas Nuevas           
Jueves de la 1ra. Semana de Cuaresma
Febrero 18, 2016
Lecturas del día:
    
Ester C, 12.14-16.23-25
Sal 137, 1-3.7-8
Mateo 7, 7-12
Oración para hoy

¡Alabado seas mi Señor por Tu amor de Padre! Dame un corazón de niño, para confiar en Ti y amar a los demás como Tú me amas a mí. Amén.



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