¡Elige la vida!







En nuestro camino Cuaresmal hacia una mayor santidad, con Jesús como nuestro compañero en el camino de la negación propia, pasamos a aquellos que están tomando un camino diferente. Ambos caminos conducen a la muerte. Uno nos lleva a través de la muerte a una nueva vida. El otro es el camino mortal del mundo; los compañeros son la adicción, la codicia, la ira y la desobediencia.
Como dijo Moisés en la primera lectura de hoy, amando a Dios, prestando atención a su voz, y aferrándose a Él, elegimos el camino de la vida. El Salmo de hoy señala que, cuando nos deleitamos en la ley del Señor, somos como un árbol plantado al borde de la corriente de agua - llenos de vida, dando buenos frutos, nunca marchitos; todo lo que hacemos en, a través y con el Señor siempre prospera.
Jesús dice en la lectura del Evangelio que en el viaje vivificador siguiéndolo, llevamos la cruz de la negación propia, es decir, negamos los deseos que son contrarios a los deseos de Dios.
El ayuno, durante la Cuaresma, pretende ayudar con esto. Al decir no a los alimentos que deseamos, nos volvemos más fuertes en la auto-disciplina que nos permite decir no a tentaciones más difíciles.
Rendirse a pecados obstinados o a malos hábitos, mientras que aplazamos nuevos y buenos hábitos es cómo mantenemos un pie en el camino equivocado. A pesar de que no creemos que sea destructivo, nos está destruyendo. Tarde o temprano, perdemos nuestro equilibrio y caemos. En la primera lectura, Dios está suplicando: "He puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición ¡Elige la vida!"
Jesús quiere rescatarnos de nuestras maldiciones autodestructivas. Mientras espera a que busquemos humildemente su ayuda, llora por nosotros, porque puede ver el daño que estamos causando con nuestra falta de auto-negación.
Piensa en alguien que conoces que ha sido autodestructivo. Tal vez sea un miembro de la familia que se está hundiendo espiritualmente por no ir a la iglesia, o un amigo que necesita terapia, pero no busca ayuda. ¿Por qué te sientes mal por ello? ¿Sientes dolor al pensar en el daño que estas personas se están haciendo a sí mismas? ¡Por supuesto que sí! ¡Te importa! ¡Ahora multiplica esos sentimientos por diez, por mil, por millones! Eso es todo lo que a Dios le duele, porque Dios se preocupa mucho más que tú. Esto es lo mucho que se preocupa por ti.
El dolor que sufrimos cuando vemos a nuestros seres queridos continuar por el camino equivocado, se siente aún peor si tratamos de ayudarles, pero somos incapaces de hacerlos volver al camino correcto. Dios, también, sigue tratando de ayudarnos a evitar el pecado. Sigue tratando de agarrar nuestra mano y guiarnos a lo largo del camino de la vida. Pero la elección es nuestra. "Elige la vida", suplica Él
La santidad es la decisión de obedecer a Dios sin importar nada más. Esto es más fácil de hacer cuando recordamos que Jesús está dispuesto a darnos su ayuda sobrenatural. No podemos tener éxito por nuestros propios esfuerzos; es una sociedad. Cuando seguimos a Jesús, estamos viajando con Él.
 
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Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico
Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva,
http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.
 
© 2016 por Terry A. Modica
Reflexiones de las Buenas Nuevas           
Jueves después de Ceniza
Febrero 11, 2016

Lecturas del día:  
Deuteronomio 30, 15-20
Sal 1, 1-4.6
Lucas 9, 22-25
www.usccb.org/bible/lecturas/021116.cfm

Nuestra Señora de Lourdes
11 de febrero



Oración para hoy
Caminar tras de ti Señor, es una batalla que debo librar cada día, pero no deseo otra lucha que no sea ésta. Tu amor es el premio, la victoria y la razón de mi existir. Amén.