En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús nos cuán íntimamente nos ama, nuestro Padre nos ama. En la primera lectura, vemos a nuestro Padre recordándonos que todo lo que Él ha prometido hacer por nosotros (prometido en su Palabra), lo hará. ¿Por qué lo dudamos?
La duda proviene por tener información incompleta: hemos recibido nuestras primeras imágenes de lo que es Dios Padre, a través de nuestros padres humanos y otras figuras de autoridad (incluidas las madres). Puesto que, incluso los mejores padres, imitan a Dios imperfectamente y nos aman insuficientemente, nuestro conocimiento del amor de Dios Padre es insuficiente.
Cuando oramos el "Padre Nuestro"--si realmente prestamos atención a las palabras, orando de corazón, en lugar de repetir confusamente las palabras como los paganos -- nos abrimos a su amor completo. Cada parte de esta oración, que Jesús aprendió de sus propias experiencias con el Padre, es una receta para una relación íntima con nuestro Papá celestial.
Un buen ejercicio espiritual en esta Cuaresma es orar el "Padre nuestro" lentamente, línea por línea, reflexionando sobre cómo cada parte te conecta con el amor del Papá que te ama perfecta y totalmente y sin condiciones.
Al final de la lectura de este Evangelio, Jesús nos ofrece la llave que abre el poder del amor de nuestro Padre. No es casualidad que da instrucciones adicionales para sólo una parte de la oración: "Si ustedes perdonan las faltas de los demás, su Padre celestial perdonará las de ustedes." La falta de perdón cierra nuestro corazón al amor. Cuando la puerta está cerrada, no estamos abiertos a recibir amor, ni siquiera el amor perfecto de nuestro Padre.
Por esta razón Jesús dijo que oremos a nuestro Padre en vez de a mi Padre o al Padre. Estamos todos juntos en esto. Nuestro Padre es el Padre de Jesús. Es una oración comunitaria. Incluso cuando lo oramos por nosotros mismos, no estamos solos. Jesús es nuestro socio en la oración.
Cuando lo oramos en la iglesia, estamos unidos a todos los hijos de Dios. ¿Cómo podemos amar a Dios al negarnos a amar a alguien a quien Él cuida profundamente? Cuanto más dispuestos estamos para amar a los demás, inclusive a aquellos que son más difíciles de amar, más nos abrimos al amor de nuestro Padre.
Y cuanto más nos abrimos al amor de nuestro Padre, más amor tenemos que compartir con los demás.
Para ampliar esto, considere cómo Jesús podría haber inventado la oración "Padre nuestro" para sus necesidades particulares mientras que él todavía era un carpintero. Leer el WordByte, "¿Jesús Peleó Igual que Tú?" (en inglés)http://wordbytes.gnm.org/spiritualgrowth-struggle/
Reflexión de las Buenas Nuevas
Martes de la 1ra. Semana de Cuaresma
Febrero 16, 2016
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.
© 2015 por Terry A. Modica
