Espera lo inesperado





¿Está "sedienta" tu alma del Dios vivo, tal como leímos hoy en el salmo responsorial? ¿Estás cansado de esperar para "ver el rostro de Dios" (en otras palabras, su apoyo amistoso, cercano y personal)? ¿Estás espiritual o emocionalmente sediento porque pareciera que a Dios realmente no lo importas, o no se está moviendo lo suficientemente rápido para resolver tus dificultades? 

Estamos sedientos cuando no hemos bebido lo suficiente. En esta vida en la tierra, jamás podremos satisfacer nuestra sed de Dios porque sólo después de la muerte nos encontraremos cara a cara con Dios, y es sólo luego de haber sido purificados completamente de todo lo que no es de Dios, que podremos entrar en la plenitud de su bondad y amor.
Sin embargo, podemos aliviar un poco nuestra sed aquí y ahora. De hecho, probablemente estemos mucho más sedientos de lo que necesitamos estar. 

Una sed de Dios insatisfecha, generalmente se manifiesta en soledad, desesperación, frustración, auto-indulgencia - o con cualquier otro sentimiento o comportamiento generado por la falta de aquello que necesitamos. Pero, como cristianos que pasamos tiempo con Dios cada día, deberíamos sentir que tenemos todo lo que necesitamos. ¿Por qué no es así?
La primera lectura de hoy nos da una pista. Observa el comportamiento del leproso Naamán. Dios le dio la sanación que él pidió, pero al principio Naamán no lo creyó porque se le ofreció de una manera inesperada.
Por lo general, cuando pensamos que Dios nos ha abandonado, lo que realmente sucede es que Él no nos está dando lo que queremos ¡de la manera en que lo queremos!

Para ver lo que Dios está haciendo y para recibir todo lo que Él nos quiere dar, primero tenemos que deshacernos de nuestras expectativas. Al lidiar con Dios debemos esperar lo inesperado.
Las personas en la sinagoga de Nazaret (en el Evangelio de hoy) habían estado esperando al Mesías durante un largo tiempo. Habían rezado para que llegase durante muchas generaciones. Pero ellos tampoco reconocieron la respuesta a sus oraciones debido a que las expectativas no fueron cumplidas. El Mesías llegó a sus puertas de una manera muy inesperada. 

Cuántas veces nos enojamos, como lo hicieron esas personas, porque el amor de Dios y sus respuestas a nuestras oraciones no son lo que nosotros queremos de la manera que lo queremos.
Tal como lo hicieron esas personas, rechazamos a Jesús aun cuando mientras tratamos de encontrarlo. Asumimos que "no, esto no puede ser correcto" con respecto a lo que Él nos pone al frente. Al darle la espalda y enfocarnos en lo que sea que estamos esperando le decimos "no" a sus regalos y bendiciones.
Es por esto que nuestras almas tienen sed. Necesitamos pasar tiempo, esta Cuaresma, identificando y arrepintiéndonos de todas las maneras en que decimos "no Dios, esto no puede ser correcto" - ya sea un "no" a una enseñanza de la Iglesia porque no nos gusta, o un "no" a una mala situación que no termina sin importar con cuánta intensidad rezamos por ella.
Encontramos milagros cuando esperamos lo inesperado. 

Oración para hoy
Sáname Señor de la dureza que hay en mi corazón. Riégalo con Tu amor y que llegue a ser tierra fértil, para recibir y practicar Tu palabra plenamente. Amén.
 
Reflexión de las Buenas Nuevas
Lunes de la 3ra. Semana de Cuaresma
Febrero 29, 2016

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva,
http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.                 © 2016 por Terry A. Modica





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