¿Hacia quién vas primero?

Nadie, excepto Dios, puede darnos jamás lo suficiente de aquello que necesitamos


Cuando necesitas a Dios, ¿hacia quién corres primero? Si te sientes solo ¿buscas a un amigo primero o inmediatamente trepas a la falda de Dios? Si alguien te lastima ¿exiges una disculpa antes de pedir a Jesús que bese tu herida?

Si tu auto se rompe, ¿llamas a una grúa auxilio antes de orar pidiendo la protección y la ayuda de Dios? Si necesitas comprar algo costoso y no tienes el dinero ¿lo pones en tu tarjeta de crédito o buscas la voluntad de Dios pidiendo sabiduría para comprar este producto en este momento?

Es difícil entrenarnos para buscar primero el Reino de Dios, pero este es un abre-puertas para bendiciones. La primera lectura de hoy nos dice que somos "malditos" cuando confiamos en alguien y en algo antes que en Dios.
¿Qué quiere decir con "maldito"? Que nadie se preocupa por él. Falto de todo lo que sea de Dios.

Nadie, excepto Dios, puede darnos lo suficiente de aquello que necesitamos - nadie más puede darnos suficiente amor, suficiente esperanza, suficiente fe, suficiente ayuda, suficiente atención, suficiente confianza, suficiente guía, suficiente paciencia, suficiente amabilidad, suficiente comprensión, o cualquier cosa que necesitemos. 

Así, somos como el arbusto seco que mencionó Jeremías. Estamos anclados en el desierto, tenemos calor y sed y nos estamos marchitando. Pero...
Somos benditos cuando confiamos en el Señor, corriendo hacia Él primero, aunque las cosas parezcan sombrías o imposibles, porque para Dios nada es imposible.

Somos benditos cuando vivimos como el árbol que crece cerca del agua porque somos alimentados por el amor y el poder de Dios.
Somos benditos por extender nuestras raíces hacia la corriente, porque crecemos cerca del corazón de Dios y, así, no tememos al calor cuando llega, porque sabemos que el amor de Dios vencerá cualquier problema que amenace con abrumarnos.

Nuestras hojas permanecen verdes, no nos marchitamos por la falta de amor y aprobación de las personas. En los años de sequía, cuando todo parece ir mal, no nos preocupamos por lo que no tenemos porque nuestro gozo viene de ese lugar en nuestras almas donde nuestra amistad con Dios florece. Nuestra fe aún da buenos frutos. Esperando en el Señor y confiando en su guía, hagamos lo que hagamos prosperará (como decimos en el Salmo responsorial de hoy).

El bien siempre resulta de correr primero hacia Dios. Sólo Él puede darnos plenamente el amor, la ayuda y la seguridad que desearíamos poder obtener de los demás. Sólo en Dios recibimos sanación total para nuestras heridas y el amor completo que llena cada vacío en nuestras vidas.

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Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico
Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva,
http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.
© 2016 por Terry A. Modica
Reflexiones de las Buenas Nuevas           
Jueves de la 2da. Semana de Cuaresma
Febrero 25, 2016


Lecturas del día:

   
Jeremías 17, 5-10
Sal 1, 1-4.6
Lucas 16, 19-31


Oración para hoy
Líbrame Señor de los engaños del demonio que distraen mi necesidad de Ti. Dame un corazón atento para ver Tu presencia en mis hermanos y en cada día de mi vida. Amén.