Fuimos creados a imagen de Dios e, instintivamente, deseamos estar con Aquel a quien más nos parecemos.
En la lectura del Evangelio de hoy, hay una clara diferencia entre quiénes son las ovejas de Cristo y quiénes no. Por naturaleza, todos queremos seguir al Buen Pastor. Fuimos creados a imagen de Dios e, instintivamente, queremos estar con aquel al que más nos parecemos. Más que eso, todo el mundo quiere a un Salvador que les ame pase lo que pase y que los rescate del mal cuando nadie más pueda. Pero muchos no reconocen su voz.
"Si tú eres el Cristo, dilo claramente," dicen estas personas. Jesús responde, "les dije y ustedes no creen."
¿Por qué no creen? Bien, ¿por qué nosotros no creemos siempre? Nuestros pecados son la evidencia de que a veces nosotros no creemos que deberíamos seguir a Jesús. Si siempre reconociéramos su voz -- y el amor detrás de todo lo que dice, enseña y ordena -- lo seguiríamos siempre y nunca nos perderíamos en el pecado. Pero cuando no entendemos lo que nos dice Jesús, dudamos que realmente sea Él. Cuando no nos gusta una enseñanza moral de la iglesia, dudamos que realmente sea Jesús hablando a través del Magisterio de la Iglesia, y luego escuchamos a los falsos pastores que nos dicen las palabras que queremos escuchar, y les seguimos.
Sin embargo, nosotros somos las ovejas del rebaño de Dios, sabemos cómo reconocer la voz de Jesús, sabemos que Él es el buen pastor y queremos seguirle
El problema es: todos tenemos programas imperfectos de reconocimiento de voz funcionando en nuestros oídos. Inconscientemente, hemos sido afectados por la forma en que los seres humanos han modelado (o mejor dicho, no han podido modelar) a Cristo entre nosotros. Ningún ser humano es perfecto excepto Jesús; por lo tanto, cada persona que hemos conocido nos ha amado imperfectamente, nos ha perdonado imperfectamente, nos ha pastoreado de una manera imperfecta -- y proyectamos en Dios lo que hemos experimentado de los demás.
El Jesús que pensamos que conocemos es muy limitado. ¿Te ha fallado algún amigo? El resultado es que probablemente veas (inconscientemente) a Jesús como un pastor que te puede engañar. ¿Creciste en una casa donde había un padre abusivo, de mal genio o demasiado rápido para castigar? ¿Fuiste tratado injustamente por un maestro, sacerdote, policía u otra figura de autoridad? En la medida en que estos representantes de Dios fallaron en transmitirte cómo es realmente Dios, es la medida en que crees en un dios que no es Dios.
Para discernir la diferencia entre los falsos pastores y el verdadero Pastor, necesitamos pasar tiempo separando, conscientemente, la imagen imperfecta de la imagen Divina.
© 2016 por Terry A. Modica. Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, y es utilizada bajo la responsabilidad del grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami, Fl. Fuente: Good News Ministries en http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/, donde también se encuentra disponible una reflexión para los Domingos. La reflexión para los Sábados puede ser encontrada en: http://gnm.org/mirada-interior/.
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Martes de la 4ta. Semana de Pascua
Abril 19, 2016
|
