En el Evangelio de hoy, Jesús dice, "No hay nadie que haya sacrificado su hogar, sus hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o propiedad por mí y por el Evangelio que no haya recibido en esta vida cien veces más..."
¿Crees que Dios es más generoso de lo que tú podrías ser? Como cristianos, cuando decidimos no ser generosos probablemente es porque nos da miedo que Dios no sea generoso con nosotros.
Ya lo sé. Esto también me ha costado a mí. En agosto de 2009, cuando contraté al primer empleado de Good News Ministries estaba a la vez emocionada y nerviosa. En mi corazón sabía que podía confiar en que Dios proveería los fondos extra que esto requería. Pero ¿estarían dispuestos los donantes a servir a Dios ayudándome con este gasto? El mes de diciembre siguiente, durante nuestra campaña de recaudación de fondos anual, uno de mis lectores ofreció pagar totalmente el salario de este miembro del equipo. ¡Alabado sea el Señor!
Y la lección sigue creciendo: desde entonces, el personal se ha multiplicado y Dios ha continuado proveyendo ayuda para todos los empleados, el equipo y la oficina mediante la generosidad de los lectores que elogian la diferencia que estamos haciendo en los corazones de los demás para el Reino de Dios. Nuestro lema es: Jesús conduce, la Gracia provee.
¿Esto quiere decir que se me ha hecho más fácil confiar en Dios? ¡Para nada! Dios me sigue llevando hasta el límite, mientras Good News Ministries va creciendo, se expande nuestra llegada y nuestras herramientas tecnológicas continúan necesitando apoyo y actualizaciones.
¿Qué desconfianza o preocupación te ha pedido Dios a ti que renuncies? Es difícil soltar algunas cosas. La raíz del motivo es esta: tememos que Dios no reemplace nuestra pérdida, sin embargo ¡Él quiere darnos aún más! O también insistimos en recuperar lo que hemos perdido, mientras que Dios quiere que llenemos el vacío con nuevas y diferentes bendiciones.
Esto comencé a aprenderlo a principios de los años 80 cuando era la líder de un grupo de oración y la editora del boletín mensual de la Renovación Carismática de mi diócesis. Dios quería que dejara ambos ministerios para que pudiera cuidarme mejor durante mi segundo embarazo, pero eso no tenía sentido porque nadie en mi grupo de oración quería ser el líder y nadie en la redacción tenía las calificaciones editoriales que yo tenía. Luego de varias semanas de rehusarme a creer que Dios realmente quería que renunciara, me di cuenta de que aumentaban los problemas causados por mi negativa a renunciar. Decidí confiar en el consejo de Dios.
El resultado fue que durante mi nuevo tiempo libre comencé a escribir artículos que fueron publicados en revistas cristianas. Tal y como me imaginé, el grupo de oración se desintegró, pero algo nuevo y mejor surgió en su lugar. Y Dios envió a un nuevo editor a la redacción que hizo un trabajo mejor que el mío.
Necesitamos un discernimiento lleno del Espíritu para identificar lo que Dios quiere que abandonemos en el momento adecuado. Luego, debemos confiar en Jesús mientras aceptamos los cambios. Tal confianza siempre nos da como recompensa nuevas aventuras, caminos, amigos, ministerios y bendiciones que son cien veces mejor de lo que hemos sacrificado.
© 2016 por Terry A. Modica. Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, y es utilizada bajo la responsabilidad del grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami, Fl. Fuente: Good News Ministries en http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/, donde también se encuentra disponible una reflexión para los Domingos. La reflexión para los Sábados puede ser encontrada en: http://gnm.org/mirada-interior/
Reflexión de las Buenas Nuevas
Martes de la 8va. Semana del Tiempo Ordinario
Mayo 24, 2016
