Confiando en la cercanía del Padre



El Padre está contigo siempre. ¿Lo crees? ¿Realmente? Si es así entonces ¿por qué algunas veces te sientes solo? ¿O preocupado? ¿O abandonado?

Jesús nos pregunta en la lectura del Evangelio de hoy: "¿Crees verdaderamente?" Decimos que sí, pero nuestras acciones revelan la verdad. Algunas veces actuamos como si Dios nos hubiera abandonado. Tomamos los problemas en nuestras propias manos como si a Dios no le importara o no tuviera el poder o el deseo de ayudarnos.

Jesús sabía que sus más cercanos amigos le abandonarían en el peor momento de su vida, cuando se sintiera más vulnerable. Sin embargo, se fortaleció sabiendo que su Padre estaría allí. Incluso cuando gritó desde la cruz: "¡Padre ¿Por qué me has abandonado?!" sabía, en su corazón herido, que Él sólo sentía distante al Padre, porque estaba lejos de los pecados que Jesús cargaba en ese momento, pero el Padre estaba aún unido al Hijo en el amor divino.
Seguramente el Padre podría haber ayudado a Jesús en el Huerto de Getsemaní, hablándole a los discípulos en su momento de oración, diciéndoles que apoyen a Jesús en su momento de necesidad. Tal vez lo hizo y sus temores, su shock o su cansancio ahogaron el mensaje. 

Todos tenemos amigos o familiares que deberían habernos ayudado durante una situación difícil pero no lo hicieron. ¿Cómo nos hace sentir eso? Así es como se sintió Jesús... excepto que Jesús confió en la cercanía del Padre.
Necesitamos desarrollar la misma confianza en la cercanía de Dios. Aunque no somos tan santos como Jesús, el Hijo Divino, nuestro Padre Divino está con nosotros siempre; nuestros bautismos lo garantizan. Podemos aprender esto de la primera lectura de hoy donde Pablo se encuentra con un grupo de personas que han recibido el bautismo de Juan. Él completa su iniciación en la Iglesia dándoles el bautismo sacramental

Nota la diferencia entre los dos bautismos: el primero había sido un acto de arrepentimiento cosa que hacemos cada vez que vencemos al pecado. El segundo, dado que es un sacramento, es algo queDios  hace. Dios viene a nosotros en la plenitud del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

De esta forma, nunca podemos ser abandonados. Incluso cuando perdemos personas por la muerte, la distancia u otra forma de alejamiento, nunca perdemos a Dios. Si buscamos a Dios descubriremos que Él ya está aquí con nosotros. No obstante, cuando insistimos en manejar la vida según nuestro criterio, lo pasamos de largo y lo olvidamos. Nosotros lo abandonamos a Él.
Aceptar la presencia de Dios depende totalmente de nosotros. Like us on Facebook

Para sentir la cercanía del Padre, necesitamos pasar tiempo en una vida de oración desde el corazón, arrepentirnos de nuestros pecados, rendir a Él nuestra voluntad y deseos para que le hagamos lugar a su voluntad y deseos y, así, rechacemos cualquier sustituto que el mundo nos ofrezca.

Oración para hoy
Gracias mi Señor, porque las batallas que hoy estoy peleando Tú ya las has ganado para mí y por mí. ¡Bendito y alabado seas! Amén.

Reflexión de las Buenas Nuevas
Lunes de la 7ma. Semana de Pascua
Mayo 9, 2016
© 2016 por Terry A. Modica. Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, y es utilizada bajo la responsabilidad del grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami, Fl.  Fuente: Good News Ministries en http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/, donde también se encuentra disponible una reflexión para los Domingos. La reflexión para los Sábados puede ser encontrada en: http://gnm.org/mirada-interior/.