¿Por qué no tenemos más poder en la oración?







En la primera lectura de hoy San Pedro nos dice, "Permanezcan tranquilos para que puedan rezar". Si realmente creemos que podemos confiar en Dios (tal como Jesús lo explica en el Evangelio de hoy), y si realmente creemos que, como Dios es fidedigno, Él responderá a nuestras oraciones con bondad, entonces permaneceremos tranquilos. ¿Qué podría preocuparnos?
Si sabemos - realmente sabemos - que Dios está a cargo y que, sin importar lo que parezcan las evidencias del momento, nuestras oraciones serán respondidas, sin importar cuánto se tarde, no tenemos razón para sentirnos ansiosos, preocupados, asustados o con dudas. Rezamos sin sentirnos tensos ni impacientes. En este espíritu de calma, nuestras oraciones tienen mucha fuerza.
¿Cuándo fue la última vez que rezaste así?
Nuestro estado mental es un buen barómetro de la fuerza de nuestra oración. Cuanto más tensos estamos, menos confiamos en Dios. Y cuanto menos confiamos en Dios, más débil se vuelve el poder de nuestra oración.
Ahora que lo sabemos, ¿cómo aumentamos el poder de nuestra oración? Parece poco probable que nosotros, que somos sólo mortales, pudiéramos dejar de preocuparnos del todo.
La ansiedad, la preocupación, el temor, la duda - si controlan nuestras vidas - disminuyen nuestra relación con el Dios todo amor y todo poder. Durante la Misa, mientras rezamos silenciosamente con el sacerdote al final del Padrenuestro, le pedimos a Dios, mediante la ayuda de su misericordia que nos "guarde detoda angustia." Entonces ¿por qué nos vamos de la Misa aún preocupados?
La respuesta: vemos las evidencias de lo que está mal en vez de mirar a Jesús, que siempre es bueno. Confiamos en estas "evidencias" más de lo que confiamos en Dios.
Por eso rezamos novenas a la Madre Bendita, ayunamos, decimos más oraciones arrodillados ante el tabernáculo, rezamos lo mismo una y otra y otra vez. Aprovechamos cada oportunidad para lograr mejores resultados con nuestras oraciones. ¡Y esto está muy bien! Sin embargo, mientras que hay valor en persistir en la oración, repetir nuestras oraciones no hace magia. Pedro dice: "Permanece tranquilo para que puedas rezar".
Lo que importa es nuestra relación con Dios en la oración, no la cantidad o el tipo de oración.

Pedro nos da algunas claves adicionales que nos abren al poder de la oración. Vuelve a leer el pasaje de su carta y medita cómo sus instrucciones aumentan tu amor y, por ende, tu nivel de confianza.

Reflexión de las Buenas Nuevas
Viernes de la 8va. Semana del Tiempo Ordinario
Mayo 27, 2016
© 2016 por Terry A. Modica. Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, y es utilizada bajo la responsabilidad del grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami, Fl.  Fuente: Good News Ministries en http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.  -- Lee la Reflexión para el día domingo aquí

Lecturas de hoy
1 Pedro 4, 7-13
Sal 96, 10-13
Marcos 11, 11-26


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