¿Eres profeta de Dios?


El fragmento inspiracional de hoy: 
Generalmente, la única forma efectiva de profetizar es a través de nuestras insistentes acciones, conductas y actitudes llenas de amor.

Los profetas de Dios no son adivinos; son personas de oración que osadamente dicen la verdad de Dios. En la primera lectura de hoy, vemos esto en acción cuando Oseas profetiza sobre los peligros de apartarse de Dios y las recompensas de volver a Dios.
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús entrena a sus discípulos sobre cómo ser profetas: "Ustedes no serán los que hablen; el Espíritu del Padre hablará a través de ustedes."

Somos los discípulos de Cristo de hoy y, por lo tanto, sus profetas modernos pero sólo si dejamos que el Espíritu Santo hable a través de nosotros.
Primero, todos somos profetas en nuestros hogares. Este es, a menudo, el lugar más difícil de hablar en nombre de Dios (por eso es que Jesús dijo: "Y el hermano entregará a su hermano a la muerte..."), porque sonamos hipócritas. Nuestras familias conocen nuestras imperfecciones y pecados demasiado bien. Para empeorar las cosas, a veces, hemos cometido el error de hablar con una actitud autosuficiente al estilo de "más-santo-que-tú". Por lo general, la única manera eficaz de profetizar aquí es a través de nuestras acciones, conductas y actitudes llenas de amor.
Jesús dijo que quien soporta los desafíos que enfrentan los verdaderos profetas, todo el camino hasta el final, será salvo, es decir, nos unimos a Jesús en todo el camino hasta el cielo.
Cuando dejamos de ser verdaderos profetas, estamos rechazando a Jesús y las verdades que Él enseñó. Representamos al mal en vez de a la salvación. A veces hacemos esto involucrándonos en los malos caminos del mundo, o cuando mantenemos nuestra boca cerrada en tanto el Espíritu Santo está sacudiendo nuestro corazón para movernos a hablar.
Hay que aguantar hasta el final: aférrate a la verdad que Dios te ha revelado, atrévete a defenderla y muéstralo con tus ejemplos.
Hablamos mucho con nuestros ejemplos. La gente puede rechazar nuestras palabras, pero no puede detener la revelación de la verdad en nuestras acciones. Aquellos que se ponen a la defensiva cuando hablamos la verdad están observando para ver cómo la verdad afecta nuestras vidas. A pesar de que rechazan lo que les decimos, sin desearlo, aceptan la verdad cuando se las mostramos con nuestros hechos y comportamientos. Esto es lo que significa "ser astutos como serpientes y simples (inocentes) como palomas."
Un profeta santurrón dice a los demás: "Debes escucharme a mí." Un profeta efectivo se dice a sí mismo: "No sé si voy a tener éxito pero, incluso si la verdad es rechazada, la palabra de Dios nunca vuelve a Él vacía.  Voy a respaldar mis palabras con la manera en  que yo vivo mi vida; el resto depende de Dios".
Tenemos que examinar nuestros motivos y ponernos en contacto con nuestros propios pecados para recordar que no somos superiores a los pecadores que nos gustaría cambiar. Tenemos que ser conscientes de la preciosa bondad  que está oculta dentro de ellos. Luego, tenemos que buscar la manera amorosa de entregar el mensaje, el Espíritu Santo nos guiará. Shhhh .... escucha la voz del Espíritu.


Reflexión de las Buenas Nuevas
Viernes de la 14ta. Semana del Tiempo Ordinario
Julio 8, 2016

© 2016 por Terry A. Modica. Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, y es utilizada bajo la responsabilidad del grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami, Fl.  Fuente: Good News Ministries en http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/. -- Lee la Reflexión para el día domingo aquí

Lecturas de hoy
Oseas 14, 2-10
Sal 51, 3-4.8-9.12-14.17
Mateo 10, 16-23




Oración para hoy
Háblame, Señor, en el silencio de mi corazón. Dime qué quieres de mí y que tu Espíritu Santo me dé la fortaleza que necesito para proclamar tu Palabra donde quieras Tú. Amén.
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