Así
es cómo José se sentía probablemente en la primera lectura de hoy,
porque él perdió a su adorado padre, su familia, su herencia, su hogar,
todo lo que era familiar para Él, y todos sus planes, esperanzas y
sueños para el futuro. Por poco hasta pierda su vida. Vendido a la
esclavitud, él perdió su libertad. Él tuvo toda razón para desesperarse y
afligirse.
Jesús
da otro ejemplo de planes arruinados en la parábola del pasaje del
Evangelio de hoy. Las esperanzas del dueño de propiedades para una buena
cosecha fueron saboteadas por los ocupantes que se suponía debían
cuidar de su viña. ¡Y ellos asesinaron a su hijo!
Es normal sentirse resentido y tener inmenso rencor cuando nuestras vidas se desvían por los pecados de los demás,
como en estas dos historias. Nuestras vidas serían mucho mejor si
solamente los "imbéciles" que conocemos dejaran de causar tantos
problemas.
Tratamos de cooperar con la voluntad de Dios, hacemos lo que él nos pide hacer, y vivimos lo que él ha diseñado para nosotros, pero después la maldad de alguien más se interpone en nuestro camino. ¡Grrrr!
Las buenas noticias son; nada es destruido realmente - ni sueños, ni planes, ni relaciones - si seguimos a Jesús y vivimos en sus planes para nuestra vida. Dios
es más grande y más poderoso que cualquier desastre e interferencia
pecadora, más amoroso que cualquier pérdida. De una preocupación
profunda por nosotros, él empieza a planear cómo hacer llegar el triunfo
de nuestras tragedias mucho antes de que los desastres empiecen.
Fueron
muchos años antes de cuando José llegó a ser la mano derecha del Faraón
y salvó a todo Egipto y a su propia familia del hambre en la sequía.
Sólo le tomó al hijo del dueño de la viña (Jesús) un breve momento para
levantarse de entre los muertos y llegar a ser la piedra angular de una
Iglesia victoriosa. ¿Cuánto
tiempo tomo antes de que él llegara a ser la piedra angular de tu vida?
¿Qué te sucedió antes de que tú le dieras tu corazón? ¿En qué
direcciones desastrosas estabas antes de convertirte? ¿Cómo el lío en el
que te metiste te convenció de que necesitabas a Dios?
Tú
propia vida es ya un ejemplo de cómo Dios voltea las tragedias en
triunfos. Siempre que pedimos su ayuda, él toma las malas consecuencias
del pecado y las reconstruye en un plan glorioso que beneficiará a
muchos. ¿No es asombroso? ¡Él es tan impresionante! ¡Quizás tome más
tiempo del que nos gustaría, pero sus planes para la victoria siempre
son asombrosos!
Has
a Jesús la piedra angular de cualquier cosa que está fallando en tu
vida. Permite que él se haga cargo con sus propias ideas y sueños para
ti, que es mucho mejor que lo que tú pudieras imaginar. Y dale tiempo de trabajar.
Reflexión de Las Buenas Nuevas
Viernes de la Segunda Semana de Cuaresma
1 de marzo, 2013
Esta
reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es
utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el
Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,
registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener
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© 2012 por Terry A. Modica