En el Evangelio de hoy, Jesús nos indica que el Espíritu Santo nos da "testimonio". El Espíritu de la Verdad, enviado por el Padre, dice la verdad (como Dios el Abogado) sobre quien es Jesús realmente, y sobre lo que Él está haciendo por nosotros. Esta es la razón por la cual respondiste a la verdad cuando la escuchaste. Si hubiese sido por nosotros mismos, todos la hubiésemos rechazado como algo que no está de acuerdo con nuestras expectativas y nuestras inclinaciones pecaminosas terrenales. Cuando alguien se convierte a Cristo o crece en la fe, es porque el Espíritu Santo ha preparado el corazón para que reconozca la verdad. Solamente el Espíritu Santo puede llegar hasta el alma y enseñarle la verdad. Y nosotros, que ya hemos aceptado la verdad, somos los libros que usa Dios para que las lecciones sean más fáciles de entender.
¿Cómo estás dando "testimonio de Jesús"? Damos testimonio de la verdad siempre que actuamos de acuerdo con nuestra fe en las situaciones de la vida diaria. También cuando defendemos la verdad siempre que nuestro comportamiento revela las ventajas de creer en Cristo. Todo lo que hacemos y decimos revela quien es Jesús realmente. ¿Hay algunas palabras que salen de tu boca que dan testimonio en contra de Jesús? ¿Algunas de tus decisiones recientes han testificado en contra de Su confiabilidad? ¿La forma en que te comportas con las personas difíciles da testimonio en contra de Su amor?
Luego Jesús nos dice que "se acerca el tiempo en que cualquiera que los mate pensará que está sirviendo a Dios." Aplicando esto a los problemas de hoy, ¿está alguien matando tus esfuerzos por utilizar tus dones y talentos para el reino de Dios? Tal vez estés tratando de arreglar algo que está mal, o defendiendo una verdad que otros no quieren escuchar y estas siendo perseguido por tus hermanos Cristianos. Cuando surge un nuevo problema o escándalo, ¿cuál es tu testimonio? ¿Te quedas callado? ¿Te da miedo? ¿Eres negativo? ¿Te quejas? ¿Expresas enojo públicamente? Estas son emociones normales, pero si nos quedamos ahí, estamos dando testimonio de que el mal es más fuerte que Dios. Por otro lado, si trabajamos con el Espíritu Santo para ser un Abogado de Cristo, podemos dar testimonio de Su poder redentor y sanador; podemos convertirnos en defensores de la justicia y el amor.
Vivir como cristiano nunca es fácil. Dar testimonio de Jesús significa caminar con Él mientras cargamos las cruces de nuestra fe en un mundo pecaminoso, sufriendo en unidad con su muerte sacrificial. Sin embargo, el mayor testimonio de este caminar es la resurrección, la vida renovada que siempre viene después, y el Pentecostés diario del empoderamiento del Espíritu Santo. Los problemas en la Iglesia, en nuestras relaciones, y en todo lo demás, son oportunidades para que se revele la gloria de Dios. Son purgas que llevan a la pureza, pruebas que construyen la fe, lecciones que nos enseñan a mantener nuestros ojos en Jesús, y muertes que dan resurrección a una confianza más grande en Dios. Nunca debemos temer porque el hecho de exponer los problemas sólo puede conducir al desastre.
¡Levantemos nuestras voces para declarar la Gloria de Dios, y demos testimonio de Jesús siendo ejemplos claros de Su verdad y de Su amor! Que cada escándalo y dificultad termine reflejando quien es Jesús realmente, ¡amén!
© 2013 por Terry A. Modica * Traducido por Adriana Banda y Pablo Correo. Para cumplir con los derechos del autor de las Reflexiones de las Buenas Nuevas
Reflexión de la Buena Nueva Lunes de la Sexta Semana de Pascua Mayo 6, 2013 | 
