Haciendo obras mayores que las de Jesús


 
Escucha su voluntad ¡  
  
En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús dice: "El que crea en mí hará las mismas obras que yo hago y las hará aún mayores." ¿Qué quiere decir -aún mayores que las suyas?
Comencemos con lo básico: si tú y yo realmente creemos en Jesús, queremos ser sus apóstoles. La palabra "apóstol" significa "el que es enviado". Queremos ser enviados por Jesús para ayudar a otros a conocerlo y experimentar su amor. Nuestra fe nos conduce al ministerio y al compromiso. Y Jesús nos da el poder de su Espíritu Santo para que seamos exitosos.

¿Somos enviados a hacer qué?

El Padre nos ha asignado un apostolado a cada uno de nosotros. Así como el Padre ha realizado sus obras a través de Jesús, así también quiere el Padre realizar sus obras a través mío- y ¡también a través tuyo! Te ha dado una serie de talentos y dones que te hace excepcionalmente capaz para el propósito divino y único de tu vida. También tienes formación y experiencias (ambas buenas y malas) que Dios quiere poner en buen uso.

Nuestro Padre te ha asignado un apostolado que requiere de la combinación especial de tus rasgos de personalidad y tus atributos espirituales, exactamente donde estás ahora - en tu trabajo, en tu hogar, en tus relaciones, tu iglesia, tu barrio. Dada tu singularidad ¡Él no puede realizar esto a través de nadie más!

Jesús dijo que si creemos en El, haremos las mismas obras que El hizo "y mayores que éstas". A través de su humanidad, Jesús hizo obras humanas. Estas son las mismas obras que naturalmente hacemos como buenas personas. Las obras humanas incluyen amarse unos a otros, enseñar lo que hemos aprendido, compartir lo que se nos ha dado, escuchar a aquellos que necesitan a alguien con quien conversar, trabajar duro en nuestros empleos hasta nuestro máximo potencial, dar una mano cuando vemos una necesidad, etc.
Pero incluso los ateos hacen esto.

A través de su divinidad - su unidad con el Padre - Jesús hizo obras sobrenaturales (las "mayores obras"). A través de Jesús, tú y yo estamos unidos al Padre, y el Padre se ofrece a sí mismo al mundo a través nuestro. A través nuestro, el Padre continúa obrando milagros, las obras humanamente imposibles. Solamente alguien que cree en Jesús y que confía en Su Santo Espíritu puede hacer esto.

Haciendo bien nuestras obras humanas, damos a Jesús al mundo. Pero a veces nuestras obras humanas necesitan una ayuda sobrenatural, por ejemplo, cuando amar a alguien se torna difícil durante una prueba prolongada si continuamente pecan contra nosotros.

¿Qué quiere realizar el Padre a través tuyo? 
Escucha Su voluntad para que la conozcas. ¿Cómo quiere el Padre mejorar el mundo a través tuyo? 

 Como Jesús hacemos obras sobrenaturales cuando hacemos la voluntad del Padre. Espera sus instrucciones con oídos abiertos.
Mientras tanto, dedica (o re-dedica) tus dones, talentos, recursos, habilidades y experiencias a Dios para que los use en su reino. Ora para que el Espíritu Santo fortalezca tus virtudes y faculte tus talentos para que cuando otros se encuentren contigo, experimenten las obras humanas de Jesús Y las obras divinas del Padre.

Reflexión de la Buena Nueva
Viernes de la Quinta Semana de Pascua
3 de mayo, 2013
Fiesta de Santos Felipe y Santiago

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2012 por Terry A. Modica
 
Reflexiones para el Alma Efesios 6, 11 - 13
11.
Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.
12.
Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.
13.
Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.
  
Lecturas del Día:
 
1 Cor 15: 1-8
Salmo 19: 2-5
Juan 14: 6-14