En nuestra lectura del Evangelio de hoy, vemos a un escriba que está muy emocionado acerca de Jesús.
Si usted todavía está experimentando la emoción de crecer espiritualmente, y si todavía está produciendo buenos frutos, lo felicito. Dios está muy complacido con usted. Él lo admira, aprecia el trabajo que está haciendo por su reino y que lo llevan a los ángeles y santos del cielo, que decía: "Mira lo que mi amado hijo está haciendo!"
Jesús continuamente nos invita a producir más frutos buenos. Muchos cristianos hacen muy poco por el reino de Dios, permitiendo que el mal crezca más de sus propios frutos amargos. Pero tenemos un montón de peros, un montón de excusas de porque no estamos haciendo más para el Señor y su Iglesia.
¿Se quejó Jesús cuando dijo que no tenía un lugar para descansar su cabeza? No lo creo. No era una queja. Escuche con atención: "Las aves tienen nidos, las zorras tienen guaridas" "Pero Jesús, ¿cuándo viniste a mí y no te alimentamos, ni te refugiamos o te vestimos o te dimos algo de beber?"
Uno de sus discípulos le dijo: "Yo quiero ir a donde vayas, Señor, y hago lo que me pidas, pero primero vamos a enterrar a mi padre." La respuesta que Jesús le dio, parece ser indiferente acerca del dolor y la pérdida del hombre. ¿Realmente estaba diciéndole que ignorara su familia y pasara por alto el proceso de duelo? No lo creo. Jesús sabe que podemos hacer ministerio importante en las reuniones de la familia de los funerales. También sabe cuándo estamos poniendo excusas para no ser sinceros de todo corazón y vivir en santidad.
¿Qué hay en su lista de tareas, que está esperando que Dios no le pida que haga? ¿Cuáles son sus peros? Cuando se enteró de una necesidad insatisfecha y podía hacer algo al respecto (con la ayuda de Dios, por supuesto), a lo que dice: "Claro, yo haría... que si sólo... pero primero... más tarde... cuándo ?
Usted ha oído la pregunta: "Si Dios es real, ¿por qué hay tanta maldad en el mundo?" La respuesta es: No es culpa de Dios. Estamos dejando de producir los buenos frutos que vencen esos males.
"Deja que los muertos entierren a sus muertos" es una forma de dejar ir de los que no están dispuestos a unirse a él en su obra de Dios. Él entrega lo que le falta a nuestras vidas, pero si nos entregamos a él, nos convertimos verdaderamente en hombres vivos y emocionados, ya que él trabaja a través de nosotros de manera poderosa y sorprendente!
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Lunes de la Semana 13 del Tiempo Ordinario
01 de julio 2013
© 2013 por Terry A. Modica; todos los derechos.
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