La Virgen Maria te bendiga
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús profetiza contra aquellos que experimentan milagros, pero se niegan a reformar sus maneras. Los milagros abundan en nuestra Iglesia, como en todas las misas durante la Liturgia de la Eucaristía. ¿Nos vamos a casa sin cambiar? ¿Sin Mejorar?
¿Dónde más has presenciado o experimentado actos sobrenaturales de Dios? ¡Si no usamos estas oportunidades para crecer espiritualmente, nuestras actividades en la iglesia, en última instancia, nos arruinarán! Seremos juzgados por los acontecimientos que debieron habernos purificado e incrementado nuestra santidad.
¿Somos cazadores de milagros o buscadores de la verdad? ¿Utilizamos escapularios o medallitas de La Virgen, solamente por "las promesas o protección que realizan" (lo que María puede hacer por nosotros) en lugar de prometerle a Dios que creceremos en la santidad usando el ejemplo de María?
¿Enterramos una estatua de San José (boca abajo) para vender nuestra casa en lugar de pedirle a San José ayuda para convertirnos en una familia más santa, bien sea que la casa se venda o no? ¿Le pedimos a Dios que nos rescate de nuestras dificultades para hacer nuestras vidas más fáciles en vez de agradecerle por los momentos duros porque nos han ayudado a convertirnos en más santos?
¿Cambiamos o mejoramos cada vez que somos testigos del milagro del pan y vino convertidos en el cuerpo y sangre de Cristo en la Misa?
He estado en Cafarnaún. Como se trataba de la ciudad que Jesús consideró su hogar después de salir de Nazaret, se podría pensar que sería exaltada para siempre. Aquí fue donde vivió Pedro y donde su suegra fue sanada milagrosamente.
Al otro lado de la calle es donde Jesús predicó en la sinagoga. Como un centro de comercio importante en el Mar de Galilea, muchas personas pasaban por allí y escucharon predicar a Jesús y fueron testigos de sus milagros. Era un pueblo muy ocupado y próspero que vio mucho a Jesús. Pudo haberse convertido en un centro para la Cristiandad. Pudo haberse convertido en el Vaticano - ¡la Sede de Pedro!
Pero ahora es un pueblo muerto. Cafarnaún no es nada más que ruinas. (Véalo en http://wordbytes.org/holyland/pilgrim055.htm )
Nuestras vidas pueden convertirse en ruinas como el Cafarnaún de hoy también. ¿Hay algo deteriorado en tu vida espiritual? Cuando NO estamos creciendo, estamos retrocediendo. Si no permitimos que Dios nos cambie en nuestras situaciones cotidianas, estamos estancados como lodo podrido en un estanque sin vida.
Dios trabaja cada día milagrosamente para nosotros. La evidencia está allí, pero no podemos verla cuando nuestras expectativas son diferentes de las de él, o cuando no estamos prestando atención.
Pasa tu más tiempo recapitulando las obras poderosas de Dios en ti. ¿Por qué está él envuelto en nuestros problemas? ¿Será para hacer tu vida más fácil y sin dolor? No. Es para ayudarte a superar los obstáculos en el camino de la santidad.
Arrepentirse y enmendarse nunca es fácil, pero esto es lo que mantiene viva nuestra fe y creciendo.
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