Jesús nos comisiona y nos pide que vayamos y hagamos diferencia en el mundo, con cualquier habilidad que tengamos, en nuestras casas, trabajos, recreación, etc.
"¡Vayan!" es el principal verbo activo en el cristianismo. "Yo te estoy enviando" es la principal orden en el Cristianismo. La palabra griega para "enviado" se convirtió en la palabra "apostolado" - un apóstol es un discípulo enviado por el maestro a hacer el trabajo que el maestro le asignó.
Todos los cristianos, supuestamente, debemos madurar y convertirnos en apóstoles. ¡Todos tenemos apostolados! Nuestros apostolados son misiones que nos da Jesús para que usemos los regalos que tengamos, con cualquiera que hayamos aprendido, dondequiera que nos encontremos.
Hay cuatro fases del apostolado. La primera es PREPARACIÓN, cuando somos discipulados y disciplinados por Jesús. Aprendemos de los sufrimientos. Descubrimos qué nos apasiona. Maduramos en el reconocimiento y uso de nuestros regalos y talentos.
La segunda es INVOLUCRARSE, cuando nos hacemos activos en el ministerio. Aún antes de que nuestra preparación termine, comenzamos a usar los regalos y pasiones y la nueva sabiduría obtenida en el servicio de Dios
Luego, si verdaderamente deseamos ser apóstoles eficientes, entramos en la tercera fase; la PRUEBA. Experimentamos adversidades que nos desafían donde hemos sido llamados, como el oro es purificado en el fuego. Para muchos, es "la noche oscura del alma" y esto puede continuar por años.
Por ejemplo, nos encontramos a nosotros mismos en relaciones difíciles que nos retan a amar y perdonar más sacrificialmente. Nuestros ministerios pueden ser interrumpidos por obstáculos que nos retan a confiar en Dios y a forzar nuestra habilidad para discernir hacia dónde nos está dirigiendo Él. Si no nos escapamos de estos desafíos, ni abandonamos la tarea con el objeto de tener una vida más fácil, estamos listos para la cuarta fase: PARTICIPACIÓN SIGNIFICATIVA, cuando somos suficientemente útiles para alcanzar todo nuestro potencial y hacer una gran diferencia.
Para ayudarte a mejorar tu utilidad para Dios, puedes usar mi oración personal para ello:
Una Oracion para convertirse en instrumento de Dios:
Oh, Mi Padre Celestial, te doy toda mi vida a Ti en el nombre de tu hijo, mi Senor Jesucristo y por el poder del Espiritu Santo.
Te pido suscitar en mi, la plenitud de tu Espíritu Santo. Yo te he escuchado llamándome, y yo escojo seguirte donde tu Hijo me guie. Yo quiero ayudar a otros a encontrar su camino para entrar en tu reino. Yo quiero servir a otros para que puedan experimentar tu amor. Úsame. . Usa las heridas y sufrimientos que he soportado. Usa los talentos y recursos,el tiempo, las experiencias, el crecimiento espiritual y todo lo demás que tu me has dado. Úsame. . Ayúdame a amar a otros incondicionalmente y a revelar a Jesus a través mío. Ayúdame a crecer en mi deseo de amar a todas las personas. Hoy y cada día, ayúdame a que yo disminuya de modo que tu Espíritu Santo pueda crecer en mi. Ayúdame a amar puramente, humildemente y generosamente. Muéstrame como recibir mas de tu amor de modo que yo tenga mas amor para dar. Sáname de cada obstaculo que me retiene para servirte. Te doy permiso para cambiarme. Aquí estoy Señor, quiero hacer tu voluntad. Ven Espíritu Santo, renuévame. . En el nombre de Jesus. !Amen.!
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Viernes de la Vigesima Octava Semana del Tiempo Ordinario
Octubre 18, 2013
San Lucas Evangelista
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. USA. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2013. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2013 por Terry A. Módica
