En la primera lectura de hoy, Dios nos advierte que el orgullo estropea nuestra relación con Él. Aún si vamos a misa, si oramos todos los días, aún si creemos que espiritualmente estamos bien, pero si servimos a otro amo además de a Dios, o si no queremos escuchar a nuestro Salvador sobre cualquier tema, nuestro orgullo espiritual y nuestra actitud de "lo hago a mi manera" deterioran nuestra unidad con Él.&
Cuanto más estemos enterrados en la húmeda oscuridad del orgullo, más peligroso se torna para nuestros espíritus y para la Iglesia (el Cuerpo terrenal de Cristo) nuestra actitud. Cuanto más santo somos, más santa es la Iglesia, y esto impacta en el mundo alrededor nuestro. Si usamos mal, o no usamos los dones y talentos que Dios nos ha dado para compartirlos y ayudar a la edificación de la Iglesia y el progreso del mundo: nuestra mediocridad deteriorará nuestra unidad, con los sueños y deseos de Jesús para hacer del mundo un lugar mejor y más santo. Si el Señor nos muestra un área de pecado, y nosotros nos rehusamos a ir al Sacramento de la Reconciliación o descuidamos el arduo trabajo de purificar nuestras vidas, la oscuridad que preferimos, hecha a perder nuestra unidad con el Espíritu de Santidad de Cristo. ¿Es esto lo que realmente queremos? En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús nos invita a nacer de nuevo donde nos hemos estropeado - a crecer tan rápido y tan grandes como una planta de mostaza. Una forma de hacer esto es leer las vidas de los Santos. Como nosotros, ellos tuvieron áreas putrefactas en sus vidas. Como nosotros, querían ser cercanos e íntimos con el Señor. Como nosotros, querían agradar al Señor, porque lo amaban y apreciaban lo que Él había hecho por ellos. Y, como nosotros, necesitaban crecer en santidad. ¿Qué estás haciendo hoy que podría estropear tu relación con Dios? ¿Los programas de televisión y el material de lectura que eliges, o las amistades que tienes, van en contra de tu íntima unión con Cristo? ¿Qué está actuando como levadura en la masa de tu fe cristiana? Muchos años atrás, una herida en la espalda me envió a la cama por tres días. Usé ese tiempo para leer un libro, de tapa a tapa, sobre las vidas de los Santos, y salí de este "retiro en la habitación" como una persona transformada. Antes de este accidente, le había pedido a Jesús que me enseñara cómo amar a todos como Él los ama. Leyendo las historias de los Santos, los cuales amaron a los demás apasionadamente, la semilla de mostaza de este deseo fue regada y fertilizada; creció como un árbol de mostaza solamente en tres días. No podemos sumergirnos en las vidas de los Santos sin crecer en santidad. Deja de lado todo lo que está destruyendo tu relación con Cristo. Lo queramos admitir o no, todo lo que introducimos en nuestras mentes nos afecta. O bien dejamos morir de hambre nuestros árboles de mostaza o los alimentamos. Reflexiones de las Buenas Nuevas Lunes de la 17° Semana del Tiempo Ordinario Julio 28, 2014< Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Módica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. USA. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2014. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor @ 2014 por Terry A. Módica |
NACER DE NUEVO Laura
|
Lecturas de hoy: Jeremías 13, 1-11 Deuteronomio 32, 18-21 Mateo 13, 31-35
|