¿Qué tan firme es tu fe?





 
  "¡A menos que tu fe sea firme,  no serás firme!" Ese es el mensaje de la primera lectura de hoy. ¿Cómo puede permanecer firme nuestra fe cuando permitimos que las circunstancias de nuestras vidas nos quiten los ojos de Jesús? A menos que nos enfoquemos en Él, somos débiles y vulnerables y fácilmente sacudidos por las luchas que enfrentamos.

Confiar es una elección. El temor nos dice que no confiemos en Dios y que confiemos en nuestras propias suposiciones, que están basadas en evidencias limitadas. El temor es un sentimiento, pero la confianza es una decisión. Dios, ansiosamente, nos ayuda a tomar esa decisión. Si mantenemos nuestros ojos en Jesús, nos da evidencia divina que contradice cualquier evidencia descorazonadora, aunque, con frecuencia, vienen en formas que, al principio, son fáciles de pasar desapercibidas.

En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús usa, como evidencia, los milagros y hechos poderosos de Dios. ¿Qué pruebas estás soportando justo ahora? En medio de estos eventos aterradores, pesados y frustrantes que pronostican malas noticias, busca evidencias de que Dios ha estado trabajando, ya que allí encontrarás buenas noticias.

Muchos años atrás, las malas noticias casi destruyeron mi fe después de ocho meses de tratar sin éxito de vender nuestra casa, en una época en que otras casas eran vendidas en menos de dos semanas. Porque le habíamos encomendado la venta a Dios, yo interpreté que el problema era una evidencia de que a Dios yo no le interesaba. Él se preocupaba por todos los demás, aún por el ateo de mi cuadra que vendió su casa en dos días, pero no por mí.

No obstante, Dios me dio evidencias de que Él estaba haciendo un buen plan para el bien de mi familia. La casa a la que nos queríamos mudar se vendió a alguien más, el trato no se concretó. Nuestro hijo pudo terminar el jardín de infantes sin cambiar de escuela. Dios nos dio amigos que oraron por nosotros. Y así siguió todo.

Cuando finalmente elegí abrir mis ojos al bien que Dios estaba haciendo, me sentí libre de creer. Un mes después - el tiempo suficiente para descubrir que yo realmente podía mantener mi fe firme - la casa se vendió.

Las obras poderosas de Dios suceden todos los días, especialmente durante las dificultades. No obstante, a menos que permitamos que estos milagros nos transformen, profundizando nuestra dependencia de Dios, nuestra fe será fácilmente sacudida. Como dijo Jesús, somos peores que las pecadoras ciudades de Tiro y Sidón y Sodoma, porque tenemos más evidencias de la bondad de Dios que la que tuvieron ellos.

La desconfianza es un rechazo de la bondad de Dios. El Sacramento de la Reconciliación y el rito de la penitencia al comienzo de la Misa, se convierten en milagros de Dios: El Señor provee la gracia que necesitamos para prestar más atención a Sus intervenciones amorosas. 
 

Reflexiones de las Buenas Nuevas
Martes de la 15ª Semana del Tiempo Ordinario
Julio 15, 2014
En Memoria de San Buenaventura
 
  
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/  
 © 2014 por Terry A. Modica


 
Lecturas de hoy:  
Isaías 7, 1-9
Salmo 48, 2-8
Mateo 11, 20-24
   
    


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