Para recibir todo lo que pedimos, debemos permanecer en Dios y Él en nosotros.
La primera lectura de hoy comienza con una promesa que parece demasiado buena para ser verdad:
"Recibimos de Dios todo lo que pedimos..." El resto de la frase explica por qué esto es cierto: "Porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada."Mucha gente piensa que la razón por la cual nuestras oraciones no son contestadas es porque no sabemos pedir correctamente -- no rezamos suficientes novenas o no utilizamos las palabras adecuadas. Pero la Palabra de Dios dice que es porque no vivimos correctamente: "Debemos creer en el nombre de Jesús, y..."
¿Qué significa creer en Jesús? "Ámense los unos a los otros como Él nos ha mandado."
Para recibir todo lo que pedimos, debemos permanecer en Dios, y Él en nosotros. Eso significa ser una vasija del Señor sagrada y abierta. Si vivimos en verdadera unión con Dios, entonces todo lo que deseamos -- todo lo que pidamos -- ya venía de Dios en primer lugar.
Mantenemos esta unidad amándonos unos a otros como Él nos ama.
Cuando terminamos nuestras oraciones haciendo la señal de la cruz y pronunciamos las palabras "en el nombre de Jesús, amén", debería significar que estamos orando en la plenitud de quién es Jesús. Por lo tanto, permanecer en Dios quiere decir que todo lo que pedimos es también en Dios -- ya está en sus deseos y en sus planes. Orar "en el nombre de Jesús, amén" no es la frase mágica "abra-cadabra", como si eso pudiera hacer que nuestros deseos se hagan realidad. Más bien, es un compromiso de unidad con Él. Le estamos diciendo a Dios, a nosotros mismos, a los ángeles y los demonios que realmente queremos que nuestras oraciones sean contestadas en la plenitud del Espíritu de Cristo: su naturaleza, su misión, su amor. Queremos sólo lo que Dios sabe que es correcto y mejor. Estamos cambiando "que se haga Mi voluntad", por "Hágase tu voluntad, santo y amoroso Jesús."
Para evitar separarnos de la voluntad de Dios, tenemos que probar todo para saber si es en y de Dios. La tentación de pecar, a veces, parecerá muy piadosa, especialmente cuando procede de fuentes no cristianas que nos están diciendo lo que es correcto y bueno. Debemos probar cada fuente, cada estado de ánimo, cada motivo e, incluso, toda actitud detrás de nuestras oraciones. Si nuestras peticiones no reflejan el carácter de Cristo, sus motivos y sus actitudes - entonces es una oración que no sirve. ¡Por supuesto que Dios no nos lo va a dar! O se trata de una oración peligrosa, contestado por el impío.
Por ejemplo, si estamos pidiendo por un nuevo trabajo, Dios nos quiere conducir a un empleo que satisfaga nuestras necesidades y, además, que le dé a Él oportunidades para santificar el lugar de trabajo. Cuando oramos por un aumento de las vocaciones, Dios quiere que discernamos y cumplamos con nuestras propias vocaciones, también. Si le pedimos una buena salud, Dios quiere eliminar lo que es poco saludable en nuestros estilos de vida y que nos hacen vulnerables a las enfermedades.
Los milagros suceden. Pero Dios no está interesado soluciones rápidas, atajos que hacen la vida fácil pero que nos desvían de la senda del crecimiento espiritual. Él concede milagros que aumentan nuestra santidad y que se convertirán en testimonios de su misericordia. Por lo general, este tipo de milagros nos llevan en un viaje largo, pero siempre, cuando oramos en Dios, Él nos da todo lo que pedimos de la mejor manera posible.
Oración para hoy
Gracias amado Señor, porque Tú te dejas encontrar en mi vida, me llamas por mi nombre y haces que seguirte, sea una necesidad para mí. Amén.
Reflexión de las Buenas Nuevas
Lunes después de Epifanía
Enero 4, 2016
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/. © 2015 por Terry A. Modica
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