¿Vives una vida agitada?


No podemos dar a los demás lo que no tenemos, si no nos tomamos tiempo para alimentar nuestra relación con Dios.

Vivimos en un mundo con un ritmo acelerado y parece que nunca podemos mantenernos con todas las exigencias de este ritmo. Nos esforzamos más, trabajamos más rápido y estamos más ocupados, sin embargo, parece que la gente que exige un poco de nuestro tiempo es más numerosa de lo que podemos manejar.
¿Cómo te hace sentir esto? ¿Frustrado? ¿Preocupado? ¿Enfadado? ¿Cansado? Estos sentimientos son señales de advertencia que tenemos que programar más tiempo para nosotros mismos, a solas con Dios. ¡Pero nos sentimos culpables si reducimos la velocidad por nuestro propio bien!
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús nos muestra que no debemos sentirnos culpables. Es una buena medicina espiritual alejarnos del mundo ocupado y, por un tiempo, olvidarnos de las agotadoras exigencias de la vida normal. Es el principio del Sábado, el día bíblico de descanso que Dios mismo tomó. ¿Necesitaba el Creador restaurar la energía perdida después de haber hecho el universo? Por supuesto que no. Es un ejemplo para nuestro beneficio.
El Sábado no es realmente acerca de un día determinado de la semana; se trata de dar prioridad a una buena salud mental, física y espiritual. Al hacerse, Jesús, más popular, las demandas sobre su tiempo aumentaron. Así mismo su necesidad humana de pasar tiempo lejos de ella, a solas con el Padre. Él no esperó que las multitudes se desplomaran. No terminó su lista de tareas antes de retirarse. Él hizo que el Sábado fuera una prioridad normal.
Jesús no podría haberse dado totalmente a la gente si no hubiera pasado tiempo entregándose totalmente al Padre y sentarse en silencio el tiempo suficiente para recibir plenamente del Padre. No podemos dar a los demás lo que no tenemos, y no podemos recibirlo si no nos tomamos el tiempo para cultivar nuestra relación con Dios.
Si no pasamos tiempo dejando que el Padre alimente nuestro espíritu, ¿cómo podemos superar las tentaciones de la carne? ¿Cómo podemos sentir alegría en lugar de frustración? ¿Cómo podemos estar en paz en lugar de preocupados? ¿Cómo podemos mantener la calma cuando las cosas van mal? ¿Cómo podemos encontrar energía renovada cuando una demanda inesperada nos golpea después que ya estamos cansados?
¿Dónde está tu lugar solitario? Cuanto más ocupado estés, más necesitarás pasar el tiempo allí. Entre más difícil es estar a solas con Dios sin distracciones, más necesitaras un lugar tranquilo.
¿Cuándo es tu tiempo de oración programado y prioritario? Este es el momento más importante de tu día. ¡Lleva lo que necesites!
¿Qué pasa si has estado asintiendo con la cabeza vigorosamente ante estas palabras, pero simplemente no ves una manera de tomarte el tiempo libre que necesitas para vacaciones o un día de reposo o tiempo diario con Dios? Intenta lo que hice yo: escoge un momento, ponlo en tu agenda, anuncia a todos que este acontecimiento es sagrado, escrito en piedra, y encomienda el "cómo y dónde" a Dios. Él va a realizar un gran plan. 


Reflexión de las Buenas Nuevas
Viernes después de Epifanía
Enero 8, 2016
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/.
© 2016 por Terry A. Modica
  
Lecturas de hoy
(Las Lecturas varían en diferentes partes del mundo)
1 Juan 5, 5-13
Sal 146, 12-15.19-20
Lucas 5, 12-16

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                                 Oración para hoy
Señor, Tú quieres sanar en mí lo que parece imposible. Ayúdame a darte el sí que necesitas para ser testimonio de Tu salvación entre nosotros. Amén.