El sacramento del amor




La oración de Jesús en el Evangelio de hoy se puede aplicar a cualquier tipo de relación: dos personas cualquiera, cualquier comunidad. Todo lo que Dios ha unido es sagrado, porque es un reflejo de lo que es Dios y lo mucho que ama. Es por esto que el matrimonio está destinado a ser un sacramento en lugar de sólo una unión civil o la unión incompleta de vivir juntos como un matrimonio sin votos.
La falta de compromiso y las heridas no cicatrizadas en cualquier relación de inspiración divina dan al mundo una imagen defectuosa y enferma de Cristo.
Entonces Jesús ora: "Que sean uno, Padre. Como tú estás en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado." Las relaciones que sobreviven a problemas que causan división son una lección visual del amor incondicional de Dios, que es siempre fiel, en tiempos buenos y en tiempos malos, en la salud y en la enfermedad, siendo ricos o pobres, pecadores o puros, todo el tiempo, no importa qué.

En un matrimonio cristiano, el marido da su vida para servir a su mujer, y la mujer da su vida para servir a su marido, y Jesús da su vida por ambos. El matrimonio es un reflejo del Hijo único del Padre que sacrificó su vida por su Novia (que somos nosotros, es decir, la Iglesia) y la novia que sacrifica su vida (es decir, nuestras vidas) para servir a Jesús.

El amor constante que los cónyuges, amigos y miembros de la comunidad tienen el uno por el otro, que nunca se rinde sin importar qué suceda, los une a la plenitud del amor de Dios. En Dios, ellos tienen el poder y la forma de superar lo que los amenace para dividirlos. (He estado casada con Ralph desde 1975, he experimentado personalmente la verdad de esto). Si el marido y la mujer desean ser socios de Dios en el amor, se unen con Aquel que está total y permanentemente comprometido a hacer que funcione, y no importa que problemas se presenten, Dios provee las respuestas, la sanación y el crecimiento que hace que el matrimonio sea más fuerte, incluso cuando uno de los cónyuges no se esfuerce tanto como el otro.

Al tener relaciones sagradas cumplimos con nuestra vocación - la vocación del "sacerdocio común" que todos tenemos - para llevar a Cristo al mundo. Extendemos la Buena Nueva mostrando a los demás que, con la ayuda de Dios, el amor nunca termina y está a disposición de todos los que lo deseen.

¿Qué ocurre con el Sacramento del Matrimonio cuando uno de los cónyuges se niega a vivir sacramentalmente? ¿O cuando uno de ellos muere? ¿O cuando una persona divorciada se da cuenta demasiado tarde de los errores y pecados que ha cometido? Jesús interviene y se convierte en su Verdadero Cónyuge. Para la persona que desea la unidad sacramental, Él es el Sacramento.

(Para leer un WordByte de Good News que es una carta de amor de Dios a los solteros, ve a http://wordbytes.org/prayers/besatisfied-sp.htm

En las relaciones rotas, debemos levantar a la otra persona a Dios en oración para crear oportunidades sobrenaturales para que se dé un cambio de espíritu y de corazón.

Cada relación según el designio de Dios está destinada a ser un regalo de amor para mundo; estamos llamados a ser la presencia de Cristo para que el mundo vea. ¡Qué terriblemente malo, tan anti-evangelización y negligente sería romper con este regalo. Que la oración de Jesús sane nuestras heridas. ¡Amén


© 2016 por Terry A. Modica. Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, y es utilizada bajo la responsabilidad del grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami, Fl.  Fuente: Good News Ministries en http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/, donde también se encuentra disponible una reflexión para los Domingos. La reflexión para los Sábados puede ser encontrada en: http://gnm.org/mirada-interior/.

 

Reflexiones de las Buenas Nuevas            
 Jueves de la 7ma. Semana de Pascua

Mayo 12, 2016