Es un hecho real que se puede ganar una o muchas batallas, pero terminar perdiendo la guerra.
Es lo que dice con claridad el refrán castellano: “El que ríe último, ríe mejor”. Es una animación a perseverar en el esfuerzo y la vigilancia. Un universitario no puede contentarse con aprobar una o varias asignaturas, sino todas para obtener su título de arquitecto, médico o ingeniero.Un carnicero acude al despacho de su vecino abogado y le formula una consulta:
—¿Se puede denunciar al dueño de un perro que ha entrado en la carnicería y se ha llevado un filete?
—Claro, responde el abogado.
—Y ¿a cuánto ascendería la multa que le podría caer al dueño del perro?
El abogado responde:
—A trescientos euros.
—Pues, es usted dueño del perro, —responde el carnicero, —tengo varios testigos que pueden certificarlo. Ya me está pagando esa cantidad si no quiere que formule la denuncia.
El abogado, sin inmutarse, le entrega los billetes.
Al día siguiente, el carnicero recibe una nota que indica lo siguiente: "Por consulta profesional al abogado, factura: 600 €".
En las pruebas y luchas de la vida, piensa en el Paraíso donde todo será renovado y transformado: la fe se convertirá en visión, la esperanza en posesión, la tristeza en alegría, la fatiga en descanso y la lucha en corona triunfal y victoria definitiva.
Ahí, en verdad, “El que ríe último, reirá mejor”. Te lo deseo de corazón.
* Enviado por el P. Natalio
"Queremos ser más felices que los demás, y eso es dificilísimo,
porque siempre los imaginamos mucho más felices de lo que son en realidad".
(Montesquieu)
porque siempre los imaginamos mucho más felices de lo que son en realidad".
(Montesquieu)