Sentimientos negativos


 


La paz interior tiene enemigos: son los pensamientos y sentimientos negativos que confunden y agitan de tal modo que turban el cielo tranquilo de tu corazón.
Hombres espirituales que sondearon su interior con la luz del Espíritu los han especificado: insatisfacción, ansiedad, irritación, miedo, odio, tristeza, autocompasión, duda, abatimiento, impaciencia…

Como quien está alerta para que no entren en su habitación animales indeseables: una araña, un murciélago, un ratón, una serpiente, mantén la vigilancia sobre tu corazón para que no se arraigue en él ni la vanidad, ni la envidia, ni el odio.
Si un compañero es más alto que tú, o aprende las lecciones con mayor facilidad, o posee un hermoso traje, trátalo con igual cariño que a los demás, no desees humillarlo, no experimentes ante él fastidio.

El vanidoso y arrogante es un ser hueco con una idea disparatada de su valer.

Parece inflado con su propio aliento. El hombre de bien admira el mérito ajeno, y compadece al ignorante y al extraviado.
El odio es un gusano que nace y crece dentro del corazón y que devora sus más nobles fibras.

Confía en el Señor y vigila tu mente para que no echen raíces ideas o emociones funestas que pueden dañarte y trabar las fuerzas de tu espíritu. 
Por una parte, mantén la vigilancia y, por otra, fortalece con la meditación los valores perdurables del amor, la paciencia, la serenidad y la alegría profunda. 
Que el Señor te bendiga y proteja en este crecimiento.

* Enviado por el P. Natalio