Dios mismo nos guía en su amor por nosotros

Actúa hoy de tal manera que no tengas que sonrojarte mañana.
¿A qué equivalen los placeres de este mundo? ¡Lo que no es eterno, no vale nada !
San Juan Bosco (1815-1888)
Apariencias externas

Los hombres del mundo miran la apariencia externa de las cosas y con frecuencia están satisfechos con eso.
Muchos de ellos desean y anhelan la belleza física, la riqueza, un alto estatus social y honores.
No les importa si bajo ésta espléndida fachada se esconde un espíritu mezquino y empobrecido, un corazón corrupto y deshonesto, un egoísmo indiferente a los nobles ideales y una astucia empeñada en desbancar a los posibles rivales.
Todo ésto no tiene importancia, mientras tengan éxito y puedan mantener las apariencias
Tendemos a vivir por lo que los demás piensan y dicen de nosotros, es decir, por las apariencias externas.
¿Este Eres tu?
Antonio Cardenal Bacci

“Y cualquiera que reciba a un niño como este por Mí, a Mí me recibe” – Mateo 18:5

REFLEXIÓN
La Escritura nos llama a todos “hijos” y cuando comenzamos a seguir a Cristo, recibimos el nombre de “hijitos” (Mt 18,3; Jn 21,5)

Entonces, ¿Quién es nuestro Instructor y Tutor, el Tutor que tenemos cuando somos pequeños?
Se llama Jesús. 
Se llama a Sí mismo “Pastor” por su Nombre, refiriéndose a Sí mismo como “el Buen Pastor” (Jn 10:11)
Hace una comparación entre los pastores que guían a sus ovejas y Él mismo, el Tutor que guía a los niños pequeños, el Pastor lleno de preocupación por los corderos que, en su sencillez, compara con las ovejas. “Todos serán un solo rebaño”, dice, “porque habrá un solo pastor” (Jn 10,16). 

Por lo tanto, nuestro Tutor es, por supuesto, la Palabra de Dios porque Él nos conduce a la salvación. Como lo declara claramente por boca del profeta Oseas: “Yo soy vuestro Maestro” (5:2 LXX)

En cuanto a Su instrucción, es decir, la formación religiosa mediante la cual nos enseña a servir a Dios, formándonos en el conocimiento de la verdad y conduciéndonos directamente al Cielo. Los pilotos guían sus naves con la intención de llevar a salvo a sus pasajeros a puerto; del mismo modo, nuestro Tutor, en el cuidado que tiene hacia nosotros, indica a los hijos de Dios el camino de vida que lleva a la salvación.

¡Así, Aquel que nos guía es nuestro Dios santo; Jesús, Palabra de Dios, guia de toda la humanidad! Dios mismo nos guía en su amor por nosotros.

El Espíritu Santo dijo de Él durante el Éxodo: “Lo encontré en el desierto, una tierra baldía de desierto aullador. Lo protegió y cuidó de él, cuidándolo como a la niña de sus ojos. Como el águila incita a sus polluelos al revolotear sobre sus polluelos, Él extiende Sus alas para recibirlos y los sostiene sobre Sus plumas. Sólo el Señor era su Líder” (Dt 32, 10-12).
– San Clemente de Alejandría (c 150-c 215)

Teólogo y Filósofo, Profesor que enseñó en la Escuela de Catequesis de Alejandría, Padre de la Iglesia (Pedagogo, I, 53-56 )


Oh Dios, que en tu Confesor, el bendito Juan, suscitaste un padre y maestro de la juventud y quisiste que a través de él, con la ayuda de la Virgen María, florecieran nuevas familias religiosas en la Iglesia, concédenos, te suplicamos, para que, inflamados por el mismo fuego del amor, busquemos ganar almas y servirte solo a Ti.
Por Jesucristo, tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén