La lectura del Evangelio de hoy nos recuerda la importancia de un programa para los niños buenos en la iglesia y un ministerio eficaz entre los jóvenes. Ya sea que somos padres, catequistas, predicadores, maestros de escuela, o simplemente nos encontramos con los jóvenes en la Misa, estamos llamados a animar la fe de los jóvenes para inspirarlos a una participación plena en la Iglesia.
Sin embargo, cuando los niños se convierten en adolescentes, que a menudo parecen como seres de otro planeta. Esperamos que ellos se relacionen con la Iglesia y la Eucaristía de la misma manera que las generaciones de más edad lo hacen, pero ellos no lo hacen. Les exigimos que cumplan con la forma "normal" de participar en el culto católico, pero pierden interés en venir a misa. Muchos no vienen a los programas religiosos que son eficaces para el resto de nosotros, y sin embargo, ellos se consideran espirituales.
Los programas para jóvenes de la parroquia son a menudo separados de los de la comunidad de fieles. Sus adolescentes no son invitados a colaborar en la planificación de las misiones populares y otros eventos de formación en la fe. La pastoral juvenil está a menudo sin presupuesto asignado. La mayoría de los ministros juveniles son a menudo mal pagados, si es que les pagan y trabajan a tiempo parcial solamente.
Cuando no ponemos atención en el ministerio adolescente, cosechamos lo poco que sembramos.
¿ Cuántos adolescentes y adultos jóvenes están en el Consejo Pastoral de la parroquia? ¿A cuántos se les permite ayudar a dar opinión sobre el programa de educación religiosa? ¿Cuántos niños se aburren con sus catequistas? ¿Estamos dispuestos a dejar de lado nuestras viejas formas de educar en la fe a fin de llegar a los jóvenes con más eficacia? Sus profesores de la escuela utilizan ayudas visuales tecnológicas tales como presentaciones en PowerPoint; ¿por qué no han adoptado nuestras parroquias herramientas similares?
Si nos fijamos en la fe de la juventud desde una perspectiva histórica, podemos ver que los jóvenes de hoy están listos y dispuestos a ser animados en su fe y en la vida parroquial. Cuando yo era una niña (en la década de 1960 y principios de los 70), se produjo un gran vacío de fe en la cultura. Aunque parece que hay más secularismo hoy, los jóvenes de hoy han crecido con música cristiana proliferando por todas partes, incluso en las estaciones de radio seculares.
Así que, ¿por qué no están yendo a la iglesia? ¿Qué está faltando? ¿Cuál es la clave para evangelizar con éxito? Hay tres claves: entusiasmo, autenticidad, y una oportunidad para hacer una diferencia en el mundo.
(1) Su estilo de vida de entretenimiento de ritmo rápido requiere animadas experiencias entusiastas de adoración y formación en la fe para mantenerlos interesados.
(2) Han crecido con un alto nivel de exposición a los fracasos de los adultos (divorcios, abusos destapados, sacerdotes arrogantes, los políticos que se preocupan más por ganar elecciones que por unirse para mejorar la calidad de vida de las personas a las que están destinados para servir, etc.) Por lo tanto, se necesitan modelos que sean auténticos Cristianos que vivan una fe verdadera, resolviendo sus problemas con su fe, y que provean un servicio caritativo a causa de su fe.
(3) Ellos quieren saber cómo hacer una diferencia en este mundo desordenado. Denles las enseñanzas de la Iglesia sobre la justicia social, junto con oportunidades para tomar acción - con un mayor énfasis en el hacer que en la enseñanza misma. La fe que experimentan fuera de la Misa les ayudará a entender mejor la Eucaristía.
Los jóvenes de hoy están a punto de convertirse feligreses activos, inspirados líderes laicos, y dedicados, santos sacerdotes, religiosos y religiosas. ¿Estamos haciendo lo suficiente para nutrir esto?
Reflexión de las Buenas Nuevas
Martes de la 19ª Semana del Tiempo Ordinario
12 de agosto 2014
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/
© 2014 por Terry A. Modica
