Jesús quiere encontrarnos ocupados




Sirviendo al Reino de Dios 
en nuestra vida diaria
¿Qué quejas tienes? ¿Qué estás haciendo para mejorar cada situación que te ha causado quejarte?

Siempre que estamos descontentos es una señal de que tenemos que hacer algo - tomar medidas - para hacer un cambio. La sensación de estar irritado y enojado, es un impulso de gracia para hacer cambios utilizando los dones y la formación y conocimientos que Dios nos ha dado. No se supone que nos de mal humor; se supone que debe motivarnos a levantarnos de nuestros asientos perezosos y hacer todo lo posible con la ayuda de Dios, a raíz de su orientación, siempre alerta a su ritmo.

El cambio empieza por señalar con el dedo de la responsabilidad a nosotros mismos. ¿Estamos contentos con los demás? No podemos cambiarlos, pero podemos mejorar algo en nuestras propias vidas para aliviar la miseria. ¿Estamos buscando activamente formas alternativas para conseguir satisfacer nuestras necesidades? ¿Somos suficiente humildes para cambiar nosotros mismos cuando deseamos que los demás cambien?

En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús nos advierte acerca de la infidelidad de los que dicen ser cristianos pero ignorar la voluntad del Señor. Cuando sabemos lo que hay que hacer para el reino de Dios y tenemos la capacidad de hacer algo al respecto, pero no hacemos nada, este es el grave pecado de la apatía agravado por la desobediencia.

A veces no nos damos cuenta de lo que hay que hacer o cómo lograr que se haga. Como dijo Jesús, somos solamente responsables de lo que entendemos. Es por esto que una persona que rompe una ley de la Iglesia sin entender se le debe dar paciencia y tiempo, junto con la evangelización y la educación - de los que si lo entienden.

¡Ay de nosotros si vemos una necesidad y comprendemos su importancia y tenemos la capacidad para arreglarla y  nos negamos a tomar acción! Jesús quiere encontrarnos ocupados sirviendo al Reino de Dios en nuestra vida diaria; todo el camino hasta la hora de nuestra muerte: en nuestros lugares de trabajo seculares y otras posiciones en el mundo, no sólo en la iglesia.  Recuerde, no tenemos que parecer religiosos de servir a Dios.

El "Decreto sobre el Apostolado de los Laicos" del Concilio Vaticano II fue escrito para recordarnos que todos estamos llamados y dotados para "renovar el orden temporal".  Estamos capacitados y obligados a restaurar el mundo temporal a la condición que Dios quiere para él, que es un reflejo del mundo eterno del cielo.
La sociedad nos dice que nuestra meta para el envejecimiento es vivir más y disfrutar de un montón de años de retiro relajantes con un montón de tiempo para jugar y atendernos a nosotros mismos.

Pero Jesús no dijo: "Bienaventurado el siervo a quien su señor encuentre ocupado cuando él vuelva", a menos que este retirado. Siempre hay una manera de servir a Dios, aun cuando nuestros cuerpos se vuelven totalmente discapacitados.
La servidumbre cristiana es la mejor forma de vida posible, porque tiene resultados eternos. ¿Por qué vamos a querer renunciar a esto para hacer crucigramas y ver la televisión todo el día?

Dios te ha dotado de los medios para servirle. Puedes hacer que el mundo sea un lugar mejor - ¡y él está confiando en ti! En medio de la creciente crisis de nuestro mundo de hoy, el servicio es aún más necesario.


Reflexión de las Buenas Nuevas
Miércoles de la semana 29 del Tiempo Ordinario
22 de octubre 2014


Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/  

© 2014 por Terry A. Modica

 
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Lecturas de hoy:
Efesios 3: 2-12
Isaías 12: 2-6
Lucas 12: 39-48
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