¿Necesitas un milagro?



    

La historia en la primera lectura de hoy me hace recordar cuando recibimos en mi parroquia la visita de un sacerdote misionero anunciado como "sanador". A pesar de que sus enseñanzas no se enfocaban en sanaciones sobrenaturales, la gente si lo hacía. Vinieron en tropel buscando milagros, y a pesar de que sí hubo milagros, las grandes sanaciones fueron las que se dieron dentro de los corazones, mentes y almas. La reputación del hombre como "cura sanador" los hizo acercarse, pero aquellos que escucharon con atención descubrieron a Jesús.

Pedro dijo, "¿Por qué les causa admiración este milagro, y por qué nos miran de ese modo, como si por nuestro poder o nuestra virtud hubiéramos hecho andar a este hombre?" Entonces los volvió a enfocar en Quién estaba detrás del milagro. Al principio la gente no comprendió -- ellos rodearon a Pedro y a Juan porque querían ver más milagros; lo que obtuvieron fue el mensaje de la verdad acerca de Jesús.

En la lectura del Evangelio, yo me pregunto por qué los discípulos pensaban aún que Jesús era solamente un fantasma, cuando las mujeres les habían dicho que Jesús estaba vivo y a pesar de que Pedro y Juan habían sido testigos del sepulcro vacío. Inicialmente no comprendieron lo que Jesús les había predicho sobre levantarse de entre los muertos. Jesús tuvo que explicárselos nuevamente, desde el lado Pascual de su muerte. Después de ver el milagro delante de ellos (Jesús les probó que estaba vivo masticando un poco de pescado), finalmente empezaron a captar su mensaje.
¿Por qué es que no vemos a nuestro Señor resucitado en todo y en todas partes, sino hasta que entendemos el mensaje que Él está tratando de transmitir?

Para ser honestos, se debe a que estamos mirando la resurrección de la manera equivocada: "¿Qué hay para mí? ¿Cómo bendice esto mi vida?" Las verdades espirituales son imposibles de comprender cuando las limitamos a una vista egocéntrica. Captamos el mensaje verdadero cuando nos damos cuenta: "¿Qué hay en él para Dios?¡Si Él es bendecido, yo seré bendecido también, y además otras personas!"

Recuerden, Jesús no se levantó de entre los muertos por su propio bien, por la misma razón por la que no murió por su propio bien. Su victoria sobre nuestros pecados y, después, su victoria sobre la muerte bendijo al Padre y a todo el mundo también.

¿Qué es lo que no entiendes? Es aquí donde todavía necesitas una experiencia enfocada en la resurrección.
La resurrección se hace real en nuestra vida cotidiana cuando dejamos el pensamiento egoísta de "¿Qué hay para mí?" y empezamos a ver cómo nuestras cruces pueden glorificar a Dios y beneficiar a otras personas.


© 2016 por Terry A. Modica.

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, y es utilizada bajo la responsabilidad del grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami, Fl.  Fuente: Good News Ministries en http://gnm.org/reflexiones-de-las-buenas-nuevas/, donde también se encuentra disponible una reflexión para los Domingos. La reflexión para los Sábados puede ser encontrada en: http://gnm.org/mirada-interior/.
 

Reflexiones de las Buenas Nuevas           
Jueves de la Octava de Pascua
Marzo 31, 2016
 


Lecturas del día:
Hechos 3, 11-26
Sal 7, 2ab.5-9
Lucas 24, 35-48
Oración para hoy
Señor mío: dame la gracia de reconocer tu presencia real en la Eucaristía. Perdóname por vivir encerrado en mis preocupaciones, sin recurrir a ti, el Pan Vivo bajado del cielo. Amén.