Un día mientras estaba escribiendo mi primer libro ("Venciendo el Poder de lo Oculto", publicado en 1989 -ver: http://gnm.org/books.htm) yo perdí mucho tiempo tratando de encontrar un pasaje de la escritura que me ayudara a explicar un punto de vista. Finalmente, yo pensé, "Supuestamente, Dios me ha dado Ángeles para que me ayuden" Así que puse la Biblia sobre la mesa y con voz alta dije, "Ángel guardián, necesito tu ayuda. Enséñame donde la Biblia dice...." Después que describí la cita, me recline en mi silla. Después me di cuenta de que mi Biblia, la cual había dejado abierta, tenía una división entre muchas páginas; no todas las páginas estaban totalmente planas. Así que dije, "Umm, me pregunto si...", y puse mis dedos entre la división y abrí las paginas. ¡Y por supuesto! ¡Ahí estaba la escritura que estaba buscando! La celebración de la Misa de hoy nos recuerda que los Ángeles no solo son reales, también son importantes. Dios los envía para nuestro beneficio en nuestro viaje hacia la vida eterna en el cielo. ¿Te das cuenta que hasta los arcángeles Miguel, Gabriel, y Rafael saben quien eres y cuanto te ama Dios y, por esto, ellos quieren estar envueltos en los planes de Dios para ti? ¡No es solamente su deber; ellos se alegran de hacerlo! En la lectura del Evangelio, Jesús quiere que sepamos que los Ángeles viajan entre el cielo y la tierra para trabajar para nuestro beneficio, pero su ayuda depende de el. Porque nos ama, los Ángeles nos traen los mensajes de Dios. Porque Jesús se preocupa por nuestra salvación, los Ángeles buscan oportunidades para acercarnos más a Jesús. Porque Dios quiere que continuemos la misión de Cristo en la tierra, si estamos haciendo eso, los Ángeles nos ayudan todos los días, en maneras grandes y pequeñas. Tú tienes un ángel guardián que se te fue dado mientras estabas en el vientre de tu madre. También tienes Ángeles guardianes -los que necesites para tus circunstancias, y más si pides más. Ninguna de tus preocupaciones es muy pequeña -ni muy grande- para atraer el interés de tus Ángeles, pero ellos no hacen todo lo que pueden hacer hasta que nosotros se los pidamos. Está es la manera que lo quiere Dios; al pedirles su ayuda, nosotros concientemente ponemos nuestra confianza en los propósitos de Dios para ellos y desarrollamos una amistad con ellos. Los Ángeles no son nuestros esclavos, ellos son nuestros asociados en las obras del Reino de Dios. Recitar esta oración "San Miguel, defiéndenos en las batallas" no es suficiente para asegurar su intervención. En vez, debemos de trabajar duro para ganar la batalla teniendo una relación de equipo con San Miguel. El viene con un ejército de Ángeles para ayudarnos a hacer lo que somos llamados a hacer, pero nunca hemos sido llamados a sentarnos y solo rezar. Reflexión de Las Buenas Nuevas
Jueves de la Vigésima Sexta Semana del Tiempo Ordinario
29 de septiembre, 2011
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org , registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2011. Para obtener permiso para reenviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor © 2011 por Terry A. Modica | 
