Jonás fue un evangelista insólito. ¡En la primera lectura de hoy, Dios le pidió que fuera al territorio del enemigo! Pero a Jonás no le gusto esa idea. ¡Dios quería que evangelizara a los Nievitas! Aparte de preocuparse por su seguridad personal, Jonás prefirió ver que los Nievitas recibieran su castigo, en vez de escapar solamente por arrepentirse a última hora.
¿Qué tal las conversiones de las personas irritantes que conocemos cuando estén a punto de morir? ¿Cómo nos sentiríamos si a nuestra llegada al cielo fuéramos bienvenidos por el ex-esposo que nos lastimo tanto, o el sacerdote que abusó de su vocación, o los terroristas que mataron a personas inocentes en nombre de Alá? ¿Qué tal si ellos se hubieran negado a cambiar sino hasta sus momentos finales cuando Jesús apareció para juzgarlos? ¿Preferiríamos que Jesús, en vez de abrazarlos, los hubiera mandado al infierno de una bofetada?
Cuando Jonás dijo "no, yo no haré eso" Dios tuvo que cambiar su actitud en el vientre de un pez. ¿Has dicho que no alguna vez a los planes de Dios porque requería ayudar a alguien que no es de tú agrado? ¿Si ese es el caso, cómo está él redirigiendo tu vida? ¿Cuál es tú pez gigantesco?
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús nos muestra a otro evangelista insólito. ¿Has pensado alguna vez del Buen Samaritano como un evangelista? Los samaritanos y los judíos habían sido enemigos por siglos. Los judíos condenaron a los samaritanos porque ellos comprometían la fe judía con creencias paganas. Debían haber sido los judíos los que evangelizaran a los samaritanos, pero aquí Jesús nos da un samaritano evangelizando a un judío.
¿Cómo? Por medio del gran acto de amor del samaritano, su acto de amor sacrificado. Lo qué él hizo fue inconveniente. El se permitió ser desviado de sus propios planes, él dio ministerio a las heridas del hombre, él cargo su peso, y él entregó al hombre a alguien que lo podría ayudar más, cubriendo los gastos con su propio dinero. Esto es evangelización. Su mensaje fue: "Tú eres amado. Tu importas". Nos describe la naturaleza de Dios. Nos describe por qué Jesús fue a la cruz.
En el mundo de hoy, esta escena se repite cada vez que alguien cuida de sus padres de edad avanzada quienes, en la decadencia de su salud, llegan a ser muy difíciles de tratar. Y cada vez que un bebe incapacitado se le permite vivir en un hogar que lo quiere en lugar de ser abortado. Y cada vez que una mujer divorciada cuida de su ex-esposo que muere de cáncer.
Las personas no escuchan el mensaje de amor que Dios da cuando los condenamos, o los descuidamos, o los tratamos mal. Si escogemos hacer solo lo que es conveniente o escapamos porque no queremos decir "tu importas" a las personas que no son de nuestro agrado, nuestras almas se pudren dentro del estomago de un pescado oliente.
El amor cuando es inoportuno o desagradable es amor verdadero - es el amor de Cristo. Si tú eres un Jonás arrepentido o un samaritano de buen corazón, ten la seguridad de que Jesús te quiere mucho.
Reflexión de Las Buenas Nuevas
Lunes de la Vigésima Séptima Semana del Tiempo Ordinario
3 de Octubre, 2011
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org , registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2011. Para obtener permiso para reenviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2011 por Terry A. Modica
