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¿Ha habido alguien quien estuviera celoso de ti a causa de tu relación con Dios? Quizás alguien piensa que Jesús toma demasiado de tu tiempo. Quizás eres criticado por estar en contra del aborto o alguna otra posición moral, porque tus perseguidores no quieren enfrentar la verdad mientras sus conciencias, muy al fondo, reconocen lo correcto que estás. Quizás se sienten inferiores a ti o condenados por tu fe. Esto es lo que le sucedió a David. La determinación de Saúl de matar a David había nacido de un semillero de celos que creció fuera de control a causa de la popularidad de David. Y sin embargo, David nunca dejo de amarlo. Tal santidad sólo irritó a Saúl aun más. Los celos hacen todo parecer torcido y alabeado. Si Saúl no hubiera estado celoso, el podría haber visto la fidelidad y la amistad de David. El se pudo haber beneficiado de su servicio por muchos años buenos, pero en su lugar él lo apartó. ¿Quién te ha estado apartando? Ellos hacen esto porque se sienten amenazados por ti, tal como Saúl se imaginó que David amenazaba su posición justa como rey. Los celos hacen a las personas temerosas de nosotros tomando un pedazo de la verdad y convirtiéndola en algo que no es. En el caso de David, él fue verdaderamente la elección de Dios para rey de Israel, pero no deponiendo al primer rey de su trono como Saúl sospechó. Cuando nosotros no podemos convencer a los demás de nuestras buenas intenciones y construir su confianza en nosotros, nosotros tenemos que colocar nuestra confianza en Dios, como hizo David en la primera lectura de hoy. Tenemos que amar a nuestros enemigos y hacerles el bien, nosotros tenemos que perdonarlos por los problemas que ellos causan, y tenemos que esperar en el tiempo perfecto de Dios para que nuestra reputación - y quizá nuestra relación - sea restaurada. Sé lo dolorosa que una espera larga puede ser, pero el plan de Dios nunca será desviado por nadie permanentemente. La peor parte de esperar es causada por nuestro propio fallecimiento: Basamos nuestra felicidad en cómo otros nos tratan. Y nos vemos por los ojos de ellos en vez de los Dios. Si te encuentras a ti mismo cayendo preso de la vista retorcida que tu perseguidor tiene de ti y comienzas a dudar de tu bondad, recuerda que Jesús ya ha te convocado como lo hizo con los primeros apóstoles en la lectura del Evangelio de hoy. Este gran Rey está de TU lado. Cualquiera que no toma su partido tiene buena razón para estar celoso de ti. Continúa amando a tus enemigos. David fue amable con Saúl aún durante las invectivas contra él, aún durante los muchos años de vuelo, aún cuando tuvo oportunidad de matar a Saúl y poner un fin a las persecuciones. A menudo, tenemos que separarnos de los que nos lastimaran, como hizo David, pero nosotros nunca debemos dejar de amarlos. Dios nos honorará por esto, como hizo con David, y finalmente mucho bien vendrá de nuestras experiencias. Reflexión de Las Buenas Nuevas Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada con permiso bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva,http://gnm.org,registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para reenviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya aDerechos de autor
© 2012 por Terry A. Modica |
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Reflexiones para el Alma Efesios 6, 11 - 13
Salmo 57:2, 3-4, 6, 11 Marcos 3:13-19 |