Toma, por ejemplo, lo que sucede cuando una parroquia que siempre se ha arrodillado durante la Consagración de la Eucaristía es informada por el pastor que se permanecerá de pie de hoy en adelante. Generalmente hay un alboroto grande. ¿Por qué?
star de pie es una postura oficial de respeto. Por eso nos levantamos durante la lectura del Evangelio. Teológicamente, significa que somos personas de Pascua; el Señor ha conquistado el pecado y la muerte y ahora nosotros vivimos en su gloria resucitada. ¿Entonces por qué nos negamos tercamente a aceptar un cambio de la postura arrodillada a la posición de estar de pie?
star de pie es una postura oficial de respeto. Por eso nos levantamos durante la lectura del Evangelio. Teológicamente, significa que somos personas de Pascua; el Señor ha conquistado el pecado y la muerte y ahora nosotros vivimos en su gloria resucitada. ¿Entonces por qué nos negamos tercamente a aceptar un cambio de la postura arrodillada a la posición de estar de pie?
Personalmente, Yo preferiría mejor arrodillarme. Me recuerda ser humilde. ¿Bueno, no puedo ser yo humilde sin arrodillarme? Francamente, Jesús merece el mejor respeto que podemos congregar, lo que significa que debo estar postrado en el piso, pero yo no quiero llamar la atención a mi misma ni alejar la mirada de la gente de Jesús.
Lamentablemente, hay muchos católicos que se arrodillan porque todos los demás se arrodillan, no de verdadera y sincera reverencia para Cristo. Para ellos, es solamente una tradición humana. Jesús dice en la lectura del Evangelio de hoy, "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí... ".
Cada gesto ritual y postura de cuerpo durante la Misa nos debe cambiar. Hacer la señal de la cruz nos debe poner más en contacto con el Señor quien murió en la cruz por nosotros. Bendecirnos a nosotros mismos con agua bendita debe renovar nuestra conexión bautismal a Dios y separarnos de la mundanería que está fuera de la iglesia. Orar el "Padre Nuestro" nos debe unir a las personas al lado de nosotros.
"Desatender el mandamiento de Dios mientras nos aferramos a la tradición humana" ocurre siempre que consideremos un ritual más importante que una persona. En la jerarquía de leyes de la Iglesia, las reglas que prescriben la mayoría de los rituales siempre han sido "tradiciones humanas" diseñadas para llevar al corazón una práctica verdadera de la fe; son de importancia menor que las leyes inalterables de fe y moral que prescriben cómo tratar el uno al otro.
La pregunta final es: ¿Cuáles son mis motivos para hacer - o no hacer - un ritual? ¿Aumentará mi humildad? ¿Mejorara mi relación con Dios y con la comunidad? ¿Nace del corazón o está mi corazón distante de Dios en este momento?
¡Que el amor dictamine nuestros rituales y que nuestras acciones nunca sean una tradición vacía!
Reflexión de Las Buenas Nuevas
Martes de la Quinta Semana del Tiempo Ordinario
Febrero 7, 2012
Martes de la Quinta Semana del Tiempo Ordinario
Febrero 7, 2012
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org , registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2012 por Terry A. Modica
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Reflexiones para el Alma Efesios 6, 11 - 13
Lecturas del día:
1 Reyes 8:22-23, 27-30 Salmo 84:2-5 and 10-11 Marcos 7:1-13 |
