El progreso durante la jornada Cuaresmal es encontrado en las palabras de Jesús en la lectura del Evangelio: "El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama".
No hay un suelo neutral. No se hace ningún progreso cuando un pie está en el camino de la santidad y el otro pie en el camino del mundo.
Siempre que fallamos en cooperar completamente con Jesús, estamos trabajando en contra (hasta cierto punto) de sus planes, contra sus estrategias para esparcir el reino de Dios en la tierra, y en contra de sus intentos de contestar las oraciones de las personas.
Si descuidamos las necesidades de los demás, si ignoramos los sufrimientos de aún las personas menos significativas alrededor de nosotros, si nos negamos a amar a quienes él ama, entonces estamos trabajando en contra de Jesús.
Guau.¿Hay divisiones en tu familia o parroquia, rectoral o en la orden religiosa o en ministerios? Cada división no es más que solamente una persona contra otra persona, la facción contra la facción. Es un acto en contra de Jesús y dispersa a las personas lejos del sendero que él ha pavimentado para ellos. Jesús dice,"Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae".
Sin embargo, por medio del poder de la resurrección de Dios, todas las divisiones pueden llegar a ser grandes oportunidades para una unidad nueva y más fuerte - SI ambas facciones escogen reconciliarse y solucionar los problemas a manera de Dios.
¿Y que si tú estás dispuesto, pero los demás que están en una situación divisiva han endurecido sus corazones y puesto tiesos los cuellos (como es descrito en la primera lectura)? La división quizás nunca termine, pero Dios te bendecirá y sanara tú corazón y reforzará tú santidad.
Para recibir la sanación, tenemos que escuchar la voz de Dios y no endurecer nuestros corazones (como dice en el Salmo Responsorial) cuándo los demás hacen que la reconciliación sea difícil o imposible. La condenación y la ira vengativa trabajan en contra de los planes de Dios, así que en vez de añadir a la pared de la división, nos compadecemos de ellos y pedimos por ellos y nos ponemos al lado de Jesús, listos y ansiosos de ser conductos de su amor misericordioso si y cuándo las oportunidades surjan.
A veces por seguridad o salud emocional y espiritual, tenemos que separarnos de los demás cuando ellos se niegan a cooperar con la reconciliación. Este rompimiento no es un pecado, a pesar de por cuanto tiempo continúe la división, pero solo, SIescuchamos la voz de Dios, ablandamos nuestros corazones, y escogemos hacer el bien a nuestros enemigos con amor.
Amar a aquellos de quienes estamos divididos significa que no escogemos basándonos en como ellos nos tratan a nosotros ni tampoco nos basamos en lo que nosotros pensamos que ellos se merecen. Más bien, les damos lo que ellos están listos para recibir de Jesús por medio de nosotros. ¡Así es como se puede tener unidad aún en medio de las divisiones!
Reflexión de Las Buenas Nuevas
Jueves de la Tercera Semana de Cuaresma
15 de marzo, 2012
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Módica, y es utilizada con permiso bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva,http://gnm.org,registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2010. Para obtener permiso para reenviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya aDerechos de autor
2012 por Terry A. Módica
