¿Hay espacio para la misericordia; en la ley?







Cuándo nuestra hija tenía cuatro años de edad, mi marido y yo tratamos de inscribirla en la escuela un año antes de lo que las leyes locales permitían que ella pudiera comenzar. Siendo una brillante y sociable pequeña, ella necesitaba el estímulo diario que el Jardín de niños le podía proporcionar, porque siempre que ella se aburría, hacia muchas travesuras. Presentamos su caso a las autoridades de la escuela, que la juzgaron sin conocerla o examinarla. Ellos dijeron que ella no estaba lista porque "esa es nuestra política". Follow us on Twitter

Después de desperdiciar un año y comenzar el Jardín de Niños cuando las reglas lo permitieron, un examen de diagnóstico rápidamente la ascendió al Primer Grado. Cuándo ella se graduó de la escuela superior, en vez de tener los problemas que la junta directiva de la escuela había predicho, ella fue una señorita equilibrada y ambiciosa que se graduó con honores altos y unos pocos cursos colegiales ya terminados.

Las autoridades educativas que habíamos enfrentado fueron como las autoridades religiosas con las que Jesús trató en el pasaje del Evangelio de hoy. La pregunta que se hizo en ambas situaciones fue: ¿Cuál es más importante, la política o la persona? Like us on Facebook

La política que los Fariseos trataban de proteger, es uno de los 10 mandamientos: Mantengan el día de sábado santo. Una política echa por el hombre demasiado afanosa había sido estratificada sobre ello para asegurar la obediencia. Prohibía cualquier tipo de trabajo en ese día, incluyendo arrancar los granos más pequeños. Los Fariseos se adhirieron a esta interpretación del mandamiento de Dios tan de cerca que ellos violaron su ley de la misericordia. No importó que los discípulos tuvieran hambre; las reglas eran más importantes.

Llegamos a ser como los Fariseos cuando nos centramos en lo que las personas "deben" hacer mientras descuidamos sus necesidades. ¿Es misericordioso cuándo los servidores del altar son señalados públicamente para que doblen las manos apropiadamente, avergonzándolos cuando ellos tratan de servir al Señor durante la Misa? ¿Es misericordioso dar a los padres una mirada que rechaza cuando sus niños inquietos hacen ruido durante la homilía?

¿Qué tal poner a alguien en la cárcel por un crimen que él cometió, aunque sus remordimientos sean lo suficiente fuertes para prevenirlo de hacerlo otra vez? ¿O sacar a una chica adolescente del hogar porque ella quedó embarazada y eligió no tener un aborto? ¿O condenar a una pareja que se casó fuera de la Iglesia, cuando lo que ellos necesitan realmente es alguien que los invite a la conversión, para que cuando finalmente deseen una boda religiosa, será un compromiso sacramental mucho más genuino con el Señor que lo que hubiera sido en suprimera boda?

Aún el Código oficial de la Ley del Canon promueve la misericordia sobre el legalismo. La dispensación de las leyes de ser otorgada cuando la ley influye negativamente a la salvación de una persona (por ejemplo, ver el Capítulo 5 del Título 4, las Leyes del Canon 85-93). El amor es la base de cada regla divinamente inspirada, y la misericordia es el instrumento para traer a las personas a un verdadero deseo de obedecer las reglas. Follow us on Twitter Like us on Facebook

Reflexión de Las Buenas Nuevas
Viernes de la Décima Quinta Semana del Tiempo Ordinario
20 de julio, 2012

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya aDerechos de autor

© 2012 por Terry A. Modica


Reflexiones para el Alma Efesios 6, 11 - 13

11.

Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.


12.

Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.


13.

Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.





Lecturas del Día:
Isaías 38:1-6, 21-22, 7-8
Isaías 38:10-12, 16
Mateo 12:1-8



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